LA POLARIZACIÓN, UNO DE LOS MÁS GRAVES PROBLEMAS DE
MÉXICO
‣En un
extraño lugar retacado de nopales había unos tipos muy raros llamados
intelectuales
‣La ciudadanía necesita de la consolidación de
colectivos y organizaciones
La semana
pasada leí con atención el desplegado firmado por intelectuales en los que
manifiestan lo imperativo de corregir el rumbo y recuperar el pluralismo
político para lograr el equilibrio de poderes. Para ellos, los intelectuales
que suscriben, la vía para corregir el rumbo es la consolidación de una amplia
alianza ciudadana con los partidos de oposición, que logre una
representación importante en la cámara de diputados para la siguiente
legislatura.
¡Caray!
Ofrezco disculpas, pero la lectura del desplegado me hizo recordar aquella
canción del profeta del nopal nacido en Tampico, Rockdrigo González:
En lejano lugar retacado de nopales había unos tipos extraños llamados intelectuales.
Se la pasaban leyendo para ser sabios y doctos pues no querían seguir siendo
vulgares tipos autóctonos. Los veías en los cafés llenos de libros profundos y
en eventos culturales olía a conciertos Rotundos. Constantemente escribían
poemas y cuentos cortos y aunque no los comprendían se quedaban como absortos.
Si veías tal escritura te sentías medio agotado. Porque con tal estructura te
ibas bien apantallado. No sabías si eran marcianos, mexicanos o europeos,
ángeles, diablos o enanos, cardiacos o prometeos. Y así estos tipos extraños. Siempre
estaban cavilando y hasta cuando iban al baño se la pasaban pensando.
Pensaban cuando comían en la esquina en el avión. Pensaban cuando dormían, pensaban en el camión y entre tanto pensamiento análisis y estructura
Decían conocer la neta y hasta también la locura.
Pensaban cuando comían en la esquina en el avión. Pensaban cuando dormían, pensaban en el camión y entre tanto pensamiento análisis y estructura
Decían conocer la neta y hasta también la locura.
Difiero de la
opinión de los intelectuales. En este país, con los graves problemas y crisis
que atravesamos, lo que menos requiere la ciudadanía es una alianza meramente
electoral que beneficie a una desdibujada oposición. La ciudadanía lo que
requiere es la consolidación de colectivos y organizaciones en las que se vean
representados los intereses comunes con miras a la solución de sus demandas.
Por esa razón y dadas las condiciones actuales, más que alianzas, distintos
frentes y colectivos de intelectuales, nos pronunciamos por lograr acuerdos
nacionales que conlleven a un nuevo pacto social. Por cierto, consideramos que
puede lograrse por una vía alterna que incluya a los más amplios sectores de la
sociedad con una fórmula muy sencilla: erradicar los errores, reforzar los
aciertos y organizarnos, no para confrontarnos, sino para alcanzar los
objetivos de la colectividad.
Por eso he
señalado de manera reiterada que uno de los principales obstáculos a los que
nos enfrentamos todos los mexicanos es la polarización política que crece y se
desborda a diario en el acontecer político, polarización de la que también han
sido parte los intelectuales o al menos una parte. Podría entenderse de
aquellos que perdieron el poder o los privilegios de los que gozaban, pero me
es difícil entenderlo de los llamados o reconocidos cómo intelectuales.
Quisiera
retomar una frase del Ing. Heberto Castillo que señalaba la responsabilidad que
tienen los intelectuales de participar activamente con soluciones tangibles:
“A los intelectuales de mi patria les quedan dos caminos: dedicar su
esfuerzo y actividad al desarrollo de las ciencias, de las artes, de la cultura
con el propósito de darse nombre y brillo intelectual, o bien entregar toda su
capacidad creadora y toda su voluntad para establecer las bases técnicas y
científicas de un amplio y sano desarrollo de México. La primera posición proporciona
honores, distinciones y pingües beneficios económicos, pero da la espalda a la
historia. La otra, de frente al futuro, sólo ofrece riesgos y privaciones, pero
allá en lontananza, permite vislumbrar la verdadera libertad de nuestros
pueblos y con ellos su salvación definitiva”
El
pensamiento de Heberto Castillo sigue vigente, estoy convencido de ello. Hoy,
los firmantes del desplegado, quizá salvo una rarísima excepción, viven en ese
supuesto que mencionaba el ingeniero, le dan la espalda a la historia por
las distinciones, honores y sobre todo los pingües beneficios económicos. Pero
a pesar de ello tengo claro que la ciudadanía, más que el electorado, contarán
con alternativas reales de participación ya que actualmente ni la oposición ni
estos intelectuales los representan.
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Luis Tovar.
Cel. 55 30 58 61 83
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