∙ Permitir
que los agentes migratorios extranjeros porten armas vulnera aún más la
seguridad y los derechos humanos de los migrantes que entran a México, sostiene
el Senador de Chiapas
Comunicado
A pesar de la asimetría en el
desarrollo institucional de los países vecinos, la reforma a la Ley Federal de
Armas de Fuego y Explosivos, que autoriza la portación de armas a los agentes
extranjeros que participen en la revisión migratoria y aduanal en los puntos de
tránsito del país, no tomó en cuenta las condiciones de la Frontera Sur de
México, consideró el Senador de Chiapas, Zoé Robledo.
“Quisiera hacer un recordatorio que
muchas veces se nos olvida: México tiene dos fronteras. Y es que esta reforma,
que está hecha para el tránsito de mercancías, el dinamismo comercial, el
desarrollo del sector turístico, y la agilización de procesos aduaneros ágiles,
tiene una sola frontera como objetico: la que está en el norte.”
La reforma se originó de una
iniciativa presentada el 24 de febrero por el Ejecutivo Federal. Ésta determina
que la Sedena podrá autorizar la portación temporal de armas a los servidores
públicos extranjeros de migración o aduanas acreditados ante el gobierno
federal. La iniciativa señala que, para la integración de las cadenas
productivas de México, es necesaria una infraestructura moderna y procesos
aduaneros ágiles, a fin de lograr intercambios seguros y eficientes.
Sin embargo, para Robledo: “en
México no sólo hay exportaciones e importaciones; aquí convergen distintos
movimientos migratorios. Es un país de origen, destino, retorno y tránsito de
migrantes, muchos de los cuales lo hacen caminando”.
Según el Instituto Nacional de
Migración hay tres tipos de puntos de tránsito internacional: aéreo, marítimo y
terrestre. En nuestro país hay 191 puntos destinados al tránsito internacional.
De ellos, 65 son aéreos, 67 son marítimos y 59 son terrestres.
En la Frontera Sur del país, que
mide mil 149 kilómetros e incluye a los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche y
Quintana Roo, hay 11 puntos de internación terrestres, prácticamente el 20 por
ciento, seis de los cuales están en Chiapas.
Organizaciones de la sociedad civil
indican que el promedio anual de migrantes centroamericanos indocumentados que
ingresan al país podría ser, ante la ausencia de cifras oficiales, de hasta 400
mil migrantes.
Para el legislador chiapaneco: “esta
reforma no propone mejorar la infraestructura ni capacitar al personal de los
puntos de tránsito internacional terrestres. Sólo permite que haya agentes
armados”. Por ello, como botón de muestra, preguntó: “¿Cómo asegurar que los
agentes extranjeros no usarán las armas fuera de sus puestos de trabajo?”
De esta forma, para el Senador de
Chiapas: “permitir que los agentes migratorios extranjeros porten armas vulnera
aún más la seguridad y los derechos humanos de los migrantes que entran a
México, sobre todo quienes lo hacen por la Frontera Sur”.
Finalmente, Zoé expresó:
“Entendámoslo: no todas las personas que entran a México son turistas.
Entendámoslo: no todos los puntos de tránsito migratorios en nuestro país son
comerciales. Entendámoslo: nuestras fronteras al sur no son modernas ni
dinámicas. Entendámoslo: no es lo mismo colindar con San Diego que con El
Quiché. Entendámoslo: no es lo mismo armar a agentes estadounidenses que a agentes
guatemaltecos, por una razón: no tienen el mismo desarrollo
institucional”.
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