Alberto
González Martínez
*
EL COAPATAP EN DISPUTA.
Como el sentido común ha dejado
de ser muy común en estos tiempos que corren, todavía hay miles de compatriotas
que ni siquiera están enterados que el 2019 lo iniciaremos con tres niveles de
gobierno diferentes a los que por décadas habíamos padecido.
Preocupante en verdad lo que
acontece. Porque, a pesar del vertiginoso avance de la tecnología, son muchos
los que aún siguen pensando que la vida en México seguirá exactamente igual
como en la década de los 80 o los 90.
Peor todavía: es alarmante que a
centenares de profesionistas –muchos de los cuales presumen un montón de
corcholatas en las solapas– aún no les caiga el veinte de lo que ocurrió el
primer domingo de julio en nuestro país.
Un espléndido botón de muestra
lo tenemos en el Colegio de Ingenieros Civiles de Tapachula. Pese a que la gran
mayoría de sus integrantes presumen licenciaturas, maestrías y hasta
doctorados, todavía varios siguen sin entender que el nefasto priato fue
derrotado en toda la línea y que sus prácticas están en vías de liquidación.
Tercamente, los miembros del
trastabillante Colegio de Ingenieros Civiles de Tapachula se empeñan en dar
nota, en dar de qué hablar.
Ya realizaron una amañada
asamblea para estructurar una terna en la que el presidente de ese órgano
colegiado, Carlos Daniel Rodríguez Rivas, al más puro estilo priísta se
agandalló la primera posición del trío que presuntamente será considerado por
Óscar Gurría Penagos para designar al próximo Secretario de Obras Públicas
Municipales.
Y ahora, en lo oscurito, también
andan integrando otra terna para estar en la dirección del Comité de Agua
Potable y Alcantarillado de Tapachula (Coapatap). Para no errar el tiro, el
propio Carlos Daniel Rodríguez se anotó en la primera posición. No quiere
fallar el joven: Coapatap u Obras Públicas.
Solo que no contaban con la
astucia de otro miembro distinguido del Colegio de Ingenieros: Adolfo Morales
Rojas.
Como no fue considerado por sus
colegas para integrar alguna de las dos ternas, quiso demostrar a todos sus
camaradas por qué decidió ser ingeniero: con gran ingenio se fue por la libre,
quizá inspirado en Jaime Rodríguez, “El Bronco”, o Jesús Alejo Orantes.
Con la mira puesta en la
dirección general del Coapatap, Adolfo Morales comenzó su activismo. Pronto
conseguiría presuntos apoyos ciudadanos, mismos que serían plasmados en hojas
de papel simple dirigidos a Óscar Gurría Penagos, Presidente Electo de nuestro
municipio.
Recalcitrante panista, que ahora
seguramente se avergüenza de su pertenencia al desprestigiado blanquiazul, recurrió
a las personas que conoció en los años felices de su vida empanizada.
La señora María Angélica Bond
Sotomayor, por ejemplo, no dudó en firmarle un oficio dirigido a Gurría Penagos
donde le explica que es la representante de los socios locatarios del Mercado
San Juan y le hace llegar su adhesión en apoyo a Adolfo Morales Rojas para que
le dé “la Dirección General del Coapatap ya que cuenta con la calidad y
experiencia para poder estar al frente de dicha dependencia…”.
Dice, además, para convencer al
alcalde electo de Tapachula, que “Adolfo Morales es una persona trabajadora,
humilde, sencillo, que cuenta con el carisma y ha apoyado a muchas gentes sobre
sus necesidades y problemas a cambio de nada…”.
Por otro lado, María Gloria
Ortiz González, Coordinadora General de la Colonia San Agustín de esta ciudad,
remitió un manuscrito a Óscar Gurría Penagos para proponerle a Adolfo Morales
Rojas como Director del Coapatap.
Según el texto, Ortiz González
habla en nombre y representación de los vecinos de la Colonia San Agustín,
pero, líneas más adelante, escribe en primera persona para decirle al
presidente electo que conoce a Adolfo Morales desde hace varios años como “un
profesional honorable, respetuoso y con una amplia trayectoria laboral…”.
Para amarrar más la propuesta,
el aspirante a funcionario municipal consiguió otro oficio, fechado el 10 de
julio, donde presuntos representantes de las colonias del sur oriente de la
ciudad le piden a Óscar Gurría Penagos que le dé la dirección general del
Coapatap a Adolfo Morales Rojas.
Las colonias del sur oriente,
que aparentemente aclaman a Morales Rojas, son San Antonio Cahoacán, 6 de
enero, Venustiano Carranza y Éxtasis.
Pero resulta que esto ya lo
venía tramando desde antes de la elección del primer domingo de julio. Es más,
antes de que fueran los comicios, Adolfo Morales Rojas ya sabía que Óscar
Gurría Penagos arrasaría a sus demás adversarios y por eso pidió firmas de los
vecinos de la colonia Benito Juárez desde el 10 de junio del presente año.
En un manuscrito, los presuntos
vecinos de la Colonia Benito Juárez le dicen a Gurría Penagos: “nos permitimos
proponer al ingeniero Adolfo Morales Rojas para director general del Coapatap
ya que lo conocemos como una persona honesta, responsable y profesional para
dicho cargo…”.
Como podrá darse cuenta, agudo y
respetable lector, la disputa por el Coapatap ha alcanzado niveles patéticos.
Como si nada hubiera cambiado en este país, en este estado y en este municipio,
las prácticas anquilosadas del priato continúan su curso con toda normalidad.
Sabedores de que el Coapatap es
la caja chica del ayuntamiento, donde todo mundo puede llegar a robar
impunemente, basta con ser cuate o compadre o conocido del presidente en turno,
a cual mejor de ambiciosos para promoverse a ese floreciente negocio.
Es una verdadera pena que los
que cursaron licenciaturas, maestrías y hasta doctorados, no tengan ni siquiera
diez centavos de entendederas para comprender, a cabalidad, el fenómeno
protagonizado por más de 30 millones de compatriotas que dijeron, muy fuerte, a
una sola voz: ¡ya no más sinvergüenzas en los gobiernos!
¿Para qué andar recogiendo
firmas, engatusando a la gente, cabildeando con los cofrades del Colegio de
Ingenieros? Lo que le urge al Coapatap es gente trabajadora, capaz, responsable
y, sobre todo, honrada.
¿Para qué tantos brincos si el
suelo está parejo?
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