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lunes, 1 de enero de 2018

ASÍ SUFREN LAS MASCOTAS CUANDO EXPLOTAN PETARDOS Y FUEGOS ARTIFICIALES CERCA DE ELLOS

Actualizado 27 Diciembre 2017JAVI SÁNCHEZ@quimicefa / MAGNET
Detonar petardos en la vía pública, aparte de estar prohibido por casi todas las ordenanzas municipales, tiene efectos perniciosos sobre los perros. Ansiedad, miedo descontrolado, taquicardia o, en algunos casos, la muerte. Estas navidades nos hemos topado con historias como la de Pancho, un perro muerto por un infarto. Entre otros casos de perros atropellados o defenestrados al intentar huir del pánico que les producen los petardos.
La fobia de las mascotas a los fuegos artificiales y las tormentas está bien documentada por los usuarios. Y por varios estudios que muestran que casi la mitad de los animales sufren alguno de los efectos de una gamberrada que entre los humanos es molesta. Pero que entre las mascotas puede ser letal o conducir a algo parecido al "estrés postraumático".
El doctor Gregory Berns, neurobiólogo especializado en el comportamiento canino, describía así el comportamiento de los perros ante la explosión de petardos o fuegos artificiales. Berns señala que los perros no tienen "la capacidad de racionalizar su ansiedad, y puede que sufran una forma más cruda e intensa de terror". Y eso los que tienen suerte de estar en las casas: la detonación de petardos cerca de un perro puede dañar su oído de forma irreversible.
¿A cuántos perros afecta? ¿Tan graves son los petardos?
No se conocen muy bien las razones de por qué algunos perros sí y otros no sufren con los petardos. Se barajan patrones adquiridos (los perros de caza, por ejemplo, se acostumbran a los ruidos fuertes por las detonaciones de las escopetas. Pero también puede estar relacionado con esa pérdida de oído que comentábamos). Un estudio de la Universidad de Bristol señalaba que aproximadamente la mitad de los perros urbanos sufren alguno de los síntomas relacionados con las explosiones de petardos.
Y sí, petardos en concreto. Un estudio más amplio de la Universidad de Oslo señalaba que los petardos y los fuegos artificiales son los principales causantes del terror, por delante de otros ruidos fuertes, los truenos de las tormentas y el ruido del tráfico. La ASPCA, la principal y más longeva asociación por los derechos de los animales de Estados Unidos, advierte de que los petardos y las tormentas provocan cerca del 20% de los casos de animales extraviados.
Varias asociaciones y el PACMA (que recibió un millón de votos al Senado y es la primera fuerza extraparlamentaria tras las últimas elecciones) han vuelto a insistir sobre un problema que ni siquiera debería suceder y que provoca multitud de quejas en las redes sociales, así como avisos de perros extraviados por el pánico. Este año, agrupados bajo el hashtag #noseaspetardo y el grupo de Facebook equivalente.
Salvo eventos culturales autorizados, como los fuegos artificiales de las ferias y fiestas locales, las fallas y demás celebraciones, el uso de petardos en la vía pública está prohibido en todas las ordenanzas municipales que hemos revisado. Pero la moda navideña de tirar petardos sigue ajena a la molestia humana y el sufrimiento animal: sólo en la Nochevieja madrileña, el 15% de todos los avisos que recibió la Policía Municipal se debieron a petardos. Casi 150 denuncias.
¿Qué puedo hacer si mi perro tiene miedo?
Aunque todavía no hay datos concluyentes, uno de los consejos más repetidos es mostrar calma y reconfortar al animal. Si el dueño se muestra estresado o nervioso por el comportamiento del perro, mal asunto. Peor aún si el perro está solo cuando suenan los petardos, porque el miedo a los mismos suele estar ligado a otros trastornos de ansiedad y dependencia.
Reducir o camuflar el ruido (bajando las persianas o subiendo la tele o la música) son algunos de los trucos recomendados por los expertos. Así como buscar las zonas más tranquilas del hogar. También hay discusión sobre si el uso de una ropa o vendajes compresores surten efecto a la hora de reducir la ansiedad. La evidencia parece indicar que sí, pero no en todos los casos.
Fuera de nuestras fronteras, hay ayuntamientos que llegan más lejos con la solidaridad con las mascotas. La ciudad de Collechio ha sido de las primeras en programar "fuegos artificiales silenciosos", con el mensaje consistorial de que es posible disfrutar de la pirotecnia sin tener que provocar el pánico entre las mascotas de los demás.

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