Enrique Alfaro
* Los bloques electorales y sus candidaturas
presidenciales.
De cara a las
elecciones presidenciales de 2018 se advierte la conformación de tres bloques
electorales: El de izquierda, que integran Morena y el Partido del Trabajo; el
oficialista, de los partidos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista; y
el “frente amplio”—indefinido ideológicamente— que impulsan los partidos Acción
Nacional y de la Revolución Democrática.
De los tres
bloques, el de izquierda tiene más que resuelta su candidatura presidencial que
no puede ser otra que la de Andrés Manuel López Obrador quién, a la fecha,
sigue punteando en las encuestas.
El bloque
oficialista, que podría sumar a otros partidos como Nueva Alianza y Encuentro
Social, depende de la decisión unipersonal del presidente Enrique Peña Nieto
para definir quién será su aspirante a la primera magistratura. Sin embargo, la
voluntad presidencial podría enfrentar una rebelión en el propio PRI donde
algunos grupos y liderazgos están llamando a obligar a una consulta a la
militancia para definir su principal candidatura. En contra de Peña pesa que su
descrédito ha arrastrado a su propio partido a un tercer lugar en las
preferencias electorales.
Pero es posible
que el tercer bloque enfrente las mayores dificultades para definir quién los
abanderará, si es que llega a constituirse. En el PRD está garantizado el
conflicto interno y el rompimiento de algunas corrientes que se decantarán por
la candidatura Lópezobradorista. La falta de institucionalidad interna de las
tribus y la inconformidad por la alianza con la derecha “que les hizo fraude”,
podría ocasionar una verdadera pesadilla a sus actuales dirigentes.
Por su parte,
desde hace meses el PAN enfrenta serios problemas para procesar su candidatura
presidencial por el interés de su propio dirigente por encabezarla, es decir
ser juez y parte. Ni Margarita Zavala, ni Rafael Moreno Valle están dispuestos
cederle el paso a Ricardo Anaya y esto podría generar un rompimiento al
interior del partido albiazul.
Incluso una
candidatura ciudadana representaría una afrenta para muchos panistas. El
senador chiapaneco Roberto Gil Zuarth ya ha manifestado que corresponde a PAN
por el ser el partido que encabeza las preferencias por encima del PRD.
Además, es
importante destacar que este tercer bloque sufrirá de una indefinición
ideológica que es obligada en una elección presidencial donde se vota por un
proyecto de nación. Por ejemplo, la alianza PAN-PRD no podría definirse a favor
o en contra de las llamadas reformas estructurales, como tampoco podría definir
si estaría en contra del aborto y de los matrimonios igualitarios. La lista de
importantes temas que no podría precisar sería amplia y sus acuerdos serían muy
generales. Se corre el riesgo que la coalición, ideológicamente desdibujada,
obligue a los militantes panistas y perredistas a votar por otras opciones lo
que podría favorecer al PRI y a Morena.
En el caso de la
elección de Chiapas, ésta necesariamente se vería influida por la conformación
de estos tres probables bloques. Pero este tema lo abordaré en la siguiente
colaboración.
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