Translate

Vistas a la página totales

sábado, 29 de diciembre de 2012

BRÚJULA POLÍTICA


Zapatismo: El resurgimiento.

Víctor M. Cruz Roque

            Paz sin justicia, es realidad inanimada, inerte, fría, como la de los sepulcros. El grito silencioso de los callados de siempre, volvió a resonar intensamente, cuando miles de silentes indígenas chiapanecos volvieron a ocupar las mismas plazas públicas que le sirvieron de escenario beligerante hace 19 años. El ¿Escucharon? Del EZLN es la pieza retórica más corta, sugerente y cautiva que jamás se haya pronunciado. Y no solo se limita a ser una expresión lingüística  que en interrogante conjuga el verbo, sino una proclama de existencia.
            ¿Escucharon?; Es el sonido de su mundo derrumbándose. El del nuestro resurgiendo. El día que fue el día, era noche. Y Noche será el día que será día. ¡Democracia!; ¡Libertad!; ¡Justicia! Y rubrica el comunicado el Subcomandante Marcos.
                                                                   ¿Escucharon?
            El sonido de su mundo derrumbándose, hace alusión al fallido sistema político y económico que no ha dado respuestas satisfactorias a los reclamos y necesidades de los más desposeídos, los que presentan mayor vulnerabilidad de subsistencia, que en esa condición generalizada destacan los indígenas. Por eso el “resurgiendo” no solo hace referencia explícita a eso, volver a surgir, después de un largo periodo de inactividad aun con lo que mejor saben hacer los zapatistas, mostrar su palabra y su pensamiento. Resurgir entonces no solamente es volver a estar presentes, a decir aquí estamos otra vez, sino que es producto del engañoso progreso y niveles de desarrollo no concretados, consecuencia de la incapacidad de los gobiernos para dar cauce y solución a los complejos problemas de la realidad nacional.
            “El día que fue de día, era de noche”, dicen los zapatistas. No es un juego de palabras ni es un simplismo que en rompecabezas conceptual  alude al tiempo solar que ilumina la tierra. Se trata de la ilusión de que nuestro país transite efectivamente hacia mejores niveles de desarrollo, como los muestran las estadísticas oficiales “para vivir mejor” como lo decía el gobierno derrumbado de los representantes del neoliberalismo. Recuérdese las alharacas de la cobertura universal de salud, del crecimiento del empleo, de la estabilidad económica, de la seguridad social, del bienestar de las familias, del fortalecimiento de la infraestructura de servicios, y hasta los pomposos anuncios de que se hallaron grandes yacimientos petrolíferos, entre muchas falacias pregonadas. No, era de día, era de noche, como lo expresan los zapatistas de hoy.
..Era de noche.
            No hay camino para la paz, la paz es el camino, solía decir Mahatma Gandhi. Y si la miseria y la pobreza es el genuino alimento de las diferencias y las confrontaciones sociales, entonces no es la asfixia y la negación lo que producirá la paz justa y digna entre los mexicanos, sino subsanar ese estado de indefensión en que se encuentran sometidos millones, con acento especial en los grupos étnicos del país, corporizados en el zapatismo en estatus de corriente de inconformidad nacional y  no solamente entendida como denominación de un grupo focalizado en las entrañas chiapanecas.
La otra guerra.
            Y ya que hemos establecido lo que es la verdadera paz, ahora es necesario clarificar quienes son los pacifistas y quienes los guerreros.
            Una manifestación silenciosa-no muda-de miles de indígenas, un comunicado preguntándonos si escuchamos; una alegoría metafórica que alude a la luz y a la oscuridad, no pueden ser ni en el más remoto extremo, alientos de guerra.
            Del otro lado están los que desde el primer momento de la insurrección lanzaron todo su poderío militar con planes y objetivos de aplastamiento, extinción y aniquilamiento. Son los que diseñaron y operaron estrategias de contrainsurgencia, los que armaron a grupos paramilitares y cuyo accionar belicista derivo en la masacre de Acteal, en Chenalhó, el 22 de diciembre de 1997. 
            Son los mismos que intentaron disuadir a la sociedad de que existían zapatistas malos y zapatistas buenos. Los malos, para ellos, eran los que tercamente exigían el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés, que clamaban ser escuchados, que pedían ser atendidos integralmente. Y los buenos, son los que recibían despensas, los que se dejaban coaccionar, los que claudicaban a cambio de promesas, que por cierto nunca se les cumplieron. Entre estos, estaban los que recibieron con aplausos a Carlos Salinas, a Ernesto Zedillo, a Vicente Fox y a Felipe Calderón. (Enrique Peña Nieto apenas cumplirá un mes en la Presidencia de la República).
            Entonces, la diferencia entre los pacifistas y los guerreros, se establece a partir de los que abrazan el dialogo justo y los que tratan de imponerse. Los que miran hacia el futuro con justicia, igualdad y democracia, y los que a toda costa quieren nuevamente instituir prácticas del pasado. Los que abren los brazos y los que cierran los puños en actitud hostil.
Las reacciones.
            Ante el resurgimiento del EZLN el pasado 21 del presente, se han producido diversas reacciones. Las sociedades nacional e internacional han vuelto a sus ojos hacia el movimiento insurgente. Los medios de comunicación nuevamente les han dedicado extensos espacios y ha renacido el interés de cobertura, especialmente porque en setenta y dos horas se cumplirán exactamente 19 años del primer alzamiento.
            El Gobierno federal se ha mostrado cauto, quizá en actitud precavida y de moderación. El Congreso de la Unión aprobó un Punto de Acuerdo para solicitar a las autoridades federales y de nuestra entidad, restituir los diálogos de paz y diseñar estrategias de acercamiento con los inconformes.
            Y el Gobernador del estado Manuel Velasco Coello, en actitud receptiva, emitió un comunicado en donde expresa que está dispuesto, en el ámbito de las competencias de su administración, a atender las demandas de los zapatistas. El mandatario dio a conocer que emprenderá acciones conjuntas con el gobierno federal y se pronuncio a favor de que se reanuden los diálogos de San Andrés Larrainzar. “El gobierno del estado de Chiapas saluda el punto de acuerdo y llamado plural del Congreso de la Unión respecto de la importancia y necesidad de dar respuestas al EZLN”, expuso.
            Incluso,  Manuel Velasco aseveró en el comunicado, que el gobierno estatal ha comenzado a acreditar con acciones de distensión su compromiso a favor de la paz y la reconciliación.
            Las anteriores señales son positivas, convocantes a la concordia y al entendimiento armónico. El acuse de recibo que han suscrito las autoridades federales y estatales, significan que es probable que en breve se reactiven los mecanismos institucionales para atender a quienes en setenta y dos horas, seguramente volverán a manifestarse públicamente, en ocasión del diecinueve aniversario de su aparición pública, aquel 1 de enero inolvidable en que se cimbro la conciencia nacional.
EN CONCRETO.
            Muchas fueron las reacciones que llegaron hasta la mesa donde se redacta Brújula Política, por el contenido de nuestra entrega de ayer. Sorpresas, dudas, descalificaciones, expresiones solidarias y una que otra arenga de recordatorio materno. Las mas, fueron colaboracionistas para engrosar la lista de los que aquí llamamos “victimarios”; otros para cuestionarnos el por qué lo hicimos “a toro pasado”, y de diversa índole y contenido.
            A todos sin excepción se les agradece sus opiniones.
APUNTES.
            **El acuerdo de la Sexagésima Quinta Legislatura, que a propuesta del diputado Neftali del Toro Guzmán se declara al 2013 como “Año del Dr. Belisario Domínguez”, es significativa. Se espera que inmediatamente muchas dependencias inicien el diseño de actividades diversas con ese fin, especialmente el propio Congreso del Estado, la Secretarias de Gobierno, de Desarrollo Social,  de  Educación, la recientemente creada Secretaría de la Juventud y el Deporte, el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas, el Sistema Chiapaneco de Radio y Televisión, etcétera.
            Proponemos desde este espacio que sin demora, se instituya una Comisión Interinstitucional, con la participación de los sectores sociales y la iniciativa privada, para elaborar un programa de actividades que le de seguimiento y sea la que opere las acciones a desarrollar.
            Es todo, gracias.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario