MARIO CABALLERO
EL ESCÁNDALO DEL
MAGISTERIO
En las protestas de los maestros
disidentes hay un punto a debatir, y es el análisis cultural del conflicto:
¿por qué no se ha producido una gran movilización nacional en defensa de los
derechos del magisterio? ¿Por qué la gran mayoría de los docentes permanecen en
las aulas de clases? ¿Por qué tanta ambigüedad en el reclamo (por ambigüedad
léase también el uso equivocado de los símbolos plasmados en pancartas, mantas,
lonas y consignas)? ¿Por qué las manifestaciones de los maestros son
calificadas como agravios a los derechos humanos?
La justicia por la que dicen luchar
los disidentes no es ni por asomo por la “calidad” de la educación, ni por los
niños y jóvenes que hoy permanecen en el letargo, sino un asunto distinto, de
moral, de congruencia intelectual y de tiempo, de ética profesional. Ahora, de
lo que debe hablarse es de la defensa de aquello sobre lo que se ha insistido
tanto y de una manera banal y hasta caprichosa: el Estado de Derecho, ése que
no suele respetarse ni llevarse a la práctica habitual, y que en el mejor o
peor de los casos ni siquiera es considerado como una mera norma de
comportamiento.
En el asunto magisterial deben
señalarse, en el acopio de los hechos y acontecimientos, los testimonios de los
maestros y de los autoproclamados mesías de la cultura mexicana (el término
educación ya se les hace poca cosa), esos que no se les ve por ningún lado,
pero que aparecen cuantas veces sea necesario para la foto y para avivar los
rencores.
Y para eso acudo al cerco
informativo, muy válido para el caso, para conocer lo que realmente piensan y
saben los trabajadores de la educación acerca de las causas de “La lucha”. A continuación,
algunas escenas reales:
Un maestro del Bloque Democrático de
la sección 7 da muestras de la falta de capacidad para asimilar la situación, y
al ser cuestionado por tomar-secuestrar la caseta de peaje de San Cristóbal de
las Casas (el recaudo diario es de más de 100 mil pesos) retoma la máxima de “O
Copelas o cuello” (el autoengaño también reside en “vislumbrar el triunfo a
través del delito” o La justicia por propia mano):
“Toda esa política de represión no va a
prosperar porque tenemos muy clara nuestra idea; podrán cuestionar el camino
pero nunca las causas que han dado origen a la lucha de los trabajadores de la
educación”.
La súplica confusa de una maestra de
educación primaria que pide apoyo a los padres de familia del primer grado
grupo “A” de la escuela “Educación Popular”, en Tuxtla Gutiérrez:
“Señores padres de familia, con el debido
respeto que me merecen, permítanme informarles que nos vamos a paro indefinido apoyando
a la CNTE. ¿Es que acaso dejaremos que nuestros derechos magisteriales sean pisoteados
por el gobierno? De ninguna manera. Y si no logramos frenar la incongruente reforma
educativa, renunciaremos a nuestras plazas. Al fin y al cabo, yo puedo ganar
más y vivir mejor vendiendo pan, galletas y pastelitos en el mercado”.
Un reportero le pregunta a un grupo
de docentes situados en la plaza central de la capital del estado de Chiapas, que
protestan enardecidos por el caso omiso del gobierno a las exigencias de los
maestros:
Reportero: ¿Cuáles son sus
exigencias?
Docente 1: Las exigencias… este… las
exigencias… De norte a sur/de este a oeste/ganaremos esta lucha/cueste lo que
cueste.
Reportero: A ver, usted, sí el de la
pancarta que dice “Estamos en contra de la Privatizasión de la Educasión”.
¿Cuáles son las exigencias?
Docente 2: Las exigencias son… el
reclamo por la falta de… sí, por la abrogación de los artículos 15 y 35 de la
constitución.
Reportero: ¿Qué acaso no son los
artículos 3 y 73 constitucionales?
Docente 3: Está claro, compañeros,
que aquí con el señor no se puede llegar a un consenso. Procedamos a retirarnos.
“El magisterio/marchando/también está enseñando”.
La llamada telefónica de Adelfo
Alejandro Gómez, principal promotor de las arbitrariedades del Bloque
Democrático, con el dirigente
de la Sección 22 de Oaxaca Rubén Núñez Ginez, comunicación que esclarecen
los objetivos del liderazgo chiapaneco: la inmolación a como dé lugar y la
impunidad de las acciones, que por desgracia deviene en burlas a la sociedad:
¡Qué cosa tan triste! Oír semejantes
barbaridades en los momentos de crispación nada más aporta a la confusión e
invita a leer entre líneas la ira contenida en el deseo, ese que tan
acertadamente describió Amado Nervo: “El deseo es un vaso de infinita amargura,
un pulpo de tentáculos insaciables, que al par que se cortan, renacen para
nuestra tortura. El deseo es el padre del esplín, de la hartura, ¡y hay en él
más perfidias que en las olas del mar!
El escándalo magisterial tiene
nombre: Desinformación. Y esos métodos no son admisibles en circunstancia
alguna. Menos aun cuando se pasa al Estado de Derecho por inadvertido. Los
maestros son acarreados, presos de su propia ignorancia y de los líderes
fácticos. Y tanta es la ceguera, que todavía no se han dado cuenta que hasta
Pablo Salazar tiene intereses en juego.
Cualquier comentario a yomariocaballero@hotmail.com o
al 9612751123.