Tuxtla Chico. Juan Manuel trinidad
Para el alcalde electo de Tuxtla Chico,
Chiapas, Juan Carlos Orellana García, su principal reto es la transformación
del municipio, y para ello tiene que desterrar viejos vicios, poner en práctica
nuevas ideas y acciones, pero también requiere de la participación de la
sociedad en general.
En reunión, manifestó que los rubros de
educación, salud, seguridad, el campo y servicios básicos como la recolección
de la basura, alumbrado público, agua potable y drenaje, serán esenciales en su
agenda de trabajo.
Pero detalló, de manera especial, la
atención que le brindará al tema del Turismo, sabedor que el mismo puede detonar
la importancia y consecuente desarrollo del municipio, el cual ha esperado
durante mucho tiemplo, no obstante las riquezas y atractivos que posee para que
la gente ponga los ojos en él.
Está la zona arqueológica Izapa, está la
producción de rambután, la producción de cacao y el chocolate con carácter de
único en el Sureste, además de sus tradiciones religiosas que permiten el
realce e interés de la gente por este municipio.
Sin embargo, Orellana García sabe que no va
a ser fácil, ya que va a encontrar serias limitaciones, entre ellas deudas con
la Comisión Federal de Electricidad, con Banobras y con otras entidades. Pero
todo eso constituye un reto para él, porque sabe que tiene que superar esos
rezagos para salir adelante y cumplirle al pueblo que confió en él.
Como buen administrador que es, dio cuenta
de los distintos proyectos que tiene preparados y que va a echar a andar
durante su mandato. Quiere aprovechar sus conocimientos, su experiencia, sus
relaciones con los distintos grupos, pero principalmente la identificación que
hay con el gobernador de Chiapas Manuel Velasco Coello.
El alcalde electo de Tuxtla Chico sabe
también y lo tiene bien definido, que para lograr la transformación de este
municipio, independientemente de sus buenos propósitos, va a “aguantar” algunas
resistencias que pudieran generarse, más entre gente o grupos que saben que se
les va a acabar algunas “minas” de las que se han apropiado desde hace buen
tiempo, las mismas que no han permitido el verdadero desarrollo del lugar.
Finalmente, Orellana García confió que
dentro de su equipo de trabajo que va a conformar, solo va a tener cabida gente
que desee trabajar, que esté dispuesta a servir, porque tiene bien cimentado
que una buena administración se basa en el servicio.
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