Vinicio
Portela Hernández
Inmolación,
crucifixión, costura de labios, desangramiento, toma de edificios públicos,
ayunos, entre otros, han sido las medidas que miembros de la organización
campesina “Ricardo Flores Magón” a utilizado para obligar a las autoridades de
realizar sus pretensiones, primeramente para liberar a su líder Florentino
Gómez Girón y ahora para que no se les finque responsabilidades penales por
desplazamiento forzado de 13 familias indígenas en la comunidad de Chigtón.
En una
investigación realizada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos arrojó
pruebas de diversos actos ilícitos por parte de Gómez Girón y que llegaron al
grado de que este organismo emitiera una recomendación al Gobierno del Estado
para salvaguardar la integridad de los desplazados.
A continuación
reproduzco parte de esta historia de represión y acoso de un grupo que utiliza
la bandera de la lucha campesina para ocultar una realidad de criminalidad a
los que son sometidos los miembros de la organización “Ricardo Flores Magón”:
La
Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), investigó entre 2012 y
2013 el caso de 13 familias tsotsiles que fueron desplazadas del Ejido
Chigtón, Chiapas, por indicaciones del líder Florentino Gómez Girón, que era
reconocido en la región por su carácter violento. Ya en años anteriores había
promovido y participado en la quema de la presidencia municipal de Ixtapa.
Con la
revisión técnico-jurídica de las documentales, la CNDH concluyó que los
desplazados habían sido víctimas de violación a sus derechos humanos y por tal
razón emitió la recomendación al gobierno de Chiapas 84/2013, disponible en el
portal del organismo nacional.
Los
desplazados de Chigtón eran obligados por Florentino Gómez Girón, líder de la
organización Ricardo Flores Magón, a realizar ilícitos y participar en
“supuestas luchas” por la dignidad del pueblo, tapando carreteras y agrediendo
a instituciones.
Cuando un
grupo se opuso, Gómez Girón obligó a los integrantes del comisariado ejidal a
que les suspendieran servicios de agua potable, la clínica de salud, los apoyos
federales, estatales y les impuso multas de miles de pesos, y cuando los hoy
desplazados no pudieron pagarlas, fueron golpeados, les despojaron de sus
casas, parcelas y ganado, y los expulsaron bajo el sonido de balas.
Con este
proceso comenzó para estos campesinos una historia de amenazas de muerte que
aún no termina. La expulsión de sus tierras generó no solo desintegración
familiar, sino que rompió con todo su proyecto de vida y los orilló a
dispersarse o vivir en albergues, en condiciones precarias e insalubres, lo que
ha generado que padezcan enfermedades gastrointestinales e infecciones en la
piel.
La
Comisión Nacional de los Derechos Humanos consideró urgente que las autoridades
federales y estatales en Chiapas, impulsaran mecanismos de atención y
protección de las familias indígenas tsotsiles desplazadas y en razón de ello,
el Gobierno del Estado ejecutó acción penal en contra de Florentino Gómez
Girón.
Sin
embargo, al estar en riesgo la vida de miembros de su organización y por
solicitud de organismos protectores de Derechos Humanos, puesto que en los
primeros días de diciembre de 2014, a uno de ellos le prendieron fuego sus
propios compañeros, se intentó conciliar a los grupos antagónicos y se
suspendió la ejecución de la acción penal en contra de Florentino Gómez Girón,
quien hizo compromiso de alejarse de la vida ilícita y dejar en paz a las
familias desplazadas.
Más fiel
a su condición, siguió amenazando y su sobrino Agustín Gómez, al que le
prendieran fuego sus propios compañeros y quien es atendido en el Centro
Nacional de Rehabilitación con una cuenta millonaria, ahora amenaza con
mutilarse los dedos si no cancelan las ordenes de aprensión que existen en
contra del grupo Ricardo Flores Magón por petición de la Comisión Nacional de
los Derechos Humanos. Fin de la cita.
Hasta en este
momento las manifestaciones de esta organización se vuelven más violentos y
atacan directamente a sus propios miembros. La pregunta de este caso sería:
¿qué espera la autoridad para ejercitar las medidas jurídicas para acabar con
estas acciones que pretenden solo generar impunidad?, esperamos como sociedad
una respuesta contundente y firme, con la fuerza que la misma Ley otorga.
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