A 100
AÑOS DE IDEALES ZAPATISTAS
‣En
el Año del Caudillo del Sur: despojos, asesinatos, explotación humana y la
destrucción de la naturaleza
‣Organizaciones
sociales demandan justicia por asesinato de activista
Llegamos al Centenario luctuoso del
General Emiliano Zapata con las mismas carencias contra las que él lucho. El
presidente Andrés Manuel López Obrador decretó 2019 el Año del Caudillo del
Sur, y se espera que el próximo 10 de abril se conmemore en Ayala, Morelos, con
varias actividades, aunque se rumora que el primer mandatario no asistirá.
Desde finales del año pasado se planearon
varias actividades para rememorar la fecha, fue creada la Comisión Especial
para la Conmemoración del Centenario Luctuoso del General Emiliano Zapata
(Anenecuilco 1879-Chinameca 1919), con la finalidad de difundir su pensamiento
y acciones.
La iniciativa fue presidida por Édgar
Castro Zapata, bisnieto del líder revolucionario y presidente de la fundación
Zapata; Diego Prieto Hernández, titular del Instituto Nacional de Antropología
e Historia (INAH); Salvador Rueda, director del Museo Nacional de Historia
(MNH), Castillo de Chapultepec; Isabel Campos, directora del centro INAH
Morelos, los historiadores Antonio García de León, Laura Escalante, Carlos
Agustín Barreto, entre otros especialistas.
Al respecto se han llevado a cabo
exposiciones de fotografía en recintos como la Universidad Autónoma Chapingo,
el Museo y Archivo Histórico Casa de Morelos, en la ciudad de Cuautla; en el
MNH Castillo de Chapultepec. Y se tiene prevista una conferencia magistral
impartida por el historiador norteamericano John Womack, de la Universidad de
Harvard, especialista en la Revolución Mexicana, este 10 de abril en el Museo y
Archivo Histórico Casa de Morelos, fecha en que se celebra el centenario
luctuoso del Caudillo del Sur.
Pero, por otra parte, lejos de los eventos
culturales, sigue vigente la opresión al
campesino mexicano. El ícono de rebeldía, de continuidad de lucha por los
desposeídos, de congruencia y de compromiso social, fue asesinado a traición y
esto mismo hacen en la actualidad los políticos con sus ideales. Aunque su
imagen sigue siendo símbolo de lucha social, también ha sido explotada sexenio
tras sexenio para atraer el interés de quienes viven del campo y a los mismos
que les repiten promesas como más apoyo a este sector y la defensa del
territorio contra proyectos de muerte, lo cual se ha reducido a frases de
campaña. El líder de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) en
Morelos, Omar Zambrano Hernández, recordó que el campo se encuentra en pésimas
condiciones, no hay desarrollo y el apoyo es mínimo.
“Libertad y justicia para el pueblo”, solo
se ve en las mantas de cada manifestación para exigirlo porque desde hace cien
años los mexicanos seguimos atorados en una revolución que no concluyó, pero
que con el asesinato del general Emiliano Zapata y el inicio de una supuesta
democracia hicieron creer que la deuda con el pueblo se pagó. A la fecha son
más los desposeídos que en aquellos días de lucha contra la opresión.
El presidente de la Comisión de
Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, José Narro Céspedes anunció que,
para conmemorar los 100 años del asesinato de Emiliano Zapata, agrupaciones
campesinas iniciarán la “Jornada Nacional” en todo el país y aseguró que las
exigencias serán derogar la Reforma Agraria porque ha hecho mucho daño al campo
mexicano, ya que tiene excluidos del desarrollo nacional al 80 por ciento de
los productores rurales. La segunda, el derecho a la consulta de los pueblos
originarios y comunidades indígenas y rurales de nuestro país. Tercero,
plantear una gran reforma que contemple cumplir con los acuerdos de San Andrés
Larrainzar, sobre derechos y cultura indígena.
Y a la par de las actividades culturales
están las que llevan a cabo grupos como El Ejército Zapatista de Liberación
Nacional, La Asamblea de Resistencia de Amilcingo, Frente de Pueblos en Defensa
de la Tierra y el Agua, entre otros que siguen pidiendo que se haga justicia
por el asesinato del activista social Samir Flores, opositor del gasoducto y
termoeléctrica en Morelos, el pasado febrero.
En la conmemoración del asesinato de
Zapata, estas organizaciones aseguran
que “para los pueblos originarios el único cambio verdadero es el aumento de
las mentiras, los engaños, las persecuciones, las amenazas, los encarcelamientos,
el despojo, los asesinatos, las burlas y desprecios, la explotación humana y la
destrucción de la naturaleza; en suma: el aniquilamiento de la vida colectiva
que somos”, se lee en una convocatoria a Jornadas de lucha por este centenario.
Agregan que “el gobierno neoliberal que
encabeza Andrés Manuel López Obrador tiene su vista puesta en nuestros pueblos
y territorios, donde, con el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, se tiende
una red de cooptación y desorganización, que abre el camino a una guerra que
tiene nombre industrial, hecha de proyectos y violencias, que, apoyada en las
corporaciones militares y en la próxima Guardia Nacional, expande una oscura
telaraña de muerte y destrucción en los pueblos originarios del país”.
Hoy, Emiliano Zapata es un mito venerado
por un México donde prevalece el racismo y el clasismo, entre una injusticia
social que data de hace más de cien años y donde los más pobres siguen a pie de
lucha con un sentimiento de traición por un gobierno que para ellos es igual al
que combatió el Caudillo del Sur en la Revolución.
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