* EL SILENCIO VERGONZANTE.
Chiapas es uno de los estados de la república
que enfrenta un grave problema estructural que lo mantiene sumido en el mayor
atraso social y con los menores índices de productividad.
El país entero subsidia la vida de la
sociedad chiapaneca.
Y mientras nos quejamos que “somos un estado
rico con una sociedad pobre”, mostramos la cortedad de nuestro análisis, del
escaso conocimiento de nuestra propia realidad.
Sin embargo, pareciera que la mayor
interesada en que no exista claridad sobre la situación que se vive en el
estado es la clase política local.
Nuestros políticos no discuten la naturaleza
de los problemas que enfrentamos, ni entre ellos, ni con la sociedad. No existe
el propósito de hacer reflexiones sobre nuestra compleja realidad y con base en
ella proponer soluciones.
El silencio es la mayor muestra de
incapacidad o, lo que es peor, de complicidad con el poder.
Los partidos políticos, instituciones que de
manera natural deben provocar el debate, permanecen en silencio por estar
coptados. Las dirigencias estatales no tiene permiso de opinar sobre los temas
fundamentales por temor a perder las canonjías que les proporciona palacio de
gobierno.
¿Qué aportan los partidos al análisis de la
realidad de Chiapas? Nada, no tienen opinión de los graves problemas de la
entidad. Son escasos los militantes, en su mayoría de izquierda y pocos de
derecha, que se atreven a abordar los temas trascendentales.
De los representantes, únicamente Zoé Robledo
aborda tópicos con seriedad e inteligencia y el joven diputado federal,
Guillermo Santiago, que actúa con una congruencia que ya se ve extraña en
Morena.
El colmo: ¿Cuál es el análisis de la realidad
que aporta Rutilio Escandón? Se la pasa diciendo que tenemos al mejor
gobernador y la mejor justicia del país. Ambas afirmaciones son falsas, de
principio a fin. Si sobre esa base aspira a gobernar Chiapas ya podemos
imaginarnos la demagogia y la falsedad de su gobierno.
A falta de oposición partidaria, el lugar fue
ocupado por algunos periodistas y proyectos editoriales. El periódico
Contrapoder y portal Chiapas Paralelo, aportan a la discusión estatal lo que
los partidos callan. Algunos periodistas se han constituido, sin desearlo, en
la mayor amenaza política a la clase que gobierna. También algunos ciudadanos
valientes.
El silencio de nuestros políticos es
verdaderamente vergozante. No tuvieron opinión sobre los despidos de miles de
burócratas, no tienen opinión sobre la violación a la Constitución Federal por
la eliminación del financiamiento de campaña, no tienen opinión sobre el más
reciente enduedamiento.
En estas condiciones de control llegamos a un
proceso electoral que puede terminar en una farsa absoluta.
Pablo Salazar era un verdadero candidato
opositor en el 2000; José Antonio Aguilar Bodegas también lo fue en el 2006;
María Elena Orantes lo pretendió en 2012 ¿Ahora quién representa la oposición a
los intereses de Manuel Velasco y los verdes?
* * * * *
Sostengo al principio de este artículo
que la entidad vive un grave problema que lo mantiene en el atraso. La estructura
político-administrativa que nos gobierna ha recibido por varios sexenio más
presupuesto que el del Plan Marshall con el que se reconstruyó a los países
europeos luego de la segunda guerra mundial. Esta estructura ha aplicado,
consumido, dilapidado, robado, desviado, esas cantidades millonarias y no ha
cambiado un ápice de la realidad de Chiapas. El recurso ha sido tirado a un
barril sin fondo. Seguimos igual o peor que antes. Y sí, esta misma estructura
político-administrativa va a administrar los fondos para atender el desastre
provocado por el sismo.
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