Por: Rafael Victorio Ruiz
Julio 15 del 2025
Urge atención al campo
Productores de palma de aceite y rambután enfrentan una lucha desigual y muchas veces solitaria, ante los problemas del contrabando que procede de Centroamérica, pero también por las excesivas importaciones autorizadas oficialmente y que propician que los mercados se saturen, por tanto las cosechas se pierdan en los campos de cultivo.
En el caso del rambután no es un asunto nuevo; cada temporada de cosecha ingresan toneladas de la exótica fruta por el río Suchiate, inundando los mercados locales y haciendo que los precios se desplomen, paralelo a los riesgos que implica la llegada de alguna plaga nueva que pueda afectar las plantaciones en los municipios fronterizos.
Por su parte, los palmicultores no solo enfrentan a lo que entra de contrabando por la frontera sur, sino también lo que autorizan las propias autoridades, con la sobre importación legal de aceite de palma, amparada por políticas comerciales laxas y por grandes empresas que priorizan la rentabilidad por encima del origen, desestabilizando al sector nacional y desplomando los ingresos de los productores, propiciando la pérdida de empleos locales y que la fruta se pierda en las plantaciones.
Pero eso no es todo, quienes se dicen dirigentes o representantes de organizaciones se molestan cuando directamente los productores realizan gestiones ante las distintas dependencias para defender sus cultivos, los atiendan y les den solución a las graves problemáticas. Así ocurre con los palmicultores y con los rambutaneros, cuyos “líderes eternos” no quieren que nadie les haga sombra, pero tampoco luchan por su sector.
En lugar de unificarse para luchar juntos y de esa manera alcanzar resultados pronto, emprenden acciones de denostación para quienes buscan por sus medios encontrar soluciones a la problemática que enfrentan, por el contrabando o por el ingreso de productos autorizados legalmente, pero que por las grandes cantidades impactan severamente a los nacionales. Esa fragmentación agrava la vulnerabilidad de los agricultores, por lo que se puede decir “muchas veces el enemigo no viene de fuera, está en la misma mesa”.
El panorama para al menos estos dos sectores productivos es incierto, porque se enfrentan a un contrabando incontrolable y a una falta de regulación del comercio exterior, lo cual asfixia al productor local, que demanda atención, mayor vigilancia en la frontera sur y que las autoridades les den prioridad por encima de las importaciones “legales”, porque aparte de todo, estas vienen sin pagar impuestos.
Los productores de palma y rambután no piden dádivas, sino reglas claras, piso parejo, políticas que defiendan al productor nacional, que los funcionarios vayan a los campos a conocer su realidad y de esta manera, se atiendan las diferentes problemáticas que enfrentan, porque además son generadores de miles de empleos y de economía local.
En días pasados, a la región llegó el secretario de Desarrollo Rural, Julio Berdegué Sacristán, y se reunió con representantes de diversos sectores productivos y les pidió, no solamente a los ganaderos, sino también a los fruticultores, que se sumaran a las campañas de prevención del gusano barrenador del ganado y todos estuvieron de acuerdo en entrarle, aunque todo parece indicar que la dependencia federal no hace lo mismo cuando son los productores los que claman por ayuda.
El campo no puede esperar y las instituciones no deben dejar a los productores a su suerte, porque cuando eso sucede no solo se pierde una cosecha, viene el abandono de la tierra y la migración, como ya ha ocurrido en el pasado. Hoy los problemas serios los tienen los palmicultores y Chiapas es el principal productor de aceite de palma, por lo que la sobreimportación le está pegando fuerte a todos, no solamente a los grandes sino también a los considerados del sector social y por ende, la economía regional de la Costa y Soconusco, está siendo severamente afectada.
Ojalá que las autoridades de la Sader, de la Secretaría de Economía y de Hacienda, realmente escuchen a los productores antes de que el sector colapse totalmente y con ello, vengan más problemas sociales.
Posdata
La Secretaría de Salud del Estado, a través de la Jurisdicción Sanitaria VII y el Ayuntamiento de Tapachula, han intensificado los operativos de descacharrización que busca eliminar al mosco transmisor de enfermedades como el dengue, zika y chikungunya. El secretario de Salud municipal, Francisco Castillo, pidió a la población sumarse a las acciones y fomentar la cultura preventiva… Por cierto, el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar participó en la Reunión Nacional de Paludismo, que con trabajo coordinado entre el gobierno federal y las instituciones estatales, buscan disminuir los impactos de esa enfermedad que nuevamente está en Chiapas y que se pretende erradicar…
vrrafael@hotmail.com.
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