A
mi Elenita, que acaba de llegar.
Quizá a muchos no interese, pero
hoy nuestro país exporta más de lo que importa y eso incluye cereales,
verduras, carne, frutales, entre otros cientos de productos en donde los
aguacates, las autopartes automovilísticas y aeronáuticas nos han vuelto
famosos en el Planeta. México sigue siendo del interés del capital global, dado
que las inversiones hacia nuestro territorio siguen aumentando día a día, al
grado de estar a punto de tocar los 200 mil millones de dólares. Nuestra nación
ocupa el octavo lugar entre los países más visitados del Mundo y lo que eso
significa en cuanto a derrama económica en divisas. México ya es la Catorce
economía del Planeta: su participación en el grupo de los 20 es de una gran
dignidad y el Senado de la República fue el primero en autorizar la
participación de nuestro país en el Tratado de Asociación Transpacífico -TPP11,
porque lo integran Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Malasia, México, Japón,
Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam, -, once naciones de la Cuenca del
Pacífico cuyo Producto Interno Bruto -PIB- rebasa el 40% del PIB del Planeta.
México es el país que más tratados de libre comercio ha firmado en el Mundo. El
de la Unión Europea empieza ya a dar frutos en la correlación económica entre
los países del viejo continente y nuestra República. Son solo algunos datos,
entre muchos otros optimistas.
¿Usted cree que son buenas
noticias?
Déjeme adelantarme:
¡Por supuesto que son
extraordinarias noticias!
Además de asumir el absoluto
liderazgo en todos los sentidos en las naciones de América Latina, nuestra
nación habrá de ver con un gran optimismo el desarrollo integral de nuestro
país, sus entidades federativas y sus habitantes que lo acompañan, porque vamos
a tener de donde echar mano de recursos que permitirán, como dicen ahora, poner
piso parejo al desarrollo nacional y el beneficio para todos los mexicanos,
sobre todo a los de pequeña edad que habrán de ser quienes afronten el
desarrollo del futuro.
Nuestro país requiere de un
liderazgo interno y externo, evidente, que lleve con dignidad y conocimientos
la imagen de México hacia todos los rincones de la Tierra.
Estamos en periodo electoral y
yo ya me he pronunciado varías veces, aquí mismo.
El Segundo debate desarrollado
en Tijuana corrobora mi pensamiento
reflejado.
Más allá de los pastelazos,
cubetas de confeti arrojados al público y serpentinas que algún candidato
utilizó con evidente prepotencia y sobre actuación, que fue respondido con las
carcajadas del respetable por el ingenio del ofendido en su contestación al
respecto, hubieron excelentes respuestas del candidato de la coalición Todos
Por México, José Antonio a Meade Kuribreña, haciendo gala de su conocimiento de
política exterior y comercio por su gran experiencia acumulada.
La relación con la Casa Blanca y
con su presidente en particular, el trato a los inmigrantes y su defensa y el
trato a los cientos de Dreamers que ya están en México con su revalidación de
estudios funcionando, el combate multi factorial al crimen organizado al atacar
directamente a la importación de armas y a la confiscación de sus dineros a
pregunta expresa de uno de los invitados, la lucha frontal e inminente a la
desigualdad que se da principalmente en la región sur-sureste de México, así
como el trabajo propuesto para desarrollarlo con las naciones centroamericanas
para que el bienestar llegue hasta esa parte del continente y poder armar una
zona fuerte del desarrollo y empleo necesario. A todas las preguntas, Pepe
Meade siempre tuvo una respuesta inmediata, clara y apegada al tiempo
reglamentario.
Me apena decirlo, pero los otros
contendientes tuvieron respuestas que solo buscaban la simpatía de sus
electores, sin profundizar en la solución de sus problemas y sí en el chiste
manido y puesto en práctica muchas veces en el transcurso de las campañas.
Mientras que Anaya no perdía el
tiempo para refritearse los conceptos de Pepe Meade sin ningún pudor o alterar
la portada de una revista para acomodársela a su modo o gritarle a AMLO hasta
el cansancio como viejito regañado por su nieto que no quiere entender, López
Obrador habrá de resolver todos los males de México combatiendo a la corrupción
-nunca dijo cómo- o sembrando maíz para que ya no se preocupen de la amapola
los de Guerrero que hoy son los principales introductores de goma de opio a los
Estados Unidos o poniendo otra vez en práctica aquella Alianza para El Progreso
que iniciara el presidente Kennedy a principio de los sesentas del siglo pasado
para ayudar a los países de América Latina que se truncó por su asesinato, como
si Trump estuviera dispuesto a derramar los dineros en estas épocas ya
demostradas humillantemente en Puerto Rico cuando la destrucción total de la
isla por la fuerza del huracán María, que les aventó papel higiénico a los
damnificados, mismos que ahora sobreviven de milagro sin que Trump mueva un
dedo. El Bronco, eso sí, se sintió Papa, al pedirle a los candidatos que se
abrazaran y nada más.
Pepe Meade fue el triunfador
indiscutible del debate y habrá de reflejarse muy pronto en la opinión pública.
Un periódico de la Capital no
sacó su encuesta de triunfo de Anaya, porque sencillamente no ganó, otro dijo
que fueron Meade y Anaya los ganadores para proteger a AMLO, no obstante que la
propuesta de el joven maravilla se basó en insultos, denotaciones y mentiras y algunos comentaristas de la
televisión de estrellas se resistieron a decir con todas sus letras que el que
ganó fue Meade ¡porque por qué!
Pepe Meade avanza con paso firme
hacia el triunfo del domingo primero de julio. Hoy dio un paso muy importante
en donde definió su relación con el país más poderoso de la tierra.
Los seguidores de los otros
adversarios se resisten a aceptar su derrota indiscutible, no hubieron ideas,
todas agotadas, secos de la masa encefálica, pero uno de los candidatos tiene
una investigación seria en España y la Gran Bretaña por lavado de dinero que
puede jugarle una mala pasada y otro que no hace declaraciones de impuestos
desde hace muchos años, regentea un partido que recibe tres mil millones de
pesos con dinero de quienes pagamos impuestos y hace venir a los especialistas
del mundo, desde el extranjero, a inyectarlo para que pueda caminar y el
corazón no falle en lugar de usar la medicina pública nacional.
Pepe Meade será el próximo
Presidente de México.
Es el Presidente que nuestro
país necesita:
Inteligente y honrado, a carta
cabal.
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