● Este problema se ha convertido en una cuestión de salud pública que va
en aumento y que afecta al área laboral, afectiva, familiar y social del
paciente.
Por:
Martha Oliva Hernández | El Universal
Miércoles 16 de octubre de 2013.- El
especialista en psicotrauma, José Luis Canales apunta que "Los
detonantes son la muerte de un ser querido, pérdida del empleo, depresión, disfunción
familiar, padre tóxico, codependencia, síndrome de auto mutilación, entre
otras cuestiones".
El autor del libro Suicidio: decisión
definitiva al problema temporal, apunta que no todos los suicidas están
deprimidos, aunque no todos deciden hacerse daño.
Muchos de las
personas sienten desesperanza, piensan que su vida no vale o se refugian en el
alcohol.
Refiere que de 10 personas, 7
son hombres y 3 mujeres, "aunque las féminas son más manipuladoras",
señala. Es más frecuente en jóvenes y mayores de 70 años de edad.
"Las personas que intentan quitarse
la vida tardan en promedio nueve meses para lograrlo. Los recursos más
comunes en los hombres son las armas de fuego y el ahorcamiento, mientras que
ellas optan por las pastillas", comenta.
El especialista asegura
que es indispensable que la persona que intenta suicidarse reciba tratamiento
psicológico o psiquiátrico de manera oportuna y los signos de alerta a los que
hay que prestar atención son:
Aspecto físico: cansancio, sueño,
insomnio y dolor de cabeza
Intelectual: dificultad para
concentrarse, poco interés, dificultad para comprender y pérdida de la memoria
temporal.
Social-afectiva: aislamiento o
dependencia a una o varias personas.
Emocional: sentimiento
de tristeza, anedonia (incapacidad para disfrutar la vida) y profunda
tristeza.
Conductual: poca energía, productividad
disminuida. La gente descuida su arreglo personal o sube de peso.