¿Dónde están los 43
estudiantes desaparecidos?
Víctor M. Cruz Roque
¿Dónde
están los 43 jóvenes estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos” de Ayotzinapa,
Guerrero? Esa es la pregunta irreverente que brota de millones de gargantas y
que se escucha en los cuatro puntos cardinales del mundo.
El
tiempo sigue pasando, y la sospecha se cierne y se corporiza con mayor nitidez,
pero a la fecha, a 37 días de los aciagos acontecimientos de Iguala, no existen
respuestas satisfactorias para nadie, menos para los padres de los
desaparecidos.
Ya
se han pronunciado los gobiernos de casi todos los países; ha oró el Papa; ya
se lanzaron alertas por parte de las más importantes y representativas
comisiones de derechos humanos que tienen presencia internacional y las
nacionales; ya se produjeron encuentros entre los ¿deudos? y los titulares de
los tres poderes del Estado; la alzaron las voces renombrados intelectuales,
artistas y académicos; ya se realizaron
manifestaciones de protesta en todas las entidades de la República; ya fueron
buscados por “cielo, mas y tierra”; ya pintaron su raya las corporaciones
empresariales de todos los giros y actividades; ya estallaron iras y bombas por
doquier; ya se incendiaron palacetes de poder, ya se fueron los ex, edil de la
ciudad fratricida José Luis Abarca y el
gobernador Ángel Aguirre, y nada, no
aparecen los jóvenes y ocurre como si en verdad se los hubiese tragado la
tierra. Pero ¿de verdad se los tragó la tierra?
¿Dónde están los
estudiantes?
Crece
la indignación ante la ausencia de resultados y se elevan los sentimientos de
impotencia ante lo que sucedió y sigue sucediendo. Los directamente
afectados—padres, madres, hermanos y consanguíneos en general—han recorrido
prácticamente todas las oficinas gubernamentales y al unísono exigen: ¡vivos se
los llevaron, vivos los queremos de regreso!, pero el eco de sus clamores no
hallan respuestas concretas y convincentes. “Es el mismo discurso”; acusan; “Quieren
comprar nuestro silencio”, sindican; “El Estado es el verdadero culpable”,
señalan insistentemente.
Lo
acontecido el 26 de septiembre en Iguala, es resultado de una larga, larguísima
anidación de odio social prohijado en contra de las escuelas Normales Rurales
del país por parte de todos los gobiernos de todos los niveles, que nunca
aceptaron ni aceptarán que en las aulas escolares se formen jóvenes con visión
crítica y sentido de pertenencia y búsqueda de mejores condiciones de vida para
todos.
Los
llamaron “revoltosos y agitadores”; los denominaron enemigos de México y los
lincharon durante décadas. Ese mismo estigma quizá llegó a las células
criminales que asolan al país y por lo mismo decidieron “darles un escarmiento”,
como refieren algunos de los detenidos materiales, aunque el gran autor
intelectual sea el Estado Mexicano, ese que ahora se desgarra las vestiduras
tratando de consolar a quienes todo indica nunca más volverán a ver a sus
hijos.
¿Dónde están los normalistas
rurales?
Mientras
el sentimiento de culpa se agiganta, paradójicamente a pocos logran engañar de
que realmente les preocupa el destino ¿bajo tierra? que tuvieron los 43
inocentes invisibilizados por el vómito de las armas fratricidas.
En
la médula del Estado mexicano, desde donde se germinó el odio y el rencor
social contra ellos; desde donde se multiplicaron los acechos, las insidias y
el desprecio, ahí es posible encontrar las respuestas a tan terca interrogante
que se niega a fenecer como muchas cosas en este país mueren con el paso del
tiempo y al calor de los discursos mal aventurados.
Es
la misma mano asesina que tiñó de rojo la Plaza de las Tres Culturas en el 68;
el Jueves de Corpus en el 71; los que masacraron a campesinos en Aguas Blancas
en el 95; los que hicieron correr sangre indígena en los agrestes caminos de
Chiapas en el 94.
Son
los mismos que desde los sótanos del poder han acallado las voces de
inconformidad y han tratado de sofocar el caudal de ilusiones que claman una
mejor vida para todos.
Los
mismos que desde el púlpito traicionero a las verdaderas enseñanzas de Jesús,
se regodean y han devorado la fe del pueblo mexicano.
Los
mismos que desde los túneles financieros hacen circular los grandes capitales y
han convertido nuestra Patria en un templo de mercadería.
Son
los mismos que desde donde se apoltrona la burguesía cobijada de placer y
complicidad, detienen el libre tránsito de la ideas y privilegian el tránsito
de los mercados. Para ellos, todo se vende, todo se compra… hasta la vida
misma.
Los
mismos que han dejado las guarniciones militares y han salido a las calles
acariciando los fusiles para saciar su sed y su hambre antropofágica. Ellos
hacen vomitar las bayonetas y cavan túneles para enterrar a los cuerpos inermes
de quienes buscan la luz de la esperanza.
Son
los enemigos abecedario. Los que apagaron las luces del saber y desde siempre
han cortado las flores para que no llegue la primavera.
EN CONCRETO.
A modo de editorial.
El
horno no está para bollos, decimos coloquialmente cuando lanzamos advertencias
para intentar ilustrar que no debemos cometer tonterías, yerros, desvíos o
situaciones que puedan provocar afectaciones de cualquier índole que se trate.
Este
comentario lo hacemos en el entorno de la emisión de la convocatoria que hizo
la Junta de Gobierno de la UNACH, con lo que se inicia el proceso sucesorio en
la rectoría de esa institución que bien llamamos nuestra “Máxima Casa de
Estudios”.
En
tiempo y forma, el organismo, emitió la convocatoria respectiva para la
auscultación y posterior designación del rector, correspondiente al período
2014-2018. El documento fue publicado este domingo y en él se detallan los
requisitos que deberán cumplir quienes aspiren a este cargo para sustituir a
Jaime Valls Esponda. Refiere que el citado se genera con fundamento en lo
dispuesto por las leyes y normas vigentes, y está signado por la presidenta del
organismo Gobierno María Guadalupe Rodríguez Galván, por el secretario
Anastasio Gerardo Chávez Gómez y por los integrantes: Joaquín Ballinas Álvarez,
Rafael C. Ovando y Flor de María Culebro.
La
auscultación—señala—se realizará entre el personal académico, administrativo y
alumnado en general, proceso que se efectuará del 5 al 25 del presente mes y
una vez concluido, ese colegiado analizará las propuestas y emitirá su
decisión.
Y
es aquí donde la puerca no debe torcer el rabo. Es decir, es aquí donde se
espera que esa decisión sea la más acertada, la que genere consensos, la que
logre centrifugar simpatías y buenos deseos de seguir trabajando a favor de
fortalecer el aula mater que promovió y fundó el exgobernador Manuel Velasco
Suárez hace exactamente cuarenta años.
El
procedimiento instituido ocurre inmediatamente después de que el Congreso del
Estado reformó la Ley Orgánica Universitaria, particularmente los artículos 12
y 22, referentes a la posibilidad de reelección y a la edad que deben tener los
aspirantes.
Con
esta nueva disposición se abren nuevas posibilidades y se genera un esquema de
inclusión que corresponde a los tiempos que vivimos a nivel nacional. Esto
nadie puede objetarlo.
Por
eso mismo, todo lo que se ha hecho no debe tirarse al cesto de la basura y si
debe ser abono para que la Junta de Gobierno adopte la decisión que más
convenga a la comunidad universitaria en particular y a los chiapanecos en
general.
APUNTES.
Importante taller
organiza la SE.
La
secretaría de Educación del gobierno estatal organizó el curso taller
denominado “Socialización de las Gramáticas Didácticas del Segundo Ciclo de
Educación Primaria indígena, para conocer el proceso de los contenidos
gramaticales de las lenguas: tseltal, tsotsil, ch’ol, tojol-ab’al, mam, mocho’,
kakchikel y zoque”, mismo que fue inaugurado por el titular de la dependencia
Mtro. Ricardo Aguilar Gordillo.
El
funcionario expuso que el objetivo de la actividad es promover la reflexión y
el análisis para fortalecer las lenguas maternas que subsisten en el estado—que
por cierto la mayoría se encuentra en serios peligros de extinción debido a la
ausencia de políticas públicas para preservarlas--ya que es un compromiso
asumido por el gobernador Manuel Velasco Coello.
Es
todo, gracias.
Sígame
en Twitter: @victormanuelcru
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