XALAPA, CDMX, TRAS LOS PASOS DE
HELIOFLORES
Tenía yo alrededor
de 21 años y había yo partido a la Ciudad de México con mis caricaturas bajo el
brazo. Atrevido, como buen joven, conseguí el teléfono del cartonista Helioflores y le llamé para concertar una cita con él. Me
convocó a una cafetería muy conocida, de la cual no recuerdo su nombre, y fue
muy fácil reconocer a Helio de quién ya había visto fotos y caricaturas que
otros dibujantes le habían hecho. Lo saludé nervioso de tener a quién admiraba
enfrente y comenzamos una plática apacible. Le mostré mis caricaturas, las
observó con detenimiento y me animo a seguir dibujando.
—Es difícil lograr
el parecido de Muñoz Ledo y tu lo consigues. Síguele, Alfaro.
Le comenté de que
había radicado brevemente en la capital de Veracruz, su ciudad natal y que
había publicado algunas caricaturas en el Diario de Xalapa y en algunas otras
revistas locales. Sonrió.
— Parece que me
siguieras: Me inicié como caricaturista en todas las publicaciones que me
mencionaste.
Y ahora estaba en a
Ciudad de México buscando aparecer en la gran “prensa nacional” donde el
cartonista Helioflores publicaba con gran éxito. Finalmente, salí con el
corazón henchido por las palabras de aliento.
Yo me había
afiliado a la Sociedad Mexicana de Caricaturistas y acudía al Museo de la
Caricatura, en Donceles 99, a los eventos que se organizaban.
Poco tiempo después, durante una exposición de Rogelio Naranjo, nos volvimos a encontrar con Helio y estando conversando los dos solos me atreví a preguntar algo que para mí, principiante de caricaturista, era importante:
Poco tiempo después, durante una exposición de Rogelio Naranjo, nos volvimos a encontrar con Helio y estando conversando los dos solos me atreví a preguntar algo que para mí, principiante de caricaturista, era importante:
—Helio ¿Cuánto
cobras por cartón?
Sonrió y me
contestó.
—No puedo decirte
cuánto gano por cartón pero sí puedo asegurarte que gano más como cartonista
político que como arquitecto que soy.
Hoy que cumple años
mi admirado Helioflores, me vienen a la mente los recuerdos de cuando lo conocí
y sonrío al enterarme que también vivió brevemente en Huixtla, Chiapas, donde
radiqué por poco tiempo.
Conscientemente he
seguido su trabajo como cartonista. Inconscientemente le he seguido por las
ciudades donde ha vivido ¡Felicidades por su cumpleaños, maestro!
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