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jueves, 14 de marzo de 2019

HOJA DE APUNTES


Por: Enrique Alfaro
* Repensar la universidad, una discusión de todos.
El rector de la Unach, Carlos Natarén Nandayapa, se muestra interesado en devolver la universidad a la sociedad iniciando por divulgar, fuera del ámbito académico, el diagnóstico de los graves problemas que enfrenta la institución.
En una pequeña laptop carga una resumida presentación de power point, con comparativos y cuadros que muestran la gravedad de la situación de la universidad: “es la tercera más endeudada del país, con un monto de dos mil 236 millones de pesos”, se lamenta quién acaba de asumir el timón de la máxima casa de estudios de la entidad, en reunión con columnistas de Chiapas.
El diagnóstico no ha sido fácil de concluirlo por el desorden que prevalecía en la administración académica y administrativa. “Existen tres bases de datos distintas de académicos”, refiere como ejemplo.
Con lenguaje llano, abunda que la nómina de la institución es 80 por ciento superior a su ingreso. En los últimos años se contrató a muchos académicos fuera del procedimiento correcto por lo que no existe respaldo presupuestal para cubrir el monto de esas plazas. La universidad creció desmedidamente su plantilla académica pero no su matrícula escolar que actualmente es de casi 23 mil estudiantes. Se llegó a un absurdo: existen 9 alumnos por cada maestro.
¿Se debe despedir a profesores o aumentar el costo de la las colegiaturas? le inquiero. Me responde con otro cuestionamiento: ¿Le conviene a Chiapas, estado con un gran rezago educativo, algunas de esas dos disyuntivas? No. Frente a esas dos opciones es preferible esforzarnos en ser más atractivos para aumentar nuestra matrícula y crecer los grupos a los que los profesores imparten clases, concluye.
Natarén Nandayapa acaba de asumir las funciones de rector pero quiere acotar las facultades de la rectoría. Es necesario modificar la ley orgánica de la universidad para evitar excesos y fortalecer las vías institucionales. No debe importar quién maneje la universidad, debe sujetarse a límites razonables para el manejo académico y administrativos, razona.
La universidad de Chiapas, que debiera ser el centro del conocimiento y de la inteligencia de Chiapas, ha sido manejada con absoluta discrecionalidad y estulticia. Se han firmado contratos colectivos que establecen términos violatorios de la Constitución.  Dirigencias sindicales exigen cínicamente ignorar la circunstancia. El rector Nandayapa ventila públicamente el tema. La universidad es de todos, su situación debe preocuparnos a todos.
Debemos tomarle la palabra al rector para evitar que la Unach vuelva a ser secuestrada por grupos de poder que han mantenido los temas de la universidad ocultos de la sociedad, de la opinión pública. Todos debemos repensar qué hacer con la Unach. Los tiempos de cambio en el país son propicios. 


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