MARIO CABALLERO
MITZITÓN: OTRA
CUENTA DE NEMESIO PONCE
La
culpabilidad de Nemesio Ponce Sánchez por los asesinatos de Mitzitón aún no
obtiene su debido castigo. Y este caso es sólo uno de tantos delitos en los que
Nemesio Ponce estuvo involucrado. Recordemos, pues, que en su calidad de
subsecretario de gobierno en el periodo de Juan Sabines Guerrero despachó una
serie de arbitrariedades que él mismo denominó como “Funciones del Puesto”, y
lo de Mitzitón es una de ellas.
Los
atropellos de Nemesio Ponce van desde encierros injustificados, desapariciones
forzadas, represión a líderes sociales, destrucción de grupos inconformes, coerción
política, imposición de gente a modo, hasta el avasallamiento de las instituciones,
y por cada uno de estos delitos es por lo que las víctimas piden que sea
castigado con todo el peso de la ley. En caso contrario, se estará confirmando
la máxima: Aquí no hay justicia para los
desposeídos, solo impunidad para los poderosos.
***
Nemesio
Ponce Sánchez no era político sino una persona más sumida en la pobreza, cuya
única posesión era un automóvil viejo que usaba para trasladarse de su casa al
trabajo y viceversa. Y todo lo que sabía sobre política y la problemática
social se basaba en los usos y costumbres de los arrabales de la ciudad de
México, donde vivió y creció. Pero al tener domino sobre todo lo que lo rodea cambia
su personalidad y añade a su comportamiento el gusto por lo snob y la intolerancia
a la disidencia.
Cuando
llega a formar parte del gobierno de Juan Sabines Guerrero, en el momento en
que nada peor podría pasarle en la vida, pues ya había sufrido el desprecio y
la derrota, el hambre y el frío, adopta una ley que lo rigió durante todo el
sexenio a modo de venganza a la frustración y la miseria: “El régimen no admite
oposiciones”. Y de este comportamiento, a veces soberbio y a veces inhumano, le
nace el mote de “El Todopoderoso”.
CASO MITZITÓN
En
el caso Mitzitón, Ponce Sánchez rinde una respuesta expiatoria para desligarse
del operativo que él dirigió desde su oficina en el Palacio de Gobierno: “Nada
tuve que ver con lo ocurrido en Mitzitón. Así que las acusaciones hacia mi
persona que hace el licenciado Ricardo Lagunés Gasca (abogado del Centro de
Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas) carecen de fundamento y
credibilidad. Por lo pronto, aclaro que nosotros como autoridad competente nos
corresponde propiciar la paz por las mejores vías y no así provocar los
conflictos. Y eso de que armamos a paramilitares, es una carta que usa el
abogado Lagunés para poner en mal al gobierno. Nada menos reprobable que eso”.
Las
acusaciones verbales del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas
se convirtieron en averiguaciones previas, y en ellas se acusa a Nemesio Ponce
Sánchez de ser el autor intelectual de los hechos fatales. A partir de esa
fecha, los ejidatarios de Jotolá y San Sebastián fueron acosados y perseguidos
por elementos de la Policía Estatal Preventiva por una sola razón: denunciar
los hechos y pedir justicia.
En
septiembre de ese mismo año, Ponce Sánchez envía policías ministeriales y
agentes de la PEP al ejido de Jotolá con dos objetivos: uno, detener al
comisariado ejidal y al profesor Ricardo Sánchez, vocero de las querellas; dos,
para dejar claro el mensaje: El doctor Nemesio Ponce Sánchez es intocable.
Para
acabar con la problemática, Nemesio usa la fuerza del Estado y localiza en los
disidentes el peor crimen: la impertinencia. Y en su embriaguez de poder, dice:
“Los criminales (así juzga a los que criticaron sus formas coercitivas para
imponer la autoridad) lo son por instinto y no pueden evitarlo”. Es decir, los
impertinentes desean castigar al funcionario y eso es un crimen sin
remisión.
Días
después de estos eventos, miembros de la Organización para la Defensa de los
Derechos Indígenas y Campesinos declararon ante la prensa: “Estamos aliados con
el doctor Nemesio Ponce… Él nos ordenó emboscar al abogado Ricardo Lagunés…
Durante todo el tiempo que duró el operativo en San Sebastián Bachajón y en
Mitzitón fue a Nemesio a quien le rendimos cuentas”. Con estas declaraciones se
cae la mentira de Nemesio Ponce que afirmó en reiteradas ocasiones que el
asunto de Mitzitón se trataba de un conflicto religioso, pero la verdad es que
fue un planeado exterminio religioso-político-zapatista.
***
Que
quede claro: Nemesio Ponce Sánchez es culpable por las muertes y expulsiones en
Mitzitón, y no existen excusas posibles que lo salven de ir a prisión por este
grave acontecimiento. Las investigaciones deben reabrirse y continuar por la
brecha correcta sin detenerse en miramientos políticos.
Porque
ya es el tiempo para que el apotegma tenga sentido: Nadie es tan fuerte como para maltratar eternamente y vivir impune.
Las autoridades deben cumplir con la sociedad al hacer justicia, de lo
contrario, la sociedad con toda su indignación moral tendrá que resignarse y
aceptar el hecho de que la impunidad es la variante de “la diosa perra del
éxito”.
@_mariocaballero
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