Translate

Vistas a la página totales

lunes, 6 de mayo de 2013

ORGANIZACIONES CIVILES DE MÉXICO PONEN LA LUPA AL INM POR PRESUNTAS VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS PERSONAS MIGRANTES.


· Durante el 2012, 88 mil 501 personas fueron aseguradas en las Estaciones Migratorias.

            René R. Coca.
            Tapachula, Guatemala; MAY. 06 (interMEDIOS).- Organismos No Gubernamentales incrementan su monitoreo a favor de los Derechos Humanos de las personas migrantes, ya que de acuerdo a cifras del mismo Instituto Nacional de Migración (INM) fueron detenidas 88 mil 501 personas, de este número el 86.48% fueron hombres y el 13.51% mujeres: Respecto a la nacionalidad, América Central representa el mayor número de personas migrantes donde Guatemala tuvo el mayor impacto con el 45.26%, seguido por Honduras con el 32.64% y El Salvador con el 14%.
           Estas ONG’s indicaron que llevan un registro por zona geográfica de la República Mexicana, y en ellos se señala el maltrato hacia las personas migrantes que entran por la frontera sur de Chiapas.
            La Organización Frontera con Justicia de Saltillo, Sin Fronteras I.A.P. y el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova de Tapachula en Chiapas, llevan años de monitoreo en sus zonas de acción la situación de las personas migrantes que son detenidas en las llamadas Estaciones Migratorias, donde el Instituto Nacional de la Migración priva de libertad a migrantes que carecen de una documentación de legal estancia en el país; son años en los que se han venido observando violaciones constantes a los derechos de las personas allí detenidas y de restricciones de la autoridad para poder ejercer nuestro derecho a la defensa de derechos de estas personas.
            Fruto de este trabajo y a pesar de las limitaciones, se han logrado documentar durante el año 2012 y lo que llevamos del 2013, a través de visitas constantes y entrevistas individuales y grupales, las condiciones de vida y de acceso al ejercicio de sus derechos básicos y jurídicos de las personas migrantes detenidas en las Estaciones de Saltillo, Villahermosa, Tenosique, Distrito Federal y Tapachula.
            En particular, se ha tratado de observar lo ocurrido tras la promulgación de todo un nuevo marco normativo migratorio en México, con la Ley de Migración, su Reglamento de desarrollo y las Normas de Funcionamiento de las Estaciones Migratorias. Los informes que se presentan en las próximas semanas narran las realidades y casos observados, donde se reiteran las vulneraciones a derechos fundamentales y muchos elementos comunes entre lo observado en el norte, el centro y el sur del país.
            El Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova hace visible en su informe la realidad del centro de detención para migrantes más grande de América Latina, ubicado en Tapachula, y que en la gran mayoría de los casos es el punto de deportación de México hacia Guatemala, Honduras y El Salvador.
            Frontera con Justicia destaca en su monitoreo del centro de detención de Saltillo los abusos de poder y maltratos cometidos por la autoridad hacia las personas migrantes, ya sean policías municipales y federales en el momento en que los interceptan ya sea por los propios agentes migratorios en la Estación; las deficiencias en la alimentación, atención médica y elementos de higiene que se proporcionan a las personas allá encerradas; la prolongación por meses de la detención de niños y niñas no acompañados; y la falta de atención por los agentes a los testimonios de graves violaciones de derechos que manifiestan haber sufrido en su camino las personas migrantes. Todo bajo la excusa de parte del INM de que no hay recursos económicos para dar mejores condiciones a las personas detenidas.
            Sin Fronteras ha documentado en Tabasco y el Distrito Federal graves afectaciones a la salud mental de las personas encerradas, a veces también por meses, como tristeza, agobio, desánimo, nostalgia e incertidumbre. Unos sentimientos generados por la falta de información sobre sus derechos y por estar todo el procedimiento migratorio encaminado de manera sistemática a la deportación, sin tener en cuenta las circunstancias específicas de las personas. Una realidad que se agravada, como en los demás centros de detención, por las graves dificultades que tienen las personas migrantes para acceder a la Justicia y exigir sus derechos.
            Estas violaciones afectan de manera transversal la integridad física y emocional y las garantías jurídicas de los hombres, mujeres, niñas, niños y adolescentes que se encuentran allí detenidos. Los problemas más graves se encuentran relacionados de nuevo con la falta de un debido proceso y las condiciones de vida adentro de la Estación, documentándose incluso la existencia de una celda de castigo; el informe contiene una serie de casos paradigmáticos de todas estas problemáticas y que nos recuerdan que estas denuncias tienen nombre y apellidos y vidas.
            De acuerdo a estas realidades documentadas, es posible señalar que existen violaciones de derechos que son comunes en todos los centros de detención para migrantes monitoreados, la escasa protección consular que reciben las personas centroamericanas; los obstáculos permanentes que establece la autoridad para que la persona migrante acceda a una asistencia legal imparcial y a la Justicia para exigir sus derechos; la detención en ocasiones ilimitada en el tiempo de migrantes que hacen efectivo su derecho a un recurso contra la decisión de deportación.
            Que entre los detenidos se encuentren niños y niñas, víctimas de delito o solicitantes de refugio, sin que se hayan visualizado alternativas a esta detención como las que prevé la nueva Ley de Migración; la nula vigencia de un debido proceso; las afectaciones psicosociales para las personas detenidas; o una alimentación, higiene y atención médica deficitarias, que lesiona la dignidad de los y las migrantes.
            Se puede concluir por tanto que la aplicación de la Ley de Migración aprobada en mayo 2011 no ha supuesto una mejoría en la situación de las personas migrantes. Al contrario, para las personas detenidas ha supuesto un retroceso en la vigencia de sus derechos, al estar consagrada incluso la privación ilimitada de la libertad en algunos supuestos; la actitud de las autoridades sigue siendo de vincular la migración con la seguridad, por lo que continúa la falta de sensibilidad hacia los seres humanos que migran y las restricciones para que las organizaciones podamos realizar nuestro trabajo de defensa de derechos. (interMEDIOS rrc).