Por:
Gonzalo Egremy
MEJORAN SEMILLA DE FRIJOL
+No obstante su calidad
nutricional su consumo cayó en 50% en dos décadas
+Investigadores de INIFAP desarrollan variedades que duplican o
triplican producción e ingresos
El frijol, con alto contenido de proteínas, ayudaría
a combatir la desnutrición en zonas de alta y muy alta marginación de México
Bayos, negros, amarillos, blancos, morados,
pintos o moteados, los frijoles han acompañado la historia y la alimentación de
los mexicanos, pero hoy enfrentan un desplazamiento por productos híper
industrializados con exceso de grasas, carbohidratos, sales y conservadores.
Sin embargo, la leguminosa representa una
alternativa viable no sólo para la buena nutrición en zonas pobres (por su alto
contenido de proteína) sino para los agricultores que la producen, quienes con
variedades generadas por investigadores del Instituto Nacional de
Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) pueden triplicar su
producción y mejorar ingresos, aprovechando mercados locales y regionales donde
hay una alta demanda del alimento.
En el mundo se conocen alrededor de 150 especies de
frijoles, de las cuales 50 están en México, por lo que a través del Programa de
Mejoramiento Genético del Campo Experimental Valle de México (Cevamex), los
especialistas en frijol Dagoberto Garza García, Ramón Garza García y Carmen Jacinto
Hernández, se han encargado de trabajar durante 25 años en preservar y
aprovechar el germoplasma de frijoles nativos, a través de la mejora genética,
con la que han obtenido variedades que resuelven las demandas concretas de
productores ubicados en Valles Altos de la Mesa Central, que comprende los
estados de México, Puebla, Hidalgo, Tlaxcala, parte del
estado de Querétaro y zonas rurales de la Ciudad de México.
El frijol (Phaseolus vulgaris L.) es una planta
ancestral, asociada a la milpa, que observa una caída en el consumo por
persona, el cual en 1990 era de 19 kilos y hoy es de 10.5 kilos (según
estadística del SIAP)
En dos décadas la ingesta de ésta alimento
disminuyó a la mitad, no obstante ser un alimento rico en proteínas,
carbohidratos, fibra, grasa, calcio, hierro y vitaminas como la niacina,
riboflavina, ácido fólico y tiamina.
Tras analizar que el frijol puede ser una fuente
de alimentos e ingresos para agricultores de una región donde prevalece
población pobre y malnutrida, los investigadores del INIFAP desarrollan
variedades para Valles Altos, donde se siembran alrededor de 150 mil hectáreas (de
las 2 millones de hectáreas de frijol cultivadas en México).
El 87 por
ciento de esta superficie es de temporal con un rendimiento promedio de 794 kilos
por hectárea; en cultivos de riego el rendimiento es de 1.6 toneladas (Sagarpa,
2018).
El vínculo de los investigadores con los
productores ha dado resultados notables. Por ejemplo, en Atenco, Estado de
México, el agricultor Ulises Pacheco Sánchez, siembra las variedades Negro
supremo y Primavera con las que obtiene más de 2 toneladas por hectárea (t/ha);
en Flor de mayo, 2.8 t/ha y en Bayo Azteca, hasta 3.2 t/ha.
El también agrónomo por la Universidad Autónoma
Chapingo expone que se trata de materiales desarrollados por el INIFAP de tipo
intermedio, más precoces, de ciclo corto, y que se adaptan a menor cantidad de
humedad, algo importante porque las lluvias en la zona son erráticas. Otra
ventaja es que no requieren insumos costosos.
El impacto económico es considerable, anota
Ulises Pacheco, porque si tenemos un frijol que se paga a 20 pesos en la
localidad y rendimientos de 2.5 a 3.2 ton por hectárea, el ingreso bruto
aproximado sería de 60 mil pesos, menos los costos de producción nos quedan
unos 48 mil pesos; no estamos perdiendo dinero, como con el maíz de temporal
donde este año no habrá regreso de capital, porque no ha habido lluvias, “no
hay mazorcas ni algo que vender”.
El frijol tendrá una cosecha más baja que en dos
años anteriores, pero se conserva la rentabilidad y tenemos acceso a un
alimento sano.
Las variedades que ha aportado el equipo
interdisciplinario del INIFAP son varias, pero el investigador Ramón Garza
García destaca que en Valles Altos el “boom” es el azufrado al alcanzar un precio
de 40 a 50 pesos por kilo y el Flor de durazno o Flor de mayo de 20 a 30 pesos.
El experto en frijol, Dagoberto Garza García,
explica que el Azufrado Oro fue desarrollado por los investigadores con
germoplasma de Sinaloa y materiales nativos resistentes de Valles Altos.
Otra variedad (Huitel-143) que se está liberando
es un tipo San Franciscano criollo local (tipo ojo de cabra) para la zona del
Valle del Mezquital, un nicho de 50 mil hectáreas, que usará criollos
resistentes con mayor potencial de rendimiento.
El objetivo es tener variedades para dos ciclos
agrícolas en esta zona de transición que se ubica a mil 800 metros sobre el
nivel del mar. Son materiales de nicho para atender la demanda local.
Los investigadores junto con los agricultores
coinciden en la necesidad de pasar de vender el frijol a granel a empacarlo en
bolsas de un kilo. Para ello se trabaja con el Centro de Mecanización del
INIFAP en el diseño de una seleccionadora que separa los granos por tamaños y
se espera que esté lista en 2020.
Al no darle un beneficio al frijol,
seleccionarlo, limpiarlo y pulirlo, los productores tienen desventaja a la hora
de comercializarlo, porque los granos importados vienen limpios y clasificados,
por lo que sería muy positivo que el gobierno apoyara con una beneficiadora,
que diera servicio a pequeños productores de frijol, plantean los
investigadores.
Ulises Pacheco, quien recientemente invirtió en
una seleccionadora para limpiar y clasificar el frijol por tamaño, apunta que
la meta es ambiciosa, porque el grano hoy se vende en mercados locales y
regionales, pero a mediano y largo plazo se trata de consolidar una oferta
mayor para el mercado y generar una marca.
De esta manera, remarca, “se aprovecharía la
oportunidad que ha estado siempre aquí en nuestras manos, porque en el Valle de
México vivimos 22 millones de mexicanos y en la megalópolis 38 millones,
incluyendo Pachuca, Querétaro, Morelos, Tlaxcala y Puebla. El mayor centro de
consumo lo tenemos aquí mismo donde lo podemos estar sembrando.”
En su laboratorio del Cevamex, la doctora Carmen
Jacinto, se encarga de analizar las características físicas, de calidad
comercial y nutrimental de los genotipos de frijol desarrollados por el INIFAP.
La calidad (explica) es un aspecto importante y
en la mejora genética buscamos que el contenido de proteína de nuestros
frijoles sea mayor a 23%, pero algunos alcanzan hasta 27%, siendo el promedio
nacional del 20%.
Nuestros materiales (resalta) al consumir un
plato de frijoles pueden aportar aproximadamente 40% de los requerimientos de
proteína de un niño en pleno crecimiento y así mejorar su estado nutrimental
sobre todo en regiones de alta y muy alta marginación.
Ojalá el gobierno federal dote de mayores
recursos para la investigación en los INIFAP, porque ayudaría a los productores
del alimento que necesita nuestro México, ¿no cree usted?
BISBISEO
De nueva cuenta el transporte público enluta
hogares//Ayer por la mañana en un tramo de la carretera Cacahoatán-Tuxtla
Chico, una combi de pasajeros procedente del primer municipio, se impactó de
frente contra una camioneta Pick Up de reciente modelo y con placas de
Michoacán, falleciendo el chofer del transporte público y tres de los
pasajeros//Según versiones, eran tres los tripulantes de la camioneta quienes
salieron ilesos y se retiraron del lugar, sin embargo, otros testimonios
indican que presuntamente son conocidos en la Fiscalía de Distrito que
encabeza, Olger Villanueva//¿Será cierto?//Salud.
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