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viernes, 15 de julio de 2016

EN SÍNTESIS…//Juez Constantino, la historia de corrupción

Juez Constantino, la historia de corrupción
Vinicio Portela Hernández
El Código de Ética del Poder Judicial de la Federación dice en su Capítulo IV de Profesionalismo: “Es la disposición para ejercer de manera responsable y seria la función jurisdiccional, con relevante capacidad y aplicación. Por tanto, el juzgador: 4.1 Se abstiene de cualquier acto que pueda mermar la respetabilidad propia de su cargo, tanto en el ámbito público como en el privado.”
Sin embargo, existen juzgadores que no toman en cuenta esta directiva y prefieren viajar de muerto haciendo lo que más le conviene a sus intereses particulares y económicos.
Muestra de ello es el Juez Quinto de Distrito de Amparo y Juicios Federales, José del Carmen Constantino Avendaño, quien prefiere quedar bien con las recomendaciones parciales que con su propia responsabilidad de jurisconsulto.
Constantino labora a base del tráfico de influencias, muestra de ello son los enroques que con sus “compañeros” hace, sino que les pregunten al el Magistrado Homero Ruiz Vázquez, del Segundo Tribunal Unitario del Vigésimo Circuito, quien pudo acomodar a un par de sobrinos con “Carmelito” de nombres Luis Eduardo Ruiz Ruiz y Erick Manuel Ruiz Abarca, quienes laboran como Oficiales Administrativos; o la gran amistad con el Magistrado Martín Rangel Cervantes, quien colocó a su hija, Asalia Rangel Montero como Secretaria, al igual que el Magistrado Luis Arturo Palacios Zurita, quien le consiguió un puesto a su hermano Adiel Palacios Zurita, ambos en ese mismo Juzgado Quinto.
Pero lo que no sabe el Juez José del Carmen, o se hace que la virgen le habla, es que esta práctica es un delito previsto y sancionado en el Capítulo VIII del Código Penal Federal, que en su artículo 220 señala a la letra: “Comete el delito de ejercicio abusivo de funciones: El servidor público que en el desempeño, de su empleo, cargo o comisión, indebidamente otorgue por sí o por interpósita persona, contratos, concesiones, permisos, licencias, autorizaciones, franquicias, exenciones, efectúe compras o ventas o realice cualquier acto jurídico que produzca beneficios económicos al propio servidor público, a su cónyuge, descendientes o ascendientes, parientes por consanguinidad o afinidad hasta el cuarto grado, a cualquier tercero con el que tenga vínculos afectivos, económicos o de dependencia administrativa directa, socios o sociedades de las que el servidor público o las personas antes referidas formen parte;…”
Sin embargo, esto tiene sin cuidado Constantino Avendaño, quien prefiere que el tiempo pase y como un “Emperador” desde su escritorio da órdenes a diestra y siniestra, utilizando a su propia sobrina, Rocío Moreno Oliva, como brazo ejecutor desde la Secretaría particular, o sus sobrinos los hermanitos Roberto y Carlos Joaquín de apellido Valdez Coello, para que le hagan el trabajo sucio y él quede como redentor, y todo quede en familia. La actitud es tan déspota del “Carmelito” que puede hacer que trabajen sus subordinados hasta 14 horas al día, sin que reciban compensación por la labor extra.
Pero la historia de corrupción de José del Carmen Constantino Avendaño data de tras tiempo, el Juez tiene fama de protagonista y en 2013 el propio Ejército Zapatista de Liberación Nacional lo consideró como un corrupto al negarle dos veces el amparo, número 274/2011, a Ejidatarios de San Sebastián Bachajón, Adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, a pesar de que había evidencia irrefutable de que había despojo y no solo ellos tacharon de sesgada su sentencia, también organismos internacionales de defensa de los derechos humanos aseguraron que actuó de forma arbitraria por no conducirse de manera imparcial, además que, dijeron textualmente, “denota su desprecio por los pueblos indígenas y por las reformas constitucionales de Amparo y Derechos Humanos”.
Otro afectado por las malas decisiones de Constantino Avendaño fue Florencio Madariaga, ya que, en búsqueda de la justicia federal, el ex Ombudsman interpuso el amparo número 164/2013-VI en el caso contra de la Ley del Consejo de Derechos Humanos del Estado de Chiapas y por consigna Carmelito se lo negó de manera infundada y arbitraria, días después otro Juzgado cambió el sentido del fallo y le concedió el amparo. Florencio Madariaga, actualmente Actuario en funciones, calificó esta acción de Constantino como fuera del marco legal, por ser un “Juez de consigna” ya que en esos momentos quería favorecer a su mentor y ex jefe en la Defensoría Pública, Pedro Raúl López Hernández, por lo que no podía conocer del caso al tener un conflicto de interés con el ahora Magistrado Constitucionalista de Chiapas.
El Juez Quinto de Distrito de Amparo y Juicios Federales, José del Carmen Constantino Avendaño es una fichita de consigna, donde le tiran el hueso se mueve, pero a pesar de sus múltiples fallas y evidencias de corrupción, el Carmelito continúan sus andanzas dentro del Poder Judicial de la Federación sin que el Consejo de la Judicatura lo sancione, por lo que ese cuerpo colegiado es cómplice al no poder garantizar una justicia imparcial y expedita. 

Terminé
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