‣Ofrecen aumento de productividad, disminución de
importaciones de leche en polvo
‣Comercialización directa a población no considerada en
programas de gobierno
Los pequeños y medianos
productores de leche, que aportan alrededor del 70 por ciento de la producción
nacional, “solicitamos al Gobierno de México revertir el sistema de apoyos
institucionales para un segmento que, por más de dos décadas, ha permanecido
oprimido por bajos precios del producto y una industria con excesiva
concentración del poder económico”, señaló Álvaro González Muñoz.
El presidente del Frente
Nacional de Productores y Consumidores de Leche, que agrupa a cerca de 150 mil
pequeños y medianos productores del alimento en 20 estados del país, dijo que,
durante cuatro administraciones federales, sólo resultaron beneficiados grandes
productores y la industria, en detrimento de 600 mil pequeñas unidades productivas
que quebraron por incosteabilidad.
Puntualizó que es
necesario “voltear hacia los pequeños y medianos productores para transformar
al sector lácteo, que será vital para alcanzar uno de los objetivos
fundamentales que persigue el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López
Obrador, como lo es la autosuficiencia alimentaria con productos puros y no con
lácteos que simulan ser genuinos”.
Un elemento importante en
esta estrategia, añadió Álvaro González, es la revisión de los términos de
Tratados de Libre Comercio que, lejos de beneficiar a los productores
nacionales de leche, tuvieron efectos devastadores para la economía de pequeños
ganaderos.
Precisó que “sólo se
beneficiaron unos cuantos productores: 854 socios de LALA y ALPURA, que
representan el 0.56 por ciento del total nacional y a empresas privadas como
Nestlé, Danone y Sigma, entre otras”. Esto alentó desde el gobierno las
adulteraciones de productos y el consecuente engaño al consumidor sobre las
cualidades nutritivas del alimento.
Denunció que, con esta
impunidad, crecieron los abusos de la industria y sus falsas representaciones
ganaderas; a quienes se les autorizó la liberación del precio de la leche, con
un efecto de aumento de precio para los consumidores y castigados para los
productores, incluso por debajo de los costos.
Esto significó que, entre
2013 y 2018 el público sufrió un aumento de 4.16 pesos por litro y a los
productores correspondieron 0.63 centavos. “La realidad de esto explica la
disminución en el consumo y el cierre de miles de establos. Los pequeños
productores que sobrevivimos, trabajamos con pérdidas que, en promedio, son de
dos pesos por litro”.
Igual podemos afirmar
que, en el mismo periodo, logramos aumentar la productividad de nuestras vacas,
al pasar de producir 4 mil 600 litros por año a 9 mil 200 litros, y en sólidos,
270 kilogramos entre grasa y proteína propios de la leche. En México,
prácticamente la totalidad del ganado lechero es estabulado, lo cual implica
mayores costos de producción.
Como resultado de lo
anterior, los productores estamos convencidos de que enfrentaremos grandes
retos para aumentar nuestro ingreso por la vía de la productividad y,
obviamente, acompañada por una política de precios justos, la garantía de
utilidades para reinvertirlas en infraestructura y en reposición de
vaquillas.
Tenemos que generar
riqueza, recuperar 150 mil empleos perdidos; reducir la pobreza y fortalecer la
seguridad alimentaria. Tenemos que aprovechar las oportunidades que nos ofrecen
nuestros recursos naturales, en un entorno de conservación y mejoramiento de la
ecología y, por supuesto, hacer frente a la especulación y adulteración de los
alimentos que demanda la población mexicana.
Álvaro González Muñoz
señaló en entrevista, que los pequeños y medianos productores proponen “la
constitución de una cooperativa lechera nacional, bajo la responsabilidad de
LICONSA, donde se conserve la política de desarrollo, la rectoría de la
industria de lácteos y la administración sin corrupción.
Se pretende, asimismo,
sustituir importaciones a través de una respuesta definitiva de los productores
de leche y solamente recurrir a compras en el exterior en casos de absoluta
necesidad del alimento.
En otro ángulo, los
productores de leche organizados, podrían incursionar en la comercialización
del producto y la diversificación de derivados lácteos auténticos, genuinos, a
fin de comercializarlos hasta un 40 por ciento menos respecto a los de las
cadenas comerciales. Con lo que se podría beneficiar a buena parte de mexicanos
que no califican para los programas sociales y tampoco pueden adquirir el
producto en los centros comerciales por precios altos. En estos centros se
distribuye el 60 por ciento de lácteos del país.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario