México, D.F., 19 DE FEBRERO DE 2015. (Boletín).-
Pregunta: Los agrónomos ¿cómo van a
contribuir en el programa de la Cruzada contra el Hambre?
Respuesta: Creo que la Cruzada contra el
Hambre es un tema nacional, una responsabilidad de todos los mexicanos y aquí
los agrónomos y en particular el Colegio de Ingenieros Agrónomos tiene la alta
responsabilidad de que el perfil de todos estos profesionales que están
egresando de las instituciones de educación media y superior, vayan orientados
hacia ese compromiso social con los que menos tienen; a que vayan vinculados a
las necesidades de las comunidades indígenas y, sobre todo a aquellas donde
prevalece el minifundio, la pequeña propiedad, la agricultura familiar, la
agricultura de traspatio.
Tenemos que rescatar esa mística que tenía
el ingeniero agrónomo comprometido con el campo, que nacía para servir al
extensionismo, que se dedicaba a trabajar para las instituciones públicas,
pero, sobre todo, vinculado al campo, a los campesinos y a los productores.
Muchos de los egresados de las
instituciones en la época de oro de la agronomía y de la agricultura mexicana,
eran hijos de ejidatarios, de comuneros y productores rurales. Y creo que es
importante que, ahora, con las nuevas generaciones de agrónomos que vienen de
fuentes rurales, urbanas, semi-urbanas, se pueda comprometer con mayor ahínco,
para trabajar fuerte con las instituciones agrarias del país, como es el
Colegio de Postgraduados, Chapingo, la Universidad Narro, las Universidades
Tecnológicas, los institutos, los centros de Educación Superior, para que, en
la Cruzada, en cada municipio del país, haya agrónomos participando
activamente.
P: ¿Cómo saben el número de egresados?
Porque la matrícula es muy reducida, sobre todo en la UNAM o en la UAM…
R: En las universidades tradicionales, la
matrícula sigue siendo todavía muy vigente. Se está incrementando. Lo que ha
habido, es un reacomodo con otras profesiones, que están surgiendo y que los
estudiantes buscan las carreras de la moda; es decir, las que tienen que ver
con la ciencia y la tecnología, las que tienen que ver con áreas menos duras y
digamos la Física y las Matemáticas. Al final, creo que todavía tenemos una
gran necesidad y una brecha para contar con más agrónomos que sirvan al campo
mexicano.
P: ¿Cómo está el desempleo de los
agrónomos?
R: No. Creo que no hay desempleo. Lo que
pasa es que los sueldos no son competitivos y creo que un profesionista como el
agrónomo, tiene la función de irse a donde mejor pueda prestar sus servicios.
Esto es para todas las profesiones, no sólo para la agronomía.
Lo que yo experimenté como rector de una
Universidad (la Universidad Narro), era que, la mayor parte de los estudiantes
egresados que no trabajaban en el sector, lo hacían por una razón económica. No
porque no hubiera empleo. Empleo hay mucho, trabajo hay mucho, y lo que pasa es
que tenemos que ajustarnos con la realidad de mejores salarios, mejores sueldos
que tengan prestaciones, que puedan movilizarse y que puedan ir a condiciones
menos cómodas que existen en muchos rincones del país y es ahí donde debemos
tener a los mejores técnicos, pero hay que pagarles bien.
P: Si lo vemos cada año ¿cuál es el
déficit que se tiene?
R: Creo que no podríamos hablar ahora de
un déficit. Yo creo que, de lo que debemos hablar, es de un déficit de calidad.
Tenemos que orientar el nuevo perfil profesional, a un perfil que se adecúe a
las nuevas condiciones del campo mexicano. Necesitamos ingenieros generalistas,
pero que conozcan toda la cadena de valor, toda la cadena productiva. Que
conozcan desde la planeación, hasta la transformación y comercialización.
Necesitamos un profesionista que tenga
arraigo en el campo; que estén mejor preparados, que tengan mejor calidad y,
sobre todo, algo muy importante que las instituciones de educación superior
deben de atender: la pertinencia; es decir, cómo se relaciona el perfil del
profesional, con las necesidades de los productores y con las necesidades de
alimentos de nuestra población, como lo ha señalado el Presidente de la
República, Enrique Peña Nieto, para que en el 2018, alcancemos la seguridad
alimentaria; es decir, contar con el 75 por ciento de los alimentos que demanda
el pueblo mexicano, que los produzca el país.
P: ¿Actualmente de cuánto es la
dependencia?
R: Varía, según el producto, pero en
general anda en alrededor del 60 por ciento. Tenemos que subir todavía un 15
por ciento en los próximos tres años. Hay que trabajar fuerte. Hay que cambiar
la estrategia para que no nada más se atienda la demanda de los productores,
sino que, además, los productores atiendan la oferta, o sea, lo que necesitamos
producir para el pueblo mexicano y dejemos de importar alimentos.
P: ¿Qué estrategias se deben cambiar, ya
que la función pública habla de programas repetidos…?
R: Creo que hay varias cosas. Uno, que hay
una gran visión de la Sagarpa, para que coordinemos a todo el sector, no
solamente el agropecuario, sino el agroalimentario, y esto tiene que ver no
sólo con la producción de alimentos y granos básicos, sino que tiene que ver
con los caminos, con la educación, con la vivienda, con la energía eléctrica,
con el agua potable, con la salud de la población. Es decir, tiene que haber un
desarrollo integral en el campo mexicano, y tenemos que concurrir realmente con
las dependencias, al territorio rural.
En segundo lugar, tenemos que concurrir
con profesionistas altamente capacitados pero también altamente sensibles a la
realidad social. Y Tercero, profesionistas comprometidos para trabajar en el
campo mexicano.
P: ¿Se requiere una segunda “revolución
verde”?
R: Creo que más que una segunda
“revolución verde”, se requiere una nueva revolución agroalimentaria. La
revolución verde tuvo su éxito, porque se fundamentó en factores de producción,
como semillas mejoradas, el agua de riego y el crédito, todo ello puntual.
Ahora, esos aspectos están en todos lados. Lo que requerimos es trabajar en la
gestión social, trabajar con el campesino, atender al productor rural y, una
vez que lo conozcamos mejor, entonces inducir nuevas tecnologías, nuevas
aplicaciones. La tecnología está disponible. Lo que tenemos que adecuar, es la
tecnología mental, el cambio de actitudes y el cambio de perspectivas de los
productores.
P: La Auditoría Superior de Hacienda, dice
que hay duplicidad de programas ¿es necesario que haya una reingeniería en
cuanto a los programas que maneja la Sagarpa?
R: No consideraría que para el campo haya
duplicidad de programas. En lo que tenemos que insistir, es en una mayor
coordinación inter-institucional. Creo que tenemos que ver en detalle qué
programas pueden coincidir y que haya una sinergia institucional. No creo que
haya duplicidad de programas. Más que todo, creo que lo que requerimos es una
mayor coordinación inter-institucional, para que los programas coincidan en el
campo y que los productores reciban ese beneficio.
P: ¿Ustedes (el Colegio) y la dependencia
gubernamental hará cambios?
R: No. Por supuesto que no. El Colegio
tiene una tarea muy importante, que se lo da la Constitución. Es el órgano
colegiado que tiene que normar y asegurar que lo que se esté educando en
materia agropecuario, pues coincida con la realidad mexicana y que haya
pertinencia, que haya perfiles adecuados a la realidad, y que con toda esa
base, podamos ir caminando.
P: Entonces, a partir de ese informe ¿qué
aspectos la Secretaría de Agricultura hará?
R: Bueno, ese es un tema que creo
corresponde contestar el señor Secretario de Agricultura. Pero lo que le puedo
decir, es yo he visto en el secretario Martínez y Martínez, una mayor voluntad
de estrecha coordinación, de menos burocracia, de atender los programas en el
campo y, como él lo ha dicho, con los pies en la tierra, que significa dos cosas: una, que los funcionarios salgan al campo, y
segunda, que atendamos al campo con realismo.
Muchas gracias
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