URGE DECAPITAR EL
CARTEL SABINISTA
Víctor M. Cruz Roque
El
adefesio político que inventó el cartel comandado por Juan Sabines
Guerrero y Nemesio Ponce Sánchez denominado Partido Orgullo Chiapas, da sus
últimos estertores y pronto pasará—afortunadamente-a ser sólo una referencia
más de las perturbaciones que caracterizaron a estos individuos, en quienes se
corporizó aquello que refiere la sabiduría popular: el poder atonta a los vivos
pero es capaz de enloquecer a los pen...
El POCH se hunde y no es de extrañar a
nadie, pues en metafórica similitud, le sucede lo mismo que a las sabandijas
que se procrean en el fango. Ni más ni menos.
Parido por la placenta sabinaca, este
remedo de institución político-partidista acude a su cita obligada con el
basurero de la historia, el mismo espacio nauseabundo en donde hoy se
encuentran sus promotores, pero que ofrece la oportunidad para preguntar qué se
está haciendo a nivel institucional para subsanar el daño provocado, porque da
la impresión que a ese esperpento todavía se le sigue protegiendo, apapachando
y dándole respiración de boca a boca.
Como se acostumbra en los
interrogatorios de investigación judicial: que digan los enclenques integrantes
de la Comisión de Fiscalización Electoral (Cofel), si ¿Realmente a ésta basura
partidaria se le realizan las revisiones de ley para comprobar fehacientemente
que las ministraciones económicas otorgadas al
Poch se destinan conforme lo establecen las normas en la materia?. Esto,
porque a decir del flamante consejero del organismo Erik Alejandro Ocaña Espinosa Erik “actualmente se tiene un control y ya
no hay dispendio de los recursos ni se usan de manera discrecional, por lo que
ahora hay un compromiso importante en la fiscalización de los mismos”. (¿Siii,
y su nieve señor la prefiere usted de limón o de papaya?
Que
diga también el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEyPC), si
está al pendiente y dictamina que el holocaustico POCH cumpla con las
normatividades de funcionamiento que establecen sus estatutos. Es decir, si
procede con legalidad y legitimidad interna, para hacerlo merecedor que siga
succionando de las tetas presupuestales el casi medio millón de pesos que se le
asigna mensualmente.
Sobre
el reciente affaire protagonizado por el que se ostenta como dirigente estatal
de ese mamotreto Víctor Moguel Sánchez, y que se refiere a la agresión
perpetrada contra una fémina policía embarazada, la opinión pública sigue
esperando pronunciamientos del Cabildo tapachulteco, del Congreso del Estado e
inclusive de la Procuraduría General de Justicia del Estado.
POCH: fin a la farsa.
El
apopléjico Partido Orgullo Chiapas nació demente al igual que lo está su ADN
político de pertenencia sabinaca, por lo que a propósito de la gresca realizada
por su gerente en curso Moguel Sánchez, se hace necesario aplicar todo el peso
de la ley, a menos que siga imponiéndose el sentido de disciplina y lealtad
para el Rey Midas al revés, el capo que se afirma vive en Acapulco.
El
estigma de suciedad y podredumbre persiste en la insana composición de ese
partidillo, que fue concebido al calor de los caprichos que imperaron en el
sexenio anterior. El imberbe muchachito que fue su primer dirigente, Carlos
Alberto Herrera Ruiz, pasó de ser estofa burocrática de tercer nivel en el
Congreso del Estado, a nuevo y potentado rico producto de su sanguijuela procedencia
sabinil. El ahora enmudecido regidor en el Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez,
fue--¿o sigue siendo?-uno de los testaferros en grado de sicario político de la
dupla infausta Sabines-Ponce Sánchez. De aquel ojerudo chamaco acomoda papeles
en el Poder Legislativo estatal, en tiempos cuando Ángel Córdova Toledo fungía
como barman de la ex Oficialía Mayor, hoy no queda nada.
Y
qué decir de quien lo sucedió en los bártulos de esa membrecía, la ex reina de
belleza del estado de Tlaxcala, de apellidos Aguilera Aburto, quien por espacio
de un año teledirigió al POCH “desde algún lugar del infinito”, y en cuyo lapso
en el trono—perdón en la dirigencia—ninguna instancia le pidió cuentas de nada.
El auto sometimiento institucional que ha beneficiado al POCH y la caterva que
le hacen sombra, pero que a la sociedad le vale sobrilla, tiene que llegar a su
fin. Los nuevos tiempos que se viven en Chiapas y sobre todo como resultado de
las disposiciones en materia electoral producto de las reformas aprobadas,
tienen que enterrar al feto malogrado, a la antítesis del decoro político.
Ahí
estaba el POCH retozando el sueño de los injustos, hasta que el energúmeno
cancerbero Víctor Moguel Sánchez dispuso que el asunto fuese colocado otra vez
en la mirilla de la opinión pública incluso nacional. La agresión que hizo a
una mujer policía de nombre María del Carmen Escobar en las propias instalaciones
de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Tuxtla Gutiérrez, solamente
es un botón que muestra la contextura ética, política y moral de que está hecho
ese esperpento que se presenta como alternativa electoral. Esto solo puede
pasar en Chiapas; ¡recontradiablos!.
A
esa hipocondriaca organización partidista, mas asemejada a las mafias, se le
debe cerrar las llaves del presupuesto público. Y en el caso del neurótico
cabecilla de esta parte del cartel sabiniano, el truculento Sánchez Moguel, se
le debe llamar a cuenta ya. En el curso de las próximas horas se espera un
pronunciamiento a este respecto de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.
Es
hora de dejar caer el filo de la guillotina en ese cartel, no valla a ocurrir
que como sucede con algunas especies de serpientes venenosas, se multiplique
así misma aún después de ser decapitada.
EN CONCRETO.
Dice
la enciclopedia de la Web, Wikipedia, que cartel o cártel son “los términos con
los que se identifica a una gran organización ilícita o a un conjunto de
organizaciones criminales que establecen acuerdos de autoprotección,
colaboración y reparto de territorios (plazas) para llevar a cabo sus
actividades criminales”. La descripción que hace el popular prontuario
“tumbaburros” se acopla y adapta muy bien para ilustrar la permanencia aún de
ese símil que representa en Chiapas Juan Sabines Guerrero y compañía.
A
propósito del Partido Orgullo Chiapas, es observada por muchos chiapanecos como
la rendija por donde el ex gobernador puede intentar reorganizar su banda.
Esto, porque el proceso electoral para elegir a los 122 presidentes municipales
y los diputados locales, iniciará en escasos tres meses. Apenas da tiempo para
colocar las leñas verdes y proceder en consecuencia. ¿o no?
APUNTES.
Castellanos: La familia.
Comentarios
positivos generaron los pronunciamientos que hizo el diputado Luis Fernando
Castellanos Cal y Mayor respecto a la familia como núcleo integrador social y
en ocasión al día establecido para honrarla. El legislador de pevemista, fue el
único que hizo referencias a esta fecha y eso se traduce en sensibilidad,
vocación de servicio y trabajo para este núcleo. “Tenemos que plantearnos que desde la familia
podemos construir el futuro que añoramos, entonces que sea el mejor para
nuestras generaciones”, sostuvo el también presidente de la Junta de
Coordinación Política del Congreso estatal.
A
manera de enlace fortificante que concuerdan con sus expresiones, el legislador
en reiteradas ocasiones ha difundido imágenes de su núcleo familiar inmediato,
lo que lo proyecta como ciudadano y servidor público congruente y comprometido
con el bienestar del conjunto que da soporte a la sociedad: la familia.
Reconozco
a los hogares de Chiapas por su entrega, por su entereza con que los padres
forman a sus hijos; en estos tiempos, nuestros jóvenes necesitan retomar ese
núcleo para tener una sociedad estable”, refirió. Y seguramente por modestia,
no se ejemplificó así mismo, ya que como bien se sabe, Castellanos Cal y Mayor
ha citado sus orígenes y su sentido de pertenencia familiar, actitud que es
bien apreciada por los chiapanecos.
UNACH: festejos.
Trasciende
que en breve, el rector de la UNCH Jaime Valls Esponda, dará a conocer la serie
de eventos que se han programado para conmemorar los 40 años de fundación de
esa institución de educación superior. Se prevén diversos actos de gran
trascendencia e importancia en los ámbitos académicos, científicos, artísticos
y culturales, con lo que también se rendirá merecido homenaje al promotor y
fundador de nuestra máxima Casa de Estudios, el Dr. Manuel Velasco Suárez.
Es
todo, gracias.