César
Trujillo (Agencia 55)
Si veo a la
prensa… sí corro, sí empujo
Justo al terminar la sesión de ayer, en el Congreso
del Estado, la nota la dio nuevamente la diputada por el distrito XI de Pueblo
Nuevo Solistahuacán, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), María de
Jesús Olvera Mejía, cuando algunos periodistas (buscando entrevistarla) fueron
detenidos a empellones y a gritos por parte de un grupo de choque que la
custodió desde que dejó la curul hasta su oficina, formando una especie de
cerco entre ella y los comunicadores.
Los testaferros de la legisladora hicieron uso de
la fuerza física y cuando se percataron que eran grabados por varias personas
intentaron suavizar la situación exigiendo profesionalismo, cosa fuera de toda
lógica al ser ellos quienes arremetieron de forma agresiva en contra de la
prensa.
Ahora bien, las preguntas acá son las siguientes:
¿permitirá el diputado presidente de la Mesa directiva del Congreso del Estado,
Eduardo Ramírez Aguilar, que los grupos de choque que operan para la
legisladora lleguen a causar desmanes al recinto Legislativo? ¿Qué intereses
particulares tiene metidos la legisladora Olvera Mejía que parece ser intocable
para los legisladores y le permiten el paso con grupos de “custodios”? ¿de
dónde proviene el pedigrí que pondera la diputada que, pese a estar fuera del
marco de la ley, al contar con dos actas de nacimiento, parece seguir siendo
beneficiada en el sector de transportes y bajo el cobijo del propio gobernador
Manuel Velasco Coello?
A estas alturas, con las permisibilidad del
Legislativo y el aval del Ejecutivo, Olvera Mejía terminará ungida y canonizada
como matriarca de la violencia en Chiapas sin que ninguna autoridad, de los
tres órdenes de gobierno, tome cartas en el asunto. No bastan los
posicionamientos de diferentes grupos que han hecho manifiesto los actos vandálicos
operados intelectualmente por la legisladora, ni que señalen que son 12 las
averiguaciones previas con las que cuenta en su camino, menos aún que haya
llegado de forma sucia al puesto de diputada local que ostenta (por aquello de
la duplicidad de documentos oficiales como las actas de nacimiento). No, pues
parece que la justicia termina siendo ciega y aletargada cuando se trata de que
ésta toque a políticos que ponderan no sólo dinero, sino brazos ejecutores
fuera de la ley: el ejemplo está a la vista de todos.
Olvera Mejía fue la única de todos los diputados
que salió corriendo y para ello estuvo respaldada por un grupo de hombres y una
joven que impidieron que nadie se le acercara. La orden parece haber sido esa y
fue cumplida con total cabalidad: estorbar para que cualquier periodista, al
menos de los que la hemos criticado en los medios de comunicación, no se le
acercara y le arruinara el rostro frío con que abandonó su curul. Quizá la
diputada creyó que los cuestionamientos seguirían rondando sobre los avances de
la demanda de supuesto daño moral que tiene interpuesta en contra del
periodista Silvano Bautista, y eso ya la tiene mal y de malas. Y no, no se
equivoca, pero también se le quería preguntar, por ejemplo, ¿cómo sale
beneficiada ella con la reforma al párrafo tercero del artículo 50 Quater de la
Ley de Transportes del estado de Chiapas, que ya fue aprobado siendo presidenta
en el Legislativo de la Comisión de Transportes? ¿Tendrá ella, entonces, la
varita mágica de dar y quitar concesiones a su antojo y usará dicho poder para
sacar raja política de eso? ¿Van a pagar sus opositores el haberse atrevido a
señalarla como un foco rojo de violencia en el caso de la presa Chicoasén II? ¿Es
esa reforma un mensaje incisivo del gobernador para mostrar a la prensa hacia
dónde está tildada la balanza en este asunto que la diputada se ha tomado
demasiado personal?
En fin, parece que la señora Olvera cree (o parece creer) que es la prensa la que necesita de sus declaraciones y no viceversa. Si hoy esta columna se trató de ella es para dejar en claro que parece que ve a la prensa con muy malo ojos y eso nos deja indefensos ante su furia y su rabia incontenida. Si hoy, estando dentro del Palacio Legislativo, la agresión a los periodistas llegó frente a todos, imagine hasta dónde puede llegar uno de los tentáculos del poder si aplica la misma estrategia en la calle o con las familias. Lo más lamentable de esto es que todavía haya compañeros de la prensa que se presten a seguirle el juego y dejen que su discurso de hacerse la víctima siga apareciendo a botepronto. Ya veremos.
En fin, parece que la señora Olvera cree (o parece creer) que es la prensa la que necesita de sus declaraciones y no viceversa. Si hoy esta columna se trató de ella es para dejar en claro que parece que ve a la prensa con muy malo ojos y eso nos deja indefensos ante su furia y su rabia incontenida. Si hoy, estando dentro del Palacio Legislativo, la agresión a los periodistas llegó frente a todos, imagine hasta dónde puede llegar uno de los tentáculos del poder si aplica la misma estrategia en la calle o con las familias. Lo más lamentable de esto es que todavía haya compañeros de la prensa que se presten a seguirle el juego y dejen que su discurso de hacerse la víctima siga apareciendo a botepronto. Ya veremos.
Manjar
En el Congreso del Estado hay de todo tipo de
personalidades entre los diputados. Sin embargo, a varios de ellos les urge un
curso de dicción (por favor, tomen en cuenta esto). Sabemos que no escriben lo
que leen (no todos, aclaro), pero lo grave de este asunto es que no puedan dar
lectura al panfleto desde la tribuna sin escucharlos enredarse muchas veces. Es
vergonzoso que siendo representantes populares se les escuche arrastrar la
lengua y leer a tropezones (muchos de mis exalumnos de primaria lo hacen mucho
mejor). Que al menos en eso desquiten el sueldo; ¿es mucho pedir?
#PerdónalosJesús // La recomendación de hoy es “La peste” de Albert Camus y el
disco “With Teeth” de Nine Inch Nails. // Recuerde: no compre mascotas, mejor
adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.
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