lunes, 20 de febrero de 2012


LA FOTOGRAFIA DE PASTOR JUÁREZ DÍAZ, PASIÓN QUE PERDURA A TRAVÉS DEL TIEMPO.
* Cumplió 30 años en la actividad y los que faltan.

Marvin Bautista
Tapachula, Chis; FEB. 20 (interMEDIOS).- Cámara fotográfica, papel, pasión y dedicación son algunos  de los elementos imprescindibles para capturar los momentos de alegría, tristeza y es que hoy en día quien no quiere que sus recuerdos duren y perduren a través del tiempo, es allí donde los fotógrafos juegan un papel importante.
En la actualidad muchos piensan que ser fotógrafo es una profesión fácil, que cualquier persona que tenga una cámara digital o un celular  puede desempeñarlo, pues con el paso de los años la tecnología vino a hacerla más fácil, pero muy pocos conocen los cambios que este trabajo experimentó con el paso de los años.
30 años se dicen fáciles, pero para Don Pastor Juárez Díaz, fotógrafo de toda la vida es una serie de altibajos, ya que es uno de los pocos trabajadores de este arte que recuerda como se vivió el cambio de la fotografía de blanco y negro a la de color.
“Al edad de los 19 años nosotros empezamos con mi padre y hermanos a tomar fotografías en el parque Miguel Hidalgo y Costilla, lo hacíamos con cámaras  que eran como una caja montada sobre un  tripie y con un trapo se cubría la cabeza del fotógrafo”.
Y es que quien tenga más de 50 años recuerda como era el momento para retratarse y cuanto tiempo transcurría para que la fotografía estuviera en las manos de la persona, porque los únicos lugares de revelado se encontraban en la ciudad de México.
“A pesar del tiempo que llevaba el revelado de la fotos estas tenían un precio de  10 a 15 centavos en blanco y negro, además había una gran afluencia de personas, porque éramos los primeros fotógrafos que estábamos en Tapachula”
Es en esta época cuando nacieron las frases tan conocidas de los fotógrafos “sonrían”, “miren el pajarito”, whisky” entre otras, esto con el fin que las personas no salieran con la rostro serio, sino con un una sonrisa para que con el paso del tiempo recordaran ese momento tan bello.
Pero el tiempo pasó y como a cualquier trabajo los avances de la tecnología los obligó a adaptarse a los cambios de la época y es que la fotografía sufrió un cambio total que demostraba que las imágenes en blanco y negro desaparecerían ante la llegada del color.
“Fue una novedad esa transición, todos querían retratarse a color,  en paisajes,  con objetos y vestidos ostentosos porque era la moda de la época y como fotógrafos tuvimos que adaptarnos, porque era nuestra profesión y el único sustento para nuestra familia”
Puntualizó “En  1977 compramos un caballito, adquirimos los famosos charros y los trajes chiapanecos, era una novedad, ya que no había ningún niño que no lloraba para pedirle a su padre tomarse una foto montado sobre el caballito y eran fotos instantáneas de color y  valían 30 centavos”.
Los avances tecnológicos  continuaron y  llegó el año 2000, por ello revolucionó  su pequeño estudio improvisado en el parque Central Miguel Hidalgo, y es que ahora en tan solo unos segundos con  cámara digital, quedan retratados y con una impresora en cuestión de minutos tiene el cliente su fotografía lista y muy contento pues no hay que esperar ni menos hacer cola.
“Es triste que la población hoy en día ya no desea tomar la foto con los caballitos, los charros y trajes de chiapanecas han quedado en los cajones o sean echado a la basura, los tiempos cambian y hay que aceptar la realidad” señaló.
No se sabe que cambios vendrán en los próximos años, pero el fotógrafo se preparará con anticipación, para arreglar su escenario  y mantener los recuerdos y momentos  de los niños, jóvenes y adultos.
“La única cosa de la que estoy convencido es de que seguiré en el mundo de las fotografía a pesar que la tecnología reemplace mi trabajo, porque vivo por la fotografía y moriré por ella” finalizó. (interMEDIOS rrc).

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