SALAZAR VERDE
Vinicio Portela Hernández
A nivel práctico el Partido Verde
Ecologista de México en Chiapas está creciendo a pasos agigantados, es la
segunda fuerza política en la entidad, el Gobernador Manuel Velasco Coello es
parte de las filas del “tucán” y ahora el Poder Legislativo también está
dirigido por el PVEM en la figura de Fernando Castellanos Cal y Mayor.
Pero los ecologistas no están bien
al interior del partido, su presidente estatal, Yassir Vázquez Hernández, tiene
muchos problemas gracias a una acusación de desfalco de la alcaldía capitalina
por más de 600 millones de pesos.
Así que el Verde está descabezado,
acéfalo, no tiene dirigencia y menos cuadros y para el cronómetro electoral es
muy corto el tiempo para formar el “equipo” para las elecciones intermedias.
La designación de Emilio Salazar
como líder de la bancada del PVEM en el Congreso del Estado sería una buena
oportunidad para que los “tucanes” puedan hacerse de un buen dirigente estatal.
La figura del Diputado Salazar en
estos últimos meses ha sido destacada, ha sacado la cara ante los problemas, no
tiene pelos en la lengua y habla de todos los temas sin tapujos.
Cierto es que no en todo estoy de
acuerdo con Él, pero es innegable que es un político con experiencia y eso es
lo que necesitan los “clorofilos” en este momento.
Emilio Salazar sería excelente líder
estatal del Partido Verde Ecologista de México en Chiapas y podría representar
un giro de 360 grados para que la hegemonía que ha logrado sea permanente y no
un chispazo.
NIVÓN Y EL DESFALCO
La política no es, dispénseme que se
lo diga abruptamente apreciado lector, un cuento de hadas. En muchos casos se
parece más a Alí Babá y sus cuarenta ladrones, inmortalizado en las Mil y una
noches -o Mil noches y una noche, como le gustaba decir a Jorge Luis Borges. Emmanuel
Nivón, un caco que parece extraído de esos relatos milenarios, pensó que
bastaba con ser echado “pa´lante” para delinquir sin freno y con licencia, o
como dijo el pensador José José: para ser de todo y sin medida.
Imaginó además que el erario de
Tapachula era como una lámpara de inagotable aceite, o como aquella de Aladino
a la que se podían pedir tres deseos: hazme Presidente Municipal de Tapachula;
hazme Gobernador de Chiapas y esconde mis tracalerías. Pero no tomó en cuenta
que el genio era decente y nomás le concedió la primera orden, no sin
arrepentimiento.
Pero gracias que lo anterior es una
comparación a un relato y no se hizo realidad, no fue ni será gobernador y
menos pudieron desaparecer el caminito del dinero extraído del erario público,
y menos se va a librar del debido pago por sus tropelías que, esas sí, no son
de cuento.
Quién saber de dónde pensó el
ex candidato Nivón que le iban a perdonar los delitos que cometió, eso sí es
cuento, y que ¡oh! dolorosa realidad, están más que probados e incluidos en un
expediente que amenaza con crecer no sólo en fojas sino en pruebas.
Por lo pronto ya está encerrado, no
en la lámpara de Aladino, sino en el fresco bote, por los delitos de extorsión
en grado de tentativa, además de ejercicio ilegal del servicio público y
peculado, acusaciones fundadas en pruebas muy sólidas.
Es extremadamente posible que otros
delitos vayan apareciendo, pues el tal Emmanuel es tan estúpido que no se cuidó
de borrar las huellas de sus malos pasos y de sus malos pesos.
Por el contrario, poseído como El
Quijote por el encantamiento de algún Merlín o Montesinos, las exhibía como
pregonan los matones sus hazañas y los Don Juanes sus aventuras y desventuras.
CRÓNICA DE UNA DETENCIÓN
ANUNCIADA
Alegremente echaba un su trago
Nivón, cuando lo agarraron los “polis”. Así como a Santiago Nassar le pasó en
la novela del Gabo García Márquez, al otrora porro estudiantil le venían
cantando: - ¡te vaaan a agarrar, te vaaan a agarrar!.
Y “pongosh”, en la mera nuca, sin
decirle agua va que lo sorprenden “in fraganti” cuando amenazaba al titular de
la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Tapachula, Carlos Rosales
Amaya, para que dejara de andar de averiguado sobre la venta chueca de 70
carros del Ayuntamiento en la ridícula cantidad de 140 mil pesos, a un solo
particular y sin dar de baja los vehículos.
No estaba en Macondo, el tal Nivón,
estaba aquí nomás en El Jacalito, distinguido “nigth club” de mucha alcurnia.
Departía amablemente con otros comensales y degustaba selectos platillos de
alta cocina, escuchando melodías de música culta, cuando de pronto se aluciferó
con el “chupirul” que estaban ingurgitando y se puso de macho y brabucón a tal
grado de sentirse inmortal.
A ver si ahora que está “en tambado”
tiene quién le escriba, pues no cien años, pero si muchos días de soledad va a
pasar en la sombra, quien no es víctima de nadie más que de sus excesos. Como
otros personajes macondianos, Nivón salió muy “cochi”, muy “trompudo”y nada
vivo.
PREGUNTAS
1.- ¿Será que ya sabe la “Procu” que
chingao estaba haciendo el Secretaría de Seguridad Pública Municipal de
Tapachula, Carlos Rosales Amaya, con Emmanuel Nivón?
2.- ¿Quién será ese tipo a quien el
ex alcalde le vendió los 70 carros a 20 mil pesos cada uno, porque también
deberá estar acompañándolo en El Amate?
3.- ¿Alguien sabe cuánto cuesta el
“table dance” en “El Jacalito” antes de la detención de Nivón, porque con tanta
publicidad de seguro va a subir de precio?
Terminé
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Twitter: @VinicioPortela
Blog: vinicioportela.blogspot.mx
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