‣Testimonios de niños migrantes recluidos en centros de
Texas y Virginia sacan a luz las prácticas crueles que viven a mano de los
cuidadores. Los drogan para mantenerlos bajo control, los golpean, los desnudan
y casi los asfixian con bolsas en la cabeza.
Por: Ana Lucía Ola / PRENSA LIBRE
21 de Junio de 2018
Niños migrantes sufren de abusos
en los centros de detención. En el Centro de Tratamiento Shiloh, en Texas, son
inyectados con medicamentos contra su voluntad para mantenerlos bajo control.
(Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
El abuso que los niños migrantes están viviendo en el sistema migratorio de Estados Unidos no termina con la separación de sus padres. Los menores latinos que permanecen en centros de detención por meses y hasta años sufren tortura psicológica y física.
El abuso que los niños migrantes están viviendo en el sistema migratorio de Estados Unidos no termina con la separación de sus padres. Los menores latinos que permanecen en centros de detención por meses y hasta años sufren tortura psicológica y física.
En el centro de atención Shiloh
los menores son inyectados contra su voluntad con medicamentos para
controlar su comportamiento, según una denuncia que enciende de nuevo la alarma
contra la política de “tolerancia cero” de
Donald Trump.
Una investigación publicada
por Reveal y el Texas Tribune descubrió una demanda que fue
presentada ante un Tribunal Federal en abril pasado, la cual denuncia que
personal de Shiloh, un refugio privado para menores migrantes en Texas,
EE. UU., inyectó drogas psiquiátricas a niños que fueron
alejados de sus padres con el único fin de mantenerlos sedados. Según la
acusación, los niños quedaban “mareados, apáticos, obesos e incluso
incapacitados”.
Testimonios
Padres hablaron con los abogados
y señalaron que las drogas les impedían a los niños caminar, y los
hacían dormir durante horas, lo cual consta en declaraciones juradas fechadas
el 23 de abril en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos en California.
“El supervisor me dijo que iba a
recibir una inyección de medicamento para calmarme”, dice una niña en la
demanda. “Dos miembros del personal me agarraron y el médico me dio la
inyección a pesar de mi objeción y me dejaron allí en la cama”.
Una madre relató que su
hijo se cayó repetidamente, se golpeó la cabeza y terminó en una silla de
ruedas, por culpa del medicamento.
Otro niño dijo que lo forzaron a
tomar pastillas tres veces al día, con el engaño de que eran vitaminas
porque estaba bajo de peso. Pero él asegura que ahora se siente diferente.
La política de "tolerancia
cero" de Donald Trump ha separado cerca de 2 mil niños y jóvenes migrantes
de sus padres. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
Mientras que a otro le
suministraron 10 inyecciones y píldoras diferentes, como medicamentos
antipsicóticos, entre ellos Latuda, Geodon y Olanzapina, el componente para el
Parkinson Benztropine, los medicamentos anticonvulsivos,
Clonazepam y Divalproex, el
fármaco para el dolor nervioso, el antidepresivo Duloxetina y el potenciador de
la cognición Guanfacine.
El psiquiatra forense Mark. J.
Mills evaluó la denuncia que pesa contra Shiloh, un documento de 420
páginas con registros médicos de niños y declaraciones presentadas en la
Corte Federal de California.
El experto ejerce en el área
de Washington, DC, y fue testigo experto de una demanda
que en 2008 impidió que el Gobierno Federal administrara drogas
antipsicóticas a la fuerza a indocumentados en espera de la deportación.
Mills dijo a Reveal: “No
tienes que ser un científico experto, parece que están tratando de controlar
la agitación y el comportamiento agresivo con medicamentos antipsicóticos.
La instalación no debe usar estos medicamentos para controlarlos, para eso no
se debe usar antipsicóticos. Eso es lo que solía hacer la antigua Unión
Soviética".
Los efectos secundarios de los
medicamentos hacen que algunos niños se sientan aún más desesperados, lo
que lleva a la prescripción de medicamentos cada vez más potentes, dijo Carlos
Holguín, abogado del Centro para los Derechos
Humanos y la Ley Constitucional con sede en Los Ángeles.
El Centro de Tratamiento de
Shiloh es una de las 71 instituciones que recibe fondos del Gobierno Federal
para atender a niños migrantes considerados como menores no acompañados. Hasta
el momento no ha respondido públicamente sobre la demanda. La Oficina de
Reubicación de Refugiados del Gobierno ha guardado silencio.
Más
denuncias de abusos
Shiloh no es el único centro que
es señalado de abuso contra niños y adolescentes migrantes que son separados de
sus padres.
El centro Juvenil Shenandoah
Valley, en Virginia, es acusado de golpear, colocar bolsas en la cabeza a los
menores, desnudarlos y dejarlos en celdas frías, entre otras acciones
crueles, según publica la prensa internacional.
Las denuncias se detallan en
documentos judiciales federales, en las cuales seis menores en declaración
jurada relatan el trauma de llevar grilletes y estar encerrados en
aislamiento por días, pero también la tortura que pasaron durante meses y hasta
años.
Una joven honduraña relató que
guardias les quitaban la ropa, los amarraban en una silla y les cubrían la
cabeza con una bolsa. Aunque tenía agujeros para que pudieran ver a través de
ella, sentían que no podían respirar.
Psiquiatras y pediatras han
alertado sobre las serias secuelas que pueden dejar las acciones migratorias en
la vida de los niños migrantes. (Foto Prensa Libre: AFP)
También se describen huesos
rotos y facturas causadas por los guardias de seguridad que arremetían
contra los menores latinos con frases insultantes.
Varios de los niños enviados al
centro fueron acusados de ser parte de la pandilla MS-13, un hecho que para el
gobierno de Trump justifica la represión.
La demanda la presentó la ONG
Washington Lawyers’ Committee for Civil Rights and Urban Affairs. Los abogados
de la institución han negado las acusaciones.
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