∙ Posible aprovechar nichos de mercado en países de
Centroamérica y el Caribe para lácteos: Gurría Treviño
∙ Igualdad en condiciones de producción e
industrialización de lácteos, pide al Gobierno Vicente Gómez Cobo, dirigente de
este sector
(Boletín).- El sector productivo lechero de México enfrenta situaciones complejas
pero con grandes oportunidades para aprovechar con claridad los mercados
de Centroamérica y el Caribe, además de ser momento de revisar los mecanismos
para poder abrir espacios en el mercado de Norteamérica, señaló el
coordinador de Ganadería de la Sagarpa, Francisco Gurría Treviño.
En el marco de la Asamblea General Ordinaria de la Federación
Mexicana de Lechería, destacó que de 1994 –año en que se firmó el TLCAN-
a la fecha, prácticamente se ha triplicado la producción de este alimento, a
pesar de la competencia y la restricción de no poder salir al extranjero y de
que las inversiones “están deprimidas”.
No obstante, para el presidente de esta organización, Vicente Gómez
Cobo, la solución del problema de la producción y comercialización de lácteos
en el país, se resolvería con el ordenamiento del mercado, que va desde una norma
oficial para la comercialización, hasta el pago de su producto a precios
internacionales.
Consideró que con la apertura comercial y en particular con el TLCAN, el
comercio ha sido unilateral, pues mientras la política agrícola de
nuestros socios comerciales garantiza un gran soporte de apoyos directos e
indirectos, en México pasan desapercibidas las necesidades del sector productivo
de lácteos.
“Nuestros competidores estadounidenses y canadienses reciben un fuerte
apoyo de sus gobiernos a sus exportaciones, lo que les permite exportar a
precios muy por debajo de sus costos de producción, además de una regulación de
calidades en la leche y en general de productos lácteos”.
Ante la presencia de funcionarios de las secretarías de Agricultura,
Economía y Salud, así como legisladores del Congreso Federal, planteó la
necesidad de analizar la problemática que enfrentan los
productores en cuanto a sistemas relacionados con nuevas inversiones
productivas, de comercialización e industrialización, así como sobre la
regulación de las importaciones.
Reconoció que no sólo son las políticas públicas las que restan
competitividad respecto del mercado estadunidense, sino el acceso a los insumos
fundamentales como los granos, pastas oleaginosas y forrajes transgénicos, donde
se tiene un diferencial de costo no menor de 45 dólares por tonelada comparados
con los productores norteamericanos.
Esta situación se repite en el crédito. A pesar de que en el último año
se ha registrado un cambio sustantivo con el nuevo esquema de la Financiera
Nacional para el Desarrollo Agropecuario, aún dista mucho de estar a un nivel
comparable con los esquemas de financiamiento que reciben los productores del
vecino del norte.
Reconoció que la productividad de los lecheros mexicanos dependerá mucho
de la inversión que se realice en sus establos, el acopio, sistemas de enfriamiento
y comercialización de la leche.
Sin embargo, advirtió que las inversiones podrán realizarse en la
cuantía que se requiere, en la medida que se tenga certidumbre de un precio
rentable. “Sólo de esa manera tendremos capital y financiamiento
disponible”.
Finalmente consideró la necesidad de conciliar acuerdos con la
industria, la Secretaría de Economía y Profeco, para evitar ser afectados por
importaciones de leche en polvo a precios depredatorios, así como de productos
y subproductos lácteos fuera de norma incluso en sus países de origen.
“Si logramos concretar acciones concertadas en una política integral
para nuestro sector, podremos llegar a la autosuficiencia en la producción de
leche y acrecentar nuestra incipiente participación en el mercado internacional”,
finalizó Gómez Cobo.
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