UNA
VISITA AL MERCADO JUAN SABINES
Vinicio Portela
Hernández
El
mercado Juan Sabines, o mejor conocido por la tuxtlecada como Díaz Ordaz, desde su
modernización ha sufrido de diferentes desperfectos técnicos
arquitectónicos que han puesto en jaque a las autoridades municipales.
Sin
duda muchos líderes, y otros tantos descontentos, han llevado agua a su molino exagerando la problemática de esa
central de abastos, además de que la labor administrativa es confundida con grilla política que aún más enrarece la
convivencia entre los comerciantes y esto se refleja en que las personas no
asistan a realizar sus compras.
Así
que me propuse ponerme mi delantal, agarrar mi bolsa e ir hacer el mandado,
claro que esto con un doble propósito, primero el de conocer de primera mano la
situación de infraestructura del mercado y luego chismorrear con los marchantes cómo van sus problemas.
Primero,
como voy a mercar, me acomodé en una de las 25 cocinas económicas que hay en el
mercado, era muy temprano y me dispuse a desayunar un caldo de albóndigas con
mucha verdura, claro que sin que faltara el chile verde y la cebolla bien
picada.
Desde
mi banca observé a un grupo de Protección Civil y le pregunté a mi cocinera de
qué se trataba el asunto, muy amable me contestó que estaban supervisando los
cilindros de gas y que les estaban solicitando que los cambiaran por tanques
estacionarios.
Cuando
escuché esto casi se me atraganta el pedazo de repollo. ¿Cómo le van hacer este grupo de
mujeres trabajadoras juntar para que tengan sus tanques estacionarios?, ya
haciendo plática me mencionó que entre la instalación y la mano de obra el chiste costaría más o menos 11 mil pesos,
mucho dinero considerando sus ingresos. Pero afortunadamente me dijo que la
administración del mercado y el Presidente Municipal, Samuel Toledo, les van a
financiar la mitad de ese gasto, por lo que no tendrán muchos problemas en
solventar las exigencias de Protección Civil.
Con
un vaso de plástico en mano, que contenía un riquísimo jugo verde, me dispuse a
ir por mi camarón seco para la botana, en el puesto la neta que ni me tuve que
esforzar para obtener información, ya que entre los locatarios platicaban que
ya estaban trabajando en las goteras, que tanto conflicto han dado, y que no
les habían pedido coperacha, como en otras ocasiones, ya que
los que estaban realizando la talacha eran de la Secretaría de
Infraestructura, y una persona, de las que vende ropa, les aclaró algo que me
dejó muy sorprendido: “no le vayan a dar dinero a nadie, ya ven que después el
líder quiere su tajada”, pero por más que quise ser sutil para que mencionaran
el nombre de ese “líder” no pude obtener ni el apodo. Me falló la persuasión,
ni pex.
Ya
con mi camarón seco, me fui a buscar un pedazo de chicharrón de panza, hasta el
otro lado del mercado, a pesar de que había mucho calor en esa zona estaba
fresco, los ventiladores instalados en la nave mayor estaban todos en
funcionamiento y fue la primera vez que no me mojé los zapatos por pasar en el
área de los pescados y mariscos.
Ahí
en el puesto de carne de puerco me enteré que los ventiladores y falta de
charcos es porque ahora existe una cuadrilla de mantenimiento, que se dedica a
tener en buenas condiciones el servicio eléctrico y el drenaje, por lo que
tanto sufrían los usuarios ya que antes se concentraban los malos olores y hoy
en día se puede percibir los productos en venta.
Para
terminar con mi merca, me dirigí a comprar una pieza de quesillo y queso
para freír, tuve que hacer cola, no hay de otra es lo más democrático en esta
sociedad, pero entre las marchantas pude escuchar de los problemas que
sufren con los ambulantes y la competencia desleal que eso representa.
Yo
como buen metiche intervine tratando de provocar algunas
respuestas, les dije que la gente va a comprar a fuera porque venden más
barato, por poco y no la cuento, una mujer con bolsas de mandado en ambas manos
me aseguró contundentemente: “de qué sirve que salga más barato, si el doctor y
las medicinas te van a salir más caros, ¿no crees?”. Con esta afirmación
calladito me quedé, pero es muy cierto, me enlistaron una serie de peligros que
espero de acordarme de todos, chequen, comprar con ambulantes es comprar
productos de baja calidad, mercancías caducadas o de dudosa procedencia o
apócrifos, balanzas amañadas que dan kilos de 800 gramos, que por cierto luego
haré una investigación más profunda de ello.
Además
de todo lo anterior algo que me puso los pelos
de punta, que no hay control de calidad en las carnes que se venden a fuera
del mercado, en el Juan Sabines no puede entrar un kilo de carne sino tiene el
sello de TIF el cual, entre otras cosas, indican que no contiene clembuterol,
una hormona que hace que el ganado engorde y que en la ingesta humana también
produce esos mismos efectos que son extremadamente nocivos para la salud.
Terminé
muy satisfecho en mi visita en el Mercado Juan Sabines, con una bolsa de
mandado llena de botanas y a muy bajo costo, claro que debo confesar que si regatié un poco, pero alcanzó para completar
para las frías.
Aguas con los hongos
En
Chiapas, la Secretaría de Salud hizo un llamado a la población a extremar
precaución en la recolección de hongos silvestres para el consumo humano, el
cual se incrementan con la llegada de la temporada de lluvias.
El
consumo de hongos silvestres es una práctica que se realiza en las comunidades
rurales indígenas; de no conocer los hongos comestibles esta práctica podría
ocasionar daños en la salud, incluyendo la muerte por intoxicación.
Julio
César Aguilar Conde, jefe del Departamento de Evidencias y Manejo de Riesgos de
la Secretaría de Salud estatal convocó a la población chiapaneca a tener
cuidado en el tipo de hongos que están consumiendo, y en caso que lo colecten
directamente se tenga la certeza de que el hongo que están consumiendo sea
comestible.
En
los municipios donde la recolección y el consumo de hongos silvestres es
tradición por usos y costumbres son: San Juan Chamula, Chanal, Chenalhó,
Zinacantán y San Cristóbal de las Casas; sin embargo, su práctica se extiende a
municipios de las regiones: Sierra, Fronteriza, Mezcalapa y parte de la zona
Metropolitana.
La
Secretaría de Salud informó que al consumir hongos tóxicos el cuerpo presenta
reacciones adversas; según los especialistas estos son los síntomas generales
para detectar la intoxicación de un hongo no comestible.
'Pueden
ser: malestar estomacal, mareos, vómitos, náuseas, temblor incontrolado y ante
la presencia de algunos de estos síntomas después de haber consumido hongos
silvestres les recomendamos que acudan a la unidad de salud más cercana',
señaló Aguilar Conde.
En
Chiapas existen alrededor de 13 mil especies diferentes de hongos, la mayoría
de ellos son tóxicos y solo una mínima parte es comestible según revela la
Dirección de Protección contra Riesgos Sanitarios de la Secretaría de Salud.
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