José Juan Balcázar
DIÁLOGO Y MANO FIRME
El desalojo de
una invasión en el oriente de Tuxtla Gutiérrez, además de devolver la propiedad
a su legítimo dueño, da una idea del compromiso de este gobierno de no permitir
las invasiones ni actos que atenten contra el Estado de derecho ni con la paz
social. Eso, por supuesto, es plausible, porque una obligación del Estado es
garantizar la tranquilidad y vigencia de las leyes, sin importar de quien se
trate, filiaciones políticas o sesgos ideológicos de las personas que se posesionen
de tierras que no son suyas.
Un principio de
autoridad es no permitir que nadie viole las leyes, violente la gobernabilidad
ni atropelle la propiedad privada. En ese sentido, la decisión de liberar el
predio invadido en el lado sur oriente de Tuxtla, cuyo asentamiento irregular
habían nombrado Gabriel Gutiérrez y luego, al cambio de gobierno, para
congraciarse, nombraron Manuel Velasco Suárez, es un hecho que puso a prueba al
gobierno: por un lado, de agotar el diálogo y, la otra, de aplicar la fuerza
del Estado, lo cual no fue necesario.
Una cosa es la
amabilidad y tolerancia de un gobierno, como ha mostrado ser la característica
del gobernador Manuel Velasco Coello, y otra que se confunda con debilidad para
incurrir en abusos o actos que pongan en entredicho la firmeza del Estado. Ya
en otros casos se ha visto que, cuando es necesario, no se duda en aplicar la
ley ni la fuerza del Estado, pero siempre se ponderará más cuando la vigencia
del Estado de derecho se garantiza sin necesidad de recurrir a la fuerza o, de
plano, a la violencia.
El secretario
de Gobierno, Eduardo Ramírez Aguilar, lo dijo muy claro: en el gobierno hay
diálogo, pero también mano firme. Y de eso se trata, que haya garantías para
que nadie vea amenazada su propiedad ni sus derechos ni nadie pase por encima
de la ley ni someta a sus pares o, peor, al Estado, a sus intereses. Ese rigor
en el desalojo de la invasión, se espera sea una constante, para que la
práctica de chantaje y de abuso queden en el pasado y se abra camino a la
legalidad y al trabajo productivo.
--El cinismo a
flor de piel y los protagonistas de tal insolencia todavía se atreven a acusar
a otros de lo que ellos cometen, incurren, abusan y se sirven.
Tal es el caso
de quienes denuncian el uso de recursos públicos para la promoción de Sotelo
dentro del PRD.
Las acusaciones
van en dos sentidos:
El uso de
recursos públicos para apoyar a un candidato y el abuso del cargo para
promoción política propia.
¿No se habrán
mordido la lengua los detractores?
¿No acaso los
denunciantes usan recursos públicos para pretender un liderazgo partidista que
no ganan por sí solos?
¿No acaso los
que denuncian son los que usan recursos públicos para hacer sándwiches y
mantener a la jabalinada?
¿Los que denuncian
no son los mismos que han traicionado a su partido y ahora fingen castidad
política?
¿No acaso los
que ponen el grito en el cielo son los que solapan actos protagónicos de
síndicos, perdón, cínicos oficiosos?
Basta ver la
fanfarria con que se conducen los impolutos para entender que lo que denuncian
es precisamente lo que personifican.
--Por cierto,
el que de plano anda bien perdido, es Luis Raquel Cal y Mayor.
Y no perdido
porque ya no quiera queso sino salir de la ratonera.
Anda perdido
porque ignora lo que pasa al interior de su partido.
Hace poco le
preguntaron de un resolutivo del CEN del PRD y dijo que nomás no estaba
enterado.
¿Cómo chingaos
va a estar enterado andando en el agua?
Y conste que
eso del agua nada tiene que ver con las lluvias y los lodazales que se forman
por las obras en Tuxtla.
No sabe, nunca
supo, dónde está parado.
Pasó de noche
en el PRD y sólo se ocupó de hacer viva la flor con las prerrogativas.
Y ahí se la ha
llevado todo este tiempo.
No respira, no
mira, es de palo, no oye.
--A los que ya
se les acabó el veinte con la regulación de las marchas, es a los Gamboa, los
chaquistes.
Como todos en
el poder saben, son los Gamboa López los que regentean al grupo de choque
MOCRI.
Ellos son los
que lo han usado para armar desorden, romper manifestaciones y generar
violencia.
De ahí que este
grupo paramilitar haya tenido tanto poder e impunidad en el gobierno de
Sabines.
Atendían a las
órdenes de los Gamboa y éstos a los de Sabines.
Por eso es que
eran intocables y hacían lo que les venía en gana.
Pero tal parece
que ya se les acabó y ahora tendrán que enfrentar a la justicia si incurren en
delitos.
Ya los Gamboa
no tendrán elementos para vender un servicio de grupos violentos, porque nadie
los quiere.
La sociedad que
ha sido víctima de este grupo de choque siempre ha clamado porque se les
aplique la ley.
Ya sin Sabines
en el gobierno, ya sin las grandes y geniales estrategias de los Gamboa, el
MOCRI se queda sin cliente y sin sentido.
La neta es que
ya urge que les pongan un hasta aquí.
--Algo se tiene
que hacer para detener el saqueo de ámbar en Simojovel y su envío a China.
Son cantidades
grandes los que se embarcan a China, lo que representa un peligro para el
comercio local.
Se sabe que el
tráfico, legal o ilegal, lleva varios años y los encargados de desarrollo
económico ni enterados.
Ya va siendo
tiempo que pongan atención y presenten una alternativa de solución.
Seguramente se
dirá que es muy bueno que los ambareros vendan cantidades industriales de ámbar,
pero no es así.
El
acaparamiento de ámbar de los chinos por supuesto que tiene una intención.
La pregunta es
¿qué va a pasar cuando se agote la veta de ámbar en Chiapas?
Entonces se
entenderá que fue una muy mala estrategia haber vendido todo a los chinos.
¿Es necesario
esperar hasta entonces para caer en la cuenta del mal que se hace a la región
de Simojovel?
--En Villacorzo,
para la búsqueda de candidato a la alcaldía, están como la canción esa de Yo
tenía diez perritos.
Dicen que canta
el garrobo con sarna: “Yo tenía diez perritos, uno se perdió en la nieve, nomás
me quedan nueve.
“De los nueve
que quedaban, uno se comió un bizcocho, nomás me quedan ocho.
“De los ocho
que quedaban, uno se metió en un brete, nomás me quedan siete.
“De los siete
que quedaban, uno ya no lo veréis, nomás me quedan seis.
“De los seis
que quedaban, uno se mató de un brinco, ya nomás me quedan cinco.
“De los cinco
que quedaban, uno se mató en el teatro, nomás me quedan cuatro.
“De los cuatro
que quedaban, uno se volvió al revés, ya nomás me quedan tres.
“De los tres
que quedaban, uno se murió de tos, ya quedan dos.
“De los dos que
quedaban, uno se volvió un tuno, ya nomás me queda uno”.
Y así literal
están, ya nomás les queda un viejecito llamado Román Utrilla que tiene más años
que votos.
En elecciones
pasadas le han metido unas arrastradas marca llorarás.
Neta que para
el confinero el anciano Román ya había pasado a mejor vida, pero no, aún
respira.
Y no sólo
respira sino aspira a convertirse aunque sea a candidato.
Logrará ser
postulado únicamente que el Partido Verde quiera entregar el poder municipal al
PRI.
Es la única
forma de entender que se empecinen en imponer a un viejito sin propuesta
política ni simpatías electorales.
Los malosos de
Villacorzo dicen que Román Utrilla no cumple con el requisito de ser
chiapaneco.
Dicen que en
realidad es de Guanajuato y que es una de las momias que un día se perdieron
del museo.
¿Será cierto?
Sean peras o
perones, don Cascarrabias debería ir al Archivo de Indias a buscar su acta de
nacimiento para salir de dudas.
No vaya a ser
que no le dio su acta de nacimiento don Diego de Mazariegos, sino el cura
Hidalgo.
Otra arista que
no debe dejar pasar es revisar todas las películas del Santo y de Chabelo con
Pepito.
Puede ser que
en una de esas películas, de El Salto contra las Momias de Guanajuato o Chabelo
y Pepito contra las momias, salga de extra.
Eso podría ser
suficiente elemento para alegar en los tribunales que no cumple con el
requisito de nacencia chiapaneca.
--De verdad que
los cínicos no tienen perdón de Dios.
Ahora dicen los
sinvergüenzas que han brincado de un partido a otro que el logotipo de Chiapas
nos Une es un reconocimiento a ellos.
Que como el
logotipo tiene verde, rojo, azul, amarillo y otros colores es una invitación al
chapulineo electoral.
De ahí que
ahora los que antes fueron del PRI, luego del PRD o del PAN, quieran mudar al
color de iguana tierna.
Los menos son
los que siendo rojos, azules o naranjas quieren vestirse de amarillos.
¿Y las
ideologías y lealtades partidistas?
Uta, ni quien
se acuerde esas invenciones mamucas que nadie entiende y nadie atiende.
--AVISO INOPORTUNO.
Se aclara al
respetable que la obra de teatro que se presentará próximamente en Tuxtla se
llama Qué rico mambo, no Qué rico mampo; así que ni se hagan ilusiones que ahí
actuará La Tarlatana.