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miércoles, 17 de febrero de 2016

CEFERESO NEGOCIO PRIVADO; YA HUBO UN MUERTO.

*Advierten de posible fuga o de motín.
*En contubernio autoridades de Gobernación.
*Han enviado a los criminales más peligrosos.
Por: Gonzalo Egremy.
Tapachula, Chis. 14 DE FEBRERO. - El CEFERESO en Villa Comaltitlán, es un negocio de ¡90 millones de pesos! al mes para la empresa “Makobil” Sociedad de Responsabilidad Limitada de Capital Variable.
De acuerdo con diversos testimonios, el Órgano Administrativo y Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS) de la Secretaría de Gobernación, signó desde hace tres años contrato de prestación de servicios por 30 años con “Makobil” (de supuestos empresarios chilenos).
La compañía debe de proporcionar los tres alimentos del día para 2,520 internos (hasta ayer domingo el número de presos era de 1,630 incluyendo los enviados el jueves del penal de Topo Chico, de Monterrey), así como medicinas, uniformes, calzado, ropa de cama y hasta sistema de seguridad; prácticamente la prisión es “manejado” por la compañía privada “Makobil”.
El comisionado del OADPRS, es Eduardo Guerrero Durán, y el administrativo, Miguel Bital Hernández encargado de vigilar el estricto cumplimiento del contrato de prestación de servicios con Makobil, sin embargo, los declarantes informan a EL ORBE que todo al interior de ese CEFERESO, cuyo encargado de la dirección es Eduardo Javier Romero Espinoza, es saqueo, corrupción y violación a los Derechos Humanos.
“Romero Espinoza comete los peores actos de deshonestidad en abierta complicidad con los empresarios de “Makobil”, los chilenos, Marco Antonio Carmach Botto, Luis Ernesto Maluenda Orellana, Gorge Rodrigo Silva Meza y el director de operaciones de esa compañía, Ulizes Pérez Arronis”, señalan en un escrito entregado a EL ORBE.
Agregan que ese Centro Federal en Villa Comaltitlán, aparte de ser negocio particular de “Makobil” a quien la SG le paga cada mes 90 millones de pesos, “es una mina de oro” para otros “jefes” (comandantes) “forjados” en los penales de Sonora, Jalisco, Oaxaca, Durango y de Matamoros, Tamaulipas.
“La venta de privilegios para los presos está a la orden del día y el penal esta convertido en tierra nadie porque todas autoridades de ahí extorsionan con altas sumas de dinero a los reos o a los familiares de éstos”.
Señalan los denunciantes: “la complicidad que existe entre la coordinadora del área médica, Claudia Isabel Escobar Morales y los comandantes de seguridad y custodia, Jesús Alberto Pérez Torres, Norberto Enríquez Bermejo, Isauro Pérez López, Josué Ocon, así como las encargadas de las áreas técnicas y jurídicas, Sidney Smith McDonald y Martha Patricia Ledesma, fueron indebidamente designados en esos delicados cargos sin aprobar los exámenes de control de confianza”.
Sin ocultar su malestar en contra de los anteriores servidores públicos, añaden: “hechos que por sí solos son verdaderamente alarmantes, como el del pasado fin de año que en condiciones realmente “extrañas” el interno Rodas Barrios Ronald Iván y/o Bravo Hernández José Armando, amaneció muerto en su celda (estaba bajo proceso por delincuencia organizada en Tamaulipas).
Nadie sabía la causa de la muerte; porque ni siquiera se encontraba bajo tratamiento médico; se dio aviso al encargado de la dirección, Romero Espinoza, y este ordeno que de inmediato a la doctora, Claudia Escobar Morales lo llevara en la ambulancia de la prisión, al hospital del municipio de Huixtla, en donde ella también presta sus servicios en diferentes turnos; fraguando el reporte para decir que el interno había muerto en el trayecto y que ya no se pudo hacer nada por él”.
Abundan: “es importante resaltar que ni siquiera supieron hacer el falso montaje, pues cuando un interno, en condiciones de enfermedad o para comparecer ante alguna autoridad judicial, siempre van acompañados por personal de custodia y policía federal y en este caso solo salió la ambulancia, omitiendo en todo momento todos los protocolos que en circunstancias normales se aplican sin excepción”.
Otros casos más: “son el de los internos que en la primera quincena de enero de este año fueron salvajemente golpeados, violentados y abusados sexualmente, al grado que uno de ellos continua con todas las costillas rotas por las golpizas que les propinaron los comandantes Isauro Pérez López, Jesús Alberto Pérez Torres, y el más sanguinario de nombre Norberto Enríquez Bermejo este último sujeto actualmente está siendo procesado en el ministerio público federal de Tapachula”.
La historia es la siguiente, en una riña que se originó entre internos en el área de regaderas el comandante Bermejo acompañado de dos custodios más, llegaron a imponer el orden, y al ver que uno de los internos se encontraba desnudo lo empezó a golpear hasta que el interno perdió el conocimiento momento que aprovechó para introducirle en el ano un bastón conocido como PR-24 causándole serios daños tanto en el intestino grueso como en el delgado y todas sus partes nobles, al llegar la doctora Claudia Isabel Morales encargada de la sección medica a revisar a este interno se concretó solamente a diagnosticar que “se había resbalado y golpeado”, ordenando que le dieran medicamento de paracetamol para el dolor, y no iniciar un procedimiento de violación que fue lo que verdaderamente ocurrió.
De igual manera otro interno fue brutalmente golpeado hasta romperle las costillas por los comandantes, Isauro Pérez López y Josué Ocon. Y actualmente está arrumbado en el área médica del penal y solo está recibiendo pastillas de paracetamol.
Todos estos brutales actos de abuso de autoridad, han sido solapados y encubiertos por la encargada del área técnica, Sidney Smith McDonald o la “gringa” como todos en el penal la conocen, por igual la encargada del área jurídica, Martha Patricia Ledesma
Ya que en contubernio firman documentos que avalan que los internos al “estar dormidos se caen de sus camas” y por eso se fracturan los huesos.
Manifestaron los mismos empleados del centro penitenciario que los días 30 y 31 de enero del presente año, se presentaron al centro federal un grupo de visitadores de Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Y que de inmediato la Martha Patricia Ledesma y todos los comandantes de seguridad y custodia, así como la médico, Escobar Morales, y la “gringa” recorrieron todos los dormitorios para amedrentar a los internos que han sufrido vejaciones y maltratos, y a la población en general advirtiéndoles que se callaran la boca de todo lo que ahí pasa o se las verían con todos ellos ya que los someterían a rigurosos castigos, como el dejarlos desnudos o sin probar alimentos, práctica que al día de hoy les aplican a los revoltosos e insubordinados.
La visita del personal de la CNDH fue derivada de las múltiples denuncias que han interpuesto familiares, amigos y abogados de los internos por las constantes violaciones a sus más elementales derechos.
Todo esto con la autorización y complacencia del encargado de la dirección general, Eduardo Javier Romero Espinoza, quien está más preocupado por los grandes negocios que está llevando a efecto con los empresarios de Makobil.
Señalan los denunciantes que las componendas entre el encargado de la dirección del CEFERESO y la empresa prestadora de servicios son tan descaradas y cínicas que el pasado 28 de enero el director, Romero Espinoza y su selecto grupo de incondicionales, prepararon una comilona-cena para el comisionado del Órgano Administrativo y Desconcentrado de Prevención y Readaptación social (SG), Eduardo Guerrero Duran y para el coordinador de Centros Federales del mismo organismo Emanuel Castillo Ruíz, con dos escoltas, mismos que llegaron procedentes de la ciudad de Toluca, estado de México, en una aeronave privada (Lear-Jet 060 matricula XAUUP) tripulada por los pilotos, Eduardo Valenzuela y José Yunes.
“Datos que la asistente del director encargado del penal federal, Sandra Cruz Faviel proporcionó a comandantes de seguridad y custodia y policía federal para que montaran un discreto cordón de seguridad, en los alrededores donde se llevó la comilona-cena (Jardín Real aquí en Tapachula).
El personal de la institución penitenciaria, sigue sin entender la razón por la que los altos funcionarios no acudieron a realizar un recorrido, por el CEFERESO y de esta manera enterarse de lo que está sucediendo dentro de esa prisión.
“Las negociaciones llegan a tal grado que en la visita relámpago de los altos funcionarios del OADPRS, el empresario chileno Jorge Silva Meza y el director de operaciones Ulises Pérez Arronis le exigieron a la empresa Sodexo Sociedad Anónima, subcontratada para preparar los alimentos a los internos y al personal del centro penitenciario, que todos los gastos originados por el fiestón, refiriéndose a los buenos vinos, bocadillos y platillos especiales que se sirvieron a los altos mandos e invitados especiales los facturaran con el concepto de compra de papelería del mes de enero de 2016.
Que lo anterior así lo pactaron con el encargado de la dirección de administración, Melfi Méndez Ovalle y por instrucción superior de Romero Espinoza quien al final del “bacanal” en completo estado de ebriedad pidió a sus ayudantes que subieran a los vehículos oficiales las botellas y alimentos que habían quedado.
Cuentan algunos de los empleados, que fueron obligados a servir en la “fiesta”, que era tanta la euforia del director que empezó a comentar a su selecto grupo de incondicionales que también asistieron al banquete, que sus jefes se fueron muy contentos y le habían manifestado que contaba con todo el apoyo de ellos y que todas las “pinches quejas de los de internos, familiares y abogados no tendría efecto alguno”.
Montado en su borrachera y con absoluta soberbia le empezó a decir que en ese evento el comisionado, Duran Guerrero, le autorizo que la nueva directora de administración del penal federal seria Sandra Cruz Faviel para meter al orden a todos; finalmente amenazo que todos los trabajadores de la empresa Sodexo que habían servido de meseros hasta altas horas de la noche que no se presentaran a trabajar al día siguiente en su horario normal, pero que no hablaran de lo que vieron y oyeron en la fiesta o los despedirían”, acotan.
REOS DE ALTA PELIGROSIDAD
El CEFERESO número 15 en Villa Comaltitlán, fue construido durante los gobiernos del panista, Felipe Calderón y el perredista, Juan Sabines, (en zona de alto riesgo, así calificado por el Instituto de Protección Civil) para reos solo del orden federal ya sentenciados y de mínima y mediana seguridad (antes los denominaban, peligrosidad).
Sin embargo, entre los 1,630 presos (hasta ayer domingo), existen muchísimos, bajo proceso aún y también del fuero común; pero los primeros están por delitos como delincuencia organizada, secuestro, contra la salud (narcotráfico) y multihomicidas.
El penal carece de juzgados y los presos bajo proceso tienen que ser llevados a la rejilla de prácticas de los juzgados de Distrito en Tapachula, y en esos aproximadamente 80 kilómetros, desde Villa Comaltitlán, pueden ser rescatados violentamente por sus compinches, han advertido observadores.
En total existen 21 CEFERESOs en el país incluyendo la colonia penal de Islas Marías, y de ellos, cinco Centros Federales de Prestación de Servicios “CPS” como es el 15 de Villa Comaltitlán, Chiapas; Morelos número 16; Sonora número 11; Guanajuato, número 12 y el de Durango.
Los cinco “CPS” ¡son súper millonarios negocios de la misma empresa “Makobil”! de supuestos empresarios de la República de Chile, que si por el de aquí (CEFERESO de Villa Comaltitlán) obtienen 90 millones de pesos cada mes, cuántos más logran con las otras cárceles que “administran”.
Mientras la ciudadanía de esta región de la Costa-Soconusco, principalmente Tapachula, ha sido una vez más engañada por los anteriores gobiernos que dijeron que solo estarían presos en ese CEFERESO de Villa Comaltitlán, reos con el perfil de mínima y mediana seguridad, y no de alta peligrosidad, como está ocurriendo.
Según diversas opiniones, los legisladores chiapanecos podrían exigir al titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, la revocación de la concesión a la empresa Makobil y el cierre de ese inmueble, para convertirlo en una institución de interés social. 

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