Por: Luis Tovar
UNIVERSIDAD
AUTÓNOMA DEL ESTADO DE HIDALGO, LA VENGANZA POLÍTICA
‣Gerardo Sosa Castelán no es un delincuente, logró
hacer de la UAEH una de las instituciones educativas más prestigiadas del país
y de América Latina.
‣Hay intereses políticos y económicos que se
manejan de manera vil y vulgar
El 6 de abril
de 2005 durante el juicio de procedencia de desafuero, Andrés Manuel López
Obrador, entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, señaló ante el pleno
de la Cámara de Diputados lo siguiente: “Un empresario me contó que el
10 de junio del año pasado, en una reunión en casa de Rómulo O’Farrill, ese
grupo compacto de intereses creados le dijo al ciudadano presidente, palabras
más, palabras menos: Nos has quedado mal, no has podido llevar a cabo las
privatizaciones y la reforma fiscal, pero eso ya no es lo que nos importa.
Ahora lo único que te pedimos es que, por ningún motivo permitas que ese
populista de Andrés Manuel llegue a la Presidencia”
AMLO se
refería a Vicente Fox, el ciudadano presidente cuyo patético desempeño dejaba a
Acción Nacional con sus posibilidades de triunfar en el proceso electoral de
2006 pendiendo de alfileres. En el mismo discurso remarcaba el tabasqueño: “Tal
vez, a partir de entonces o de una lectura febril de las encuestas, al
presidente de la República se le volvía una obsesión hacer campaña en mi
contra. Eso es lo que explica este desafuero, tramado desde Los Pinos”.
Aunado al
desafuero, se generó la llamada “guerra sucia” en la que se utilizó todo el
poder del Estado y la influencia de los medios de comunicación a través de los
spots donde se comparaba a AMLO con Hugo Chávez, se alertaba sobre la posible
crisis económica, la pérdida del patrimonio o la tendencia de Andrés Manuel de
convertirse en un dictador en caso de ganar la presidencia. De los más
impactantes spots se encontraban aquellos que culminaban con una voz en off que
decía: “López Obrador, un peligro para México”.
Guardando
toda proporción, en el Estado de Hidalgo se vive una situación similar, no
existe una sola encuesta seria que no augure una realidad: el PRI perderá la
próxima elección para elegir gobernador en el Estado del General Felipe
Ángeles. Pero, ¿Cómo habría de ganar el PRI? ¿De qué forma podría (cuando
menos) tener una votación digna si el Estado tiene un alto rezago social? Según
cifras del INEGI y del CONEVAL, en Hidalgo el 43.8% de la población se
encuentra en pobreza, el 6% en pobreza extrema y la población indígena hablante
de una lengua tiene el 74.9% de pobreza en relación al no hablante que es del
34.4%. Más datos: en materia de seguridad la entidad ocupa el séptimo lugar
nacional en el delito de violación, se encuentra entre los primeros diez
estados por el delito de trata de personas, además de que los feminicidios se
presentan de manera alarmante ocupando hasta la primera mitad de 2020 el lugar
número 16. En materia de educación, el rezago alcanza el 35.5% lo que lo coloca
en el lugar número 10 a nivel nacional.
Esta realidad
que aqueja al Estado ha alcanzado al gobernador, y sí, en su saber está que no
existe la mínima posibilidad de ganar la elección, por eso ha optado por
realizar una serie de acuerdos que le garanticen perder la contienda electoral,
por decirlo de alguna forma “acordada”, el problema es ¿Con quién? ¿Quién
podría garantizar al gobernador saliente un pacto en el que se realice una
transición sin mayor contratiempo con lo que esto implica? La respuesta es más
que clara: Con todos, excepto con lo que muchos, de manera peyorativa señalan
como grupo universidad.
Y es que en
el Estado de Hidalgo ganará Morena la elección, eso es previsible, tanto como
lo es el hecho de que Gerardo Sosa Castelán es quien posee más adeptos entre la
sociedad y los morenistas para ser quién encabece la candidatura. De ahí se
originan las acciones que emprende el gobierno del Estado contra la Universidad
Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) sin considerar que la confrontación
política, el revanchismo y la guerra sucia no sólo afectan la participación
electoral (cuya consecuencia puede ser el abstencionismo que dicho sea de paso
beneficiaría al gobierno priista) también afecta a la comunidad estudiantil, lo
que de por sí es grave.
No existe la
menor duda: el presidente del patronato ha sido sometido al linchamiento
mediático tras su detención para regocijo del gobernador. Se ha desatado toda
una campaña de desprestigio replicada en medios nacionales con señalamientos
más que atroces, tan solo por la venganza política de unos cuantos o de una
sola persona. Así como en el desafuero de AMLO, pareciera que, a los intereses
de un grupo compacto, le ha dejado de importar el destino de Hidalgo, parece
que lo que verdaderamente les importa es no permitir, por ningún motivo, que
Sosa Castelán llegue, ya no a la gubernatura, ni siquiera a la contienda. Es
decir, igual que señaló AMLO en su caso y comparándolo con la situación actual
del Estado, tal vez, a partir de una lectura febril de las encuestas, al
gobernador se le vuelve una obsesión hacer campaña sucia contra Sosa Castelán.
En fin, no logro
entender cómo es posible que, en este caso, como en el desafuero, los intereses
políticos y económicos actúen de manera vil y vulgar. Por esa razón, al igual
que la comunidad estudiantil, organizaciones sociales, culturales y demás
colectivos independientes, desde mi humilde posición me sumo a la demanda de
que se respete el Estado de Derecho y que exista un juicio justo en el que se
esclarezca la realidad de los ataques tanto a la universidad como al ex rector.
Desde esa misma posición, solicitaría a López Obrador, se revisen los intereses
que posiblemente relacionen a funcionarios de la Secretaría de Hacienda con el
gobierno del Estado de Hidalgo, de esta administración y de la anterior. En una
de esas ni siquiera está informado el presidente de la verdadera situación.
En este país
supuestamente existe la presunción de la inocencia, pero también existe la
persecución política desde siempre, por eso mientras no exista un juicio justo,
Gerardo Sosa no es un delincuente, es un perseguido y preso político que ha
hecho de la UAEH una de las instituciones educativas más prestigiadas del país
y de América Latina.
Luis Tovar. Cel. 55 30 58 61 83
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