Zapatismo: El
resurgimiento.
Víctor M. Cruz Roque
Paz sin justicia, es realidad
inanimada, inerte, fría, como la de los sepulcros. El grito silencioso de los callados
de siempre, volvió a resonar intensamente, cuando miles de silentes indígenas
chiapanecos volvieron a ocupar las mismas plazas públicas que le sirvieron de
escenario beligerante hace 19 años. El ¿Escucharon? Del EZLN es la pieza
retórica más corta, sugerente y cautiva que jamás se haya pronunciado. Y no
solo se limita a ser una expresión lingüística
que en interrogante conjuga el verbo, sino una proclama de existencia.
¿Escucharon?; Es el sonido de su
mundo derrumbándose. El del nuestro resurgiendo. El día que fue el día, era
noche. Y Noche será el día que será día. ¡Democracia!; ¡Libertad!; ¡Justicia! Y
rubrica el comunicado el Subcomandante Marcos.
¿Escucharon?
El sonido de su mundo derrumbándose,
hace alusión al fallido sistema político y económico que no ha dado respuestas
satisfactorias a los reclamos y necesidades de los más desposeídos, los que
presentan mayor vulnerabilidad de subsistencia, que en esa condición
generalizada destacan los indígenas. Por eso el “resurgiendo” no solo hace
referencia explícita a eso, volver a surgir, después de un largo periodo de
inactividad aun con lo que mejor saben hacer los zapatistas, mostrar su palabra
y su pensamiento. Resurgir entonces no solamente es volver a estar presentes, a
decir aquí estamos otra vez, sino que es producto del engañoso progreso y
niveles de desarrollo no concretados, consecuencia de la incapacidad de los
gobiernos para dar cauce y solución a los complejos problemas de la realidad
nacional.
“El día que fue de día, era de noche”,
dicen los zapatistas. No es un juego de palabras ni es un simplismo que en
rompecabezas conceptual alude al tiempo
solar que ilumina la tierra. Se trata de la ilusión de que nuestro país
transite efectivamente hacia mejores niveles de desarrollo, como los muestran
las estadísticas oficiales “para vivir mejor” como lo decía el gobierno
derrumbado de los representantes del neoliberalismo. Recuérdese las alharacas
de la cobertura universal de salud, del crecimiento del empleo, de la
estabilidad económica, de la seguridad social, del bienestar de las familias,
del fortalecimiento de la infraestructura de servicios, y hasta los pomposos
anuncios de que se hallaron grandes yacimientos petrolíferos, entre muchas
falacias pregonadas. No, era de día, era de noche, como lo expresan los
zapatistas de hoy.
..Era de noche.
No hay camino para la paz, la paz es
el camino, solía decir Mahatma Gandhi. Y si la miseria y la pobreza es el
genuino alimento de las diferencias y las confrontaciones sociales, entonces no
es la asfixia y la negación lo que producirá la paz justa y digna entre los
mexicanos, sino subsanar ese estado de indefensión en que se encuentran
sometidos millones, con acento especial en los grupos étnicos del país,
corporizados en el zapatismo en estatus de corriente de inconformidad nacional
y no solamente entendida como
denominación de un grupo focalizado en las entrañas chiapanecas.
La otra guerra.
Y ya que hemos establecido lo que es
la verdadera paz, ahora es necesario clarificar quienes son los pacifistas y
quienes los guerreros.
Una manifestación silenciosa-no
muda-de miles de indígenas, un comunicado preguntándonos si escuchamos; una
alegoría metafórica que alude a la luz y a la oscuridad, no pueden ser ni en el
más remoto extremo, alientos de guerra.
Del otro lado están los que desde el
primer momento de la insurrección lanzaron todo su poderío militar con planes y
objetivos de aplastamiento, extinción y aniquilamiento. Son los que diseñaron y
operaron estrategias de contrainsurgencia, los que armaron a grupos
paramilitares y cuyo accionar belicista derivo en la masacre de Acteal, en
Chenalhó, el 22 de diciembre de 1997.
Son los mismos que intentaron
disuadir a la sociedad de que existían zapatistas malos y zapatistas buenos.
Los malos, para ellos, eran los que tercamente exigían el cumplimiento de los
Acuerdos de San Andrés, que clamaban ser escuchados, que pedían ser atendidos
integralmente. Y los buenos, son los que recibían despensas, los que se dejaban
coaccionar, los que claudicaban a cambio de promesas, que por cierto nunca se
les cumplieron. Entre estos, estaban los que recibieron con aplausos a Carlos
Salinas, a Ernesto Zedillo, a Vicente Fox y a Felipe Calderón. (Enrique Peña
Nieto apenas cumplirá un mes en la Presidencia de la República).
Entonces, la diferencia entre los
pacifistas y los guerreros, se establece a partir de los que abrazan el dialogo
justo y los que tratan de imponerse. Los que miran hacia el futuro con
justicia, igualdad y democracia, y los que a toda costa quieren nuevamente
instituir prácticas del pasado. Los que abren los brazos y los que cierran los
puños en actitud hostil.
Las reacciones.
Ante el resurgimiento del EZLN el
pasado 21 del presente, se han producido diversas reacciones. Las sociedades
nacional e internacional han vuelto a sus ojos hacia el movimiento insurgente.
Los medios de comunicación nuevamente les han dedicado extensos espacios y ha
renacido el interés de cobertura, especialmente porque en setenta y dos horas
se cumplirán exactamente 19 años del primer alzamiento.
El Gobierno federal se ha mostrado
cauto, quizá en actitud precavida y de moderación. El Congreso de la Unión
aprobó un Punto de Acuerdo para solicitar a las autoridades federales y de
nuestra entidad, restituir los diálogos de paz y diseñar estrategias de
acercamiento con los inconformes.
Y el Gobernador del estado Manuel
Velasco Coello, en actitud receptiva, emitió un comunicado en donde expresa que
está dispuesto, en el ámbito de las competencias de su administración, a
atender las demandas de los zapatistas. El mandatario dio a conocer que
emprenderá acciones conjuntas con el gobierno federal y se pronuncio a favor de
que se reanuden los diálogos de San Andrés Larrainzar. “El gobierno del estado
de Chiapas saluda el punto de acuerdo y llamado plural del Congreso de la Unión
respecto de la importancia y necesidad de dar respuestas al EZLN”, expuso.
Incluso, Manuel Velasco aseveró en el comunicado, que
el gobierno estatal ha comenzado a acreditar con acciones de distensión su compromiso
a favor de la paz y la reconciliación.
Las anteriores señales son
positivas, convocantes a la concordia y al entendimiento armónico. El acuse de
recibo que han suscrito las autoridades federales y estatales, significan que
es probable que en breve se reactiven los mecanismos institucionales para
atender a quienes en setenta y dos horas, seguramente volverán a manifestarse
públicamente, en ocasión del diecinueve aniversario de su aparición pública,
aquel 1 de enero inolvidable en que se cimbro la conciencia nacional.
EN CONCRETO.
Muchas fueron las reacciones que
llegaron hasta la mesa donde se redacta Brújula Política, por el contenido de
nuestra entrega de ayer. Sorpresas, dudas, descalificaciones, expresiones
solidarias y una que otra arenga de recordatorio materno. Las mas, fueron
colaboracionistas para engrosar la lista de los que aquí llamamos
“victimarios”; otros para cuestionarnos el por qué lo hicimos “a toro pasado”,
y de diversa índole y contenido.
A todos sin excepción se les
agradece sus opiniones.
APUNTES.
**El acuerdo de la Sexagésima
Quinta Legislatura, que a propuesta del diputado Neftali del Toro Guzmán se
declara al 2013 como “Año del Dr. Belisario Domínguez”, es significativa. Se
espera que inmediatamente muchas dependencias inicien el diseño de actividades
diversas con ese fin, especialmente el propio Congreso del Estado, la
Secretarias de Gobierno, de Desarrollo Social, de
Educación, la recientemente creada Secretaría de la Juventud y el
Deporte, el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas, el Sistema
Chiapaneco de Radio y Televisión, etcétera.
Proponemos desde este espacio que
sin demora, se instituya una Comisión Interinstitucional, con la participación
de los sectores sociales y la iniciativa privada, para elaborar un programa de
actividades que le de seguimiento y sea la que opere las acciones a
desarrollar.
Es todo, gracias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario