Por Redacción / Sin Embargo octubre
18, 2016 - 12:01 pm
El Gobierno de México se
encuentra en un escándalo internacional debido a la destitución
de Andrés Roemer ante la Unesco. México había votado a favor de
eliminar el vínculo de los judíos con el Muro de los Lamentos, en una sesión en
la que Roemer –entonces embajador ante el organismo– se ausentó. La SRE
dijo que el ex productor de televisión hizo públicos documentos y
correspondencia oficiales sujetos al sigilo que le obliga la Ley del Servicio
Exterior Mexicano. La polémica deteriora de nueva cuenta la imagen del
país en el mundo, cuestionada desde la vista de Trump. Académicos coinciden en
que la SRE se volvió una agencia de empleos del PRI para pagar favores.
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Ciudad de México, 18 de octubre
(SinEmbargo).– La Unesco adoptó hoy finalmente la resolución sobre la
preservación del patrimonio cultural y religioso en Jerusalén Oriental que
indigna a Israel porque “ignora el vínculo entre el judaísmo y la
Explanada de las Mezquitas (Monte del Templo para los judíos y Mezquita de Al
Aqsa para los musulmanes)”.
El consejo ejecutivo de la Unesco
refrendó lo votado el pasado jueves en la comisión, pese a que México pidió
anoche cambiar su voto a una abstención, algo que finalmente no fue aceptado
por el organismo de la ONU con sede en París.
La decisión del Gobierno federal
para cambiar su voto se debió a que Andrés Roemer Slomianski, ex titular
de la Representación Permanente de México ante la Unesco, informó a
representantes de otros gobiernos del sentido de su voto y por hacer públicos
documentos y correspondencia oficiales sujetos al sigilo que le obliga la Ley
del Servicio Exterior Mexicano.
Esta situación ha colocado a
México en un escándalo internacional. Agencias de noticias y medios internacionales
han dado una amplia cobertura el tema.
De acuerdo con Televisa, las
autoridades realizan una investigación sobre los correos electrónicos de
Roemer.
Roemer Slomianski, miembro de la
comunidad judía mexicana, fue despedido el martes en la noche. El embajador,
señalado desde hace tiempo como un inexperto para representar a México, se
oponía al voto de castigo contra Israel.
Su oposición, sin embargo, no
triunfó. Roemer tuvo que votar a favor de la resolución que condena a Israel en
una variedad de temas relacionados con Jerusalén y sus lugares sagrados.
La comunidad judía en México
presionó al Gobierno federal para que corrigiera su voto y no condenara a
Israel.
Pero Roemer ya había hecho el
daño: hizo públicos documentos y mostró por adelantado la posición mexicana,
que era contra Israel. Fue destituido.
Roemer es parte de una serie de
políticos del PRI y del Partido Verde que entraron al Gobierno federal en los últimos
años, a pesar de la protesta de los embajadores de carrera.
Fidel Herrera, por ejemplo, es
cónsul en Barcelona a pesar de que no tiene conocimiento de Política Exterior y
de que su nombre ha aparecido en juicios contra narcotraficantes.
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Ayer, en un comunicado, la
Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó que la comisión de Roemer
Slomianski concluyó por no haber informado diligentemente y con acuciosidad del
contexto en el que ocurrió el proceso de votación sobre la preservación del
patrimonio cultural y religioso en Jerusalén Oriental.
Fuentes de la dependencia
informaron que Roemer emitió su voto sin consultar con la subsecretaría para
Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos y sin advertir que países como
Francia, España y Argentina, cambiarían su posición tradicional y se
abstendrían en ese proceso celebrado el pasado jueves.
Israel, Estados Unidos y otros
países votaron en contra de la preservación del patrimonio cultural y religioso
de Jerusalén del Oriente al considerar que desconoce el vínculo del judaísmo
con el Monte del Templo, y sólo lo reconoce como lugar de culto musulmán.
Aunque el ahora ex representante
votó a favor de la resolución, se manifestó públicamente en contra para luego
salir del recinto donde sesionó el Consejo Ejecutivo de la Unesco al
momento de su adopción.
De esta manera, Roemer Slomianski
habría incurrido en la violación a las obligaciones establecidas por los
artículos 41, 42 y 43 de la Ley del Servicio Exterior Mexicano, según una
investigación del Órgano Interno de Control, que continúa con la indagatoria
“para esclarecer y deslindar las responsabilidades de los funcionarios que
intervinieron en este tema, específicamente en lo que toca a las instrucciones
que se giraron desde México a su Representación ante la UNESCO sobre el sentido
del voto”.
La SRE informó que mañana, en el
pleno del Consejo Ejecutivo de la Unesco, el Gobierno de México anunciará su
abstención en la decisión relativa a la preservación del patrimonio cultural y
religioso en Jerusalén Oriental. “El cambio del voto reitera el reconocimiento
que el Gobierno mexicano otorga al vínculo innegable del pueblo judío con el
patrimonio cultural ubicado en Jerusalén Oriental”.
ROEMER, EL BECARIO DEL PRI
El reciente escándalo en torno a
la visita de Donald Trump, candidato republicano a la Presidencia de Estados
Unidos, a Los Pinos, donde el magnate neoyorquino humilló al Presidente Enrique
Peña Nieto y a los mexicanos, evidenció que la Secretaría de Relaciones
Exteriores, comenzando por su titular. De acuerdo con académicos y
legisladores, la SRE se volvió una agencia de empleos del Partido
Revolucionario Institucional (PRI) para pagar favores y, lo peor, ese club de
becarios priistas que ocupan embajadas y consulados en el extranjero [en este
caso 13 de ellos] le cuesta a los mexicanos un aproximado de 2 millones 415 mil
390.68 pesos al mes, o 80 mil 513 pesos diarios.
El caso más reciente es el del ex
productor de televisión Andrés Roemer Slomiansky, nombrado por Peña Nieto
Cónsul en San Francisco y, hasta ayer Embajador ante la Unesco.
No es la primera vez que el
nombre de Roemer Slomiansky aparece en el centro de la polémica. En julio
pasado se dio a conocer que él invitó a Donald Trump, aspirante a la
candidatura presidencial de Estados Unidos por el Partido Republicano, a
asistir a un evento que paga el Gobierno federal mexicano: “Festival Mex I Am”.
Roemer quiere que Trump conozca
“nuestra cultura, artes e ideas mexicanas”, informó en su momento la agencia Associated
Press y el portal local SFist. Quiere mostrarle “una parte de México
que algunos como Trump no siempre pueden ver”.
El magnate finalmente visitó
México en agosto, se reunió con el Presidente Enrique Peña en un encuentro que
fue severamente criticado por la prensa nacional e internacional debido a la
política de Trump y su postura hacia los mexicanos.
Roemer Slomianski fue empleado de TV
Azteca durante muchos años. Fue productor, guionista y conductor de varios
programas, entre ellos uno que se llama “La Ciudad de las Ideas”, como su
festival.
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