Detonar petardos en la vía
pública, aparte de estar prohibido por casi todas las ordenanzas municipales,
tiene efectos perniciosos sobre los perros. Ansiedad, miedo descontrolado,
taquicardia o, en algunos casos, la muerte. Estas navidades nos hemos topado
con historias como la de Pancho, un
perro muerto por un infarto. Entre otros casos de
perros atropellados o defenestrados al intentar huir del pánico que
les producen los petardos.
La fobia de las mascotas a los
fuegos artificiales y las tormentas está bien documentada por los usuarios. Y
por varios estudios que muestran que casi la mitad de los animales sufren
alguno de los efectos de una gamberrada que entre los humanos es molesta. Pero
que entre las mascotas puede ser letal o conducir a algo parecido al
"estrés postraumático".
El doctor Gregory Berns, neurobiólogo especializado en el comportamiento canino, describía así el comportamiento de los perros ante la explosión de petardos o fuegos artificiales. Berns señala que los perros no tienen "la capacidad de racionalizar su ansiedad, y puede que sufran una forma más cruda e intensa de terror". Y eso los que tienen suerte de estar en las casas: la detonación de petardos cerca de un perro puede dañar su oído de forma irreversible.
El doctor Gregory Berns, neurobiólogo especializado en el comportamiento canino, describía así el comportamiento de los perros ante la explosión de petardos o fuegos artificiales. Berns señala que los perros no tienen "la capacidad de racionalizar su ansiedad, y puede que sufran una forma más cruda e intensa de terror". Y eso los que tienen suerte de estar en las casas: la detonación de petardos cerca de un perro puede dañar su oído de forma irreversible.
No se conocen muy bien las
razones de por qué algunos perros sí y otros no sufren con los petardos. Se barajan
patrones adquiridos (los perros de caza, por ejemplo, se acostumbran a los
ruidos fuertes por las detonaciones de las escopetas. Pero también puede estar
relacionado con esa pérdida de oído que comentábamos). Un
estudio de la Universidad de Bristol señalaba que aproximadamente la
mitad de los perros urbanos sufren alguno de los síntomas relacionados con las
explosiones de petardos.
Y sí, petardos en concreto.
Un estudio
más amplio de la Universidad de Oslo señalaba que los petardos y los
fuegos artificiales son los principales causantes del terror, por delante
de otros ruidos fuertes, los truenos de las tormentas y el ruido del tráfico.
La ASPCA, la principal y más longeva asociación por los derechos de los
animales de Estados Unidos, advierte de que los petardos y las tormentas
provocan cerca del
20% de los casos de animales extraviados.
Varias asociaciones y el PACMA
(que recibió un millón de votos al Senado y es la primera fuerza extraparlamentaria
tras las últimas elecciones) han vuelto a insistir sobre un problema que ni
siquiera debería suceder y que provoca multitud de quejas en las redes
sociales, así
como avisos de perros extraviados por el pánico. Este año, agrupados bajo
el hashtag #noseaspetardo y el grupo de Facebook equivalente.
Salvo eventos culturales
autorizados, como los fuegos artificiales de las ferias y fiestas locales, las
fallas y demás celebraciones, el uso de petardos en la vía pública está
prohibido en todas las ordenanzas municipales que hemos revisado. Pero la
moda navideña de tirar petardos sigue ajena a la molestia humana y el
sufrimiento animal: sólo en la Nochevieja madrileña, el 15% de todos los avisos
que recibió la Policía Municipal se
debieron a petardos. Casi 150 denuncias.
¿Qué puedo hacer si mi perro
tiene miedo?
Aunque todavía no hay datos
concluyentes, uno de los consejos más repetidos es mostrar calma y reconfortar
al animal. Si el dueño se muestra estresado o nervioso por el comportamiento
del perro, mal asunto. Peor aún si el perro está solo cuando suenan los petardos,
porque el miedo a los mismos suele estar ligado a otros trastornos de
ansiedad y dependencia.
Reducir o camuflar el ruido (bajando
las persianas o subiendo la tele o la música) son algunos de los trucos
recomendados por los expertos. Así como buscar las zonas más tranquilas del
hogar. También hay discusión sobre si el uso de una ropa o vendajes compresores
surten efecto a la hora de reducir la ansiedad. La
evidencia parece indicar que sí, pero no en todos los casos.
Fuera de nuestras fronteras, hay
ayuntamientos que llegan más lejos con la solidaridad con las mascotas. La
ciudad de Collechio ha sido de las primeras en programar "fuegos
artificiales silenciosos", con el mensaje consistorial de que es posible
disfrutar de la pirotecnia sin tener que provocar el pánico entre las mascotas
de los demás.
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