· En 1950 la disponibilidad media de agua por persona era de 11 mil
metros cúbicos, para el 2010 era de 4 mil 90 m3. y se calcula que para el 2025
apenas será de 3 mil 828 m3: ONU.
· México utiliza el 78% del total de agua para producir alimentos,
de la cual el 53% se desperdicia.
René R. Coca.
Tapachula, Chis; MAR. 20
(interMEDIOS).- De acuerdo a investigaciones científicas realizadas por la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), prevén que para mediados de este
siglo, las elevadas temperaturas y la disminución de la humedad del suelo,
propiciarán que haya menor producción de alimentos y que la seguridad hídrica
del planeta esté amenazada, lo que obliga al ser humano no solo a reflexionar
sobre el cuidado del medio ambiente y el agua, sino a tomar medidas radicales y
consistentes para la preservación de las presentes y futuras generaciones de la
especie.
A unas horas de
conmemorarse el Día Mundial del Agua y con datos proporcionados por el
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), esta fecha lejos de
celebrarse por las dependencias de gobierno y por los mismos activistas
protectores de la naturaleza, se deben retomar políticas públicas y hacer valer
la ley para que el medio ambiente de donde el agua es factor preponderante y
directriz, sea respetado y no llegar a extremos de carencia del vital líquido
como ya ocurren en regiones del planeta, de nuestro país y de Chiapas.
Según estos estudios, la
demanda de agua podría superar en un 44% los recursos disponibles anuales en
2050 y la demanda de energía podría aumentar en un 50% de aquí a esa fecha. El
mundo se enfrenta por tanto a un gran reto, pues sin energía no hay agua y sin
agua no hay energía. Por ende no se pueden permitir políticas energéticas que
no tengan en cuenta que el agua es necesaria para producir hidroelectricidad y
para la refrigeración en todos los procesos de generación de energía, o
políticas del agua que no consideren cuánto necesitan de energía para bombear
el agua, purificarla, transportarla, presurizarla y depurarla.
De igual forma, varias de
estas amenazas están íntimamente relacionadas con la seguridad hídrica, ya que
mientras en 1950 la disponibilidad media de agua era de 11 mil m3 por persona
al año, para el 2005 era de 4 mil 573, para el 2010 de 4 mil 90 y se ha
calculado que, para el 2025 apenas se dispondrá de 3 mil 828 m3 de agua por
persona por año, para quedar en la clasificación de disponibilidad baja.
Si bien en el 2005 México
utilizaba sólo el 16% del volumen disponible de agua, considerado como un grado
de presión moderado, en los estados del norte del país el grado de presión es
superior al 40%, clasificado como de presión fuerte. Un factor fundamental es
que 105 de los 653 acuíferos estén sobreexplotados, por extraerse una mayor
cantidad de agua de la que las lluvias logran recargar.
Puesto que casi el 78% del
total de agua en México se utiliza en la agricultura y para producir alimentos
-de la cual el 53% se desperdicia-, es conveniente recordar su huella hídrica
para producir un kilo de maíz se requieren 900 litros de agua; para producir un
kilo de trigo se utilizan mil 350 litros de agua; para producir un litro de
leche se necesitan mil litros de agua y para producir un kilo de carne de res
se requieren 16 mil litros de agua, sólo por dar algunos ejemplos.
En algunas regiones
hidrológico-administrativas del país, el agua renovable per cápita alcanzará en
2030 niveles cercanos o incluso inferiores a los mil metros cúbicos por
habitante por año, lo que se califica como una condición de escasez grave. (interMEDIOS
rrc).
