OPINIÓN PÚBLICA
Por: Gonzalo Egremy
SUFRIERON LOS JAPONESES
Foto: Laura Arango. |
*Inició Torneo Ajedrez infantil
.- Hace 115 años, tras muchas
penurias al cruzar el océano pacífico, arribaron a Playas de San Benito (Puerto
Madero) treinta y cinco jóvenes japoneses.
Habían salido del Puerto de Yokohama el 24 de marzo de 1987;
venían 36, pero uno falleció en el trasbordo a otra embarcación en Acapulco.
A las aguas de lo que hoy es Puerto Chiapas (antes Puerto
Madero), arribaron el 10 de mayo de 1897, esperando realizar aquí un sueño y un
ideal.
Fue la primera migración japonesa a Latinoamérica, y según
el libro “Los Samuráis de México”, se les llamó Grupo de Emigrantes “Enomoto”.
Bajo el abrazador sol (40 grados centígrados) caminaron todo
un día la veintena de kilómetros desde la playa hacia lo que era entonces Tapachula.
Al menos cuatro de los treinta y cinco japoneses, al llegar
a Tapachula, enfermaron por la insolación; el clima aquí es totalmente
diferente a su país.
Otro de los problemas que enfrentaron era el idioma; nadie
hablaba español o castellano; aun así recibieron alojamiento y apoyos en
Tapachula.
En cinco días, caminando, llegaron hasta Escuintla, en donde
tenían proyectado (así se los dijeron en Japón) sembrar café que ni siquiera
conocían.
Por
supuesto que fracasaron en ese proyecto de siembra de café; y en otros más
durante los siguientes años.
Agrega
el texto que “alejados de Japón con falsas promesas y bajo un cielo extraño
lleno de penurias, unos (los 35 primeros emigrantes) se dedicaron a la
agricultura, al comercio y otros más a la medicina”.
Muchos años después, ya asentados en Escuintla y Acacoyagua,
en donde salieron avante con otros cultivos y empresas (fundaron una
cooperativa), los japoneses apoyaron para elevar el nivel educativo del pueblo.
Diversas fuentes consultadas confirman que los emigrantes
japoneses, sufrieron las consecuencias de la Revolución Mexicana (1910).
Sus establecimientos, casas y personas, fueron “visitadas”
en aquella guerra civil, por grupos que se decían “revolucionarios”.
Peor les ocurrió cuando su país de origen, entró en guerra
con los Estados Unidos, al atacar los japoneses en 1941 el puerto de Pearl
Harbor.
México se alía a los Estados Unidos y rompe relaciones
diplomáticas con Japón, lo que trajo consecuencias para los migrantes nipones
aquí.
En aquellos años de la segunda guerra mundial, había aquí 73
familias de japoneses, y los Estados Unidos pidió que su extradición.
México se negó enviar a los migrantes japoneses a los
Estados Unidos; pero los concentró en el Distrito Federal y en Guadalajara.
Los japoneses tuvieron que “rematar” todo su patrimonio que
con mucho esfuerzo habían hecho desde su llegada en 1897.
Al terminar la segunda guerra mundial, en 1945, luego de que
Japón se declarara vencido tras las bombas atómicas arrojadas por los Estados
Unidos a las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, muchos retornaron a estas
tierras.
Y continuaron trabajando en la agricultura, en la pesca, en
la botánica, en otras ciencias, en la instalación de plantas de luz y la construcción
de infraestructura como caminos, puentes y carreteras.
Tras diez años de la revolución mexicana, el entonces
presidente, Álvaro Obregón, ordenó la indemnización a los residentes extranjeros que sufrieron
menoscabo en su patrimonio por el movimiento social.
Estadounidenses, ingleses, franceses y de otras
nacionalidades corrieron a pedir la indemnización ofrecida por México; no así
los japoneses radicados en Chiapas, que a través de una carta renunciaron al
ofrecimiento.
Aun cuando habían perdido unos 300 mil dólares de su
patrimonio por el saqueo de sus bienes por parte de supuestos revolucionarios.
Lo anterior es una brevísima reseña de los primeros
migrantes japoneses en Tapachula y el Soconusco; ayer sus descendientes
radicados en varias ciudades de México, iniciaron aquí su 11ª Convención
Nacional Nikkei.
El embajador Shuichiro Megata y el Cónsul, Masayuki Udagawa,
encabezan, con autoridades locales, este evento de fraternidad entre dos
pueblos que cada día se hermanan más, ¿no cree usted?.
BISBISEO
Con la característica y natural alegría de los niños,
ayer la familia Zamora Cruz, así como padres de familia de los participantes,
inauguró la categoría infantil del Vigésimo Quinto Torneo de Ajedrez “Don Juan Zamora Velázquez
In Memoriam”///Tras toda la semana de ese llamativo deporte ciencia, mañana
sábado llega a su conclusión y será la entrega de premios a los triunfadores de
las diferentes categorías, y la clausura del Torneo de Ajedrez que por un
cuarto de siglo es organizado cada año por los editores de EL ORBE y del
Semanario EL ORBE///Hoy por la noche en las instalaciones del Planetario, será
inaugurada la exposición fotográfica “La Región Tohoku”, así mismo será la
presentación de los libros: “Retratos de la Segunda Generación de Japoneses” y
“La Guerra contra los Japoneses en México”, en el marco de la 11ª Convención
Nacional Nikkei///Luego los resultados de la reunión de los descendientes de
aquel país también llamado del Sol Naciente///Salud.
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