14 noviembre, 2016 / AQUI NOTICIAS
El problema con el gobierno de
Chiapas es que no se le cree nada. No se le creen las buenas y las malas, se
sospecha, son peores. No hay inteligencia ni estrategia para comunicar. No hay
posturas oficiales en temas trascendentes, pero sí en frivolidades. Perdieron
el rumbo y el tiempo de los chiapanecos, pero no los recursos públicos que han
cambiado la vida de decenas, locales y foráneos, que antes no tenían dónde
caerse muertos.
Las dependencias son nidos de
delincuentes que siempre encuentran la forma de hacer negocio con los bienes y
servicios públicos. Bienes y servicios de mala calidad que no resuelven nada
ante el sangrado constante de los funcionarios de todos los niveles. Hasta los
conserjes quieren hacer negocio y lo hacen. Es el reinado de la burocracia y la
rapiña. Lo peor es que siempre guardan cambio para pagarle a comunicadores y
medios para aplaudirles. Les interesa su círculo y permanecer en él. Allá
afuera, en las calles y en las periferias, que pase lo que tenga que pasar, no
es su problema.
Son estos mismos, los que desvían
todo y corrompen, los que ahora salen a sufrir públicamente el recorte
presupuestal de 5 mil millones de pesos para 2017. Lo sufren, no por lo que
dejarán de dar a la población, sino porque afecta su calidad de vida y la
calidad de sus negocios. Porque el recorte pone en riesgo su permanencia en el
poder y su estrategia electoral. Presupuestos van y vienen y los chiapanecos de
a pie siguen igual o peor.
Son farsantes y embusteros y por
alguna extraña razón creen que los necesitamos. Que estamos contentos
manteniéndolos y viendo cómo se enriquecen junto a sus amigos y familiares. Han
hecho de todo, a costa de todo, y como ya nadie los quiere ver, como saben que
el mismo atole, con el mismo dedo, no va a funcionar más, ahora salen con que
el Partido Verde es el culpable de todo lo malo que le pasa a Chiapas y que
como chiapanecos bien nacidos rompieron y ahora aborrecen a ese instituto
político que es vergüenza nacional y verdugo de la economía y la gobernabilidad
chiapaneca.
Se olvidan que mientras el tucán
hacía toda esta maldad que dicen, ellos lo integraban y lo dirigían, le sacaban
usufructo y pagaban el tributo convenido con la dirigencia nacional. Ahora los
aplaudidores dicen que qué bueno que Manuel Velasco mandó al carajo al PVEM.
Pobres ignorantes o cómplices. Los verdes locales tenían planeado desde hace
mucho renunciar al partido, un partido desprestigiado y aborrecido, tramposo y
cínico, que de por sí no les iba a ayudar a ganar nada en 2018.
Con su aparente mandada al carajo,
lo que quieren hacer “los indignados” locales es despojarse del lastre que
significa el Verde, evitar apoyar a Luis Armando Melgar como el candidato
impuesto del centro, y colocar a todos los demás hijitos, hermanos, amigos y
cómplices del gobernador en candidaturas en los demás partidos que desde hace
tiempo tienen cooptados. Los deseosos y esperando son el PRD, el PAN, el PRI,
Movimiento Ciudadano, además de sus hechuras Mover a Chiapas, Chiapas Unido y
los que se puedan formar. Sin olvidar la única candidatura de oposición que
pudiera representar verdadera competencia: Morena (el capítulo Velasco-Obrador
lo abordaremos pronto).
Contacto:
9611395592
@Roraquiar
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@Roraquiar
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